El sitio arqueológico de Kurd Qaburstan, ubicado en la región de Erbil, en el noreste de Irak, ha emergido como una fuente invaluable de conocimiento sobre la civilización mesopotámica de la Edad del Bronce Medio. Recientes excavaciones lideradas por Tiffany Earley-Spadoni, profesora asociada de historia en la Universidad de Florida Central (UCF), han revelado hallazgos sorprendentes que podrían redefinir nuestra comprensión de esta antigua región.

Entre los descubrimientos más destacados se encuentran tabletas de arcilla con escritura cuneiforme, tableros de juego y restos estructurales monumentales. Estas tabletas, las primeras de su tipo encontradas en la región, están siendo descifradas y prometen proporcionar información inédita sobre los habitantes de Kurd Qaburstan y los eventos que marcaron su historia. Los estudios preliminares ya sugieren que podrían arrojar luz sobre la alfabetización, las interacciones culturales y la identidad de esta ciudad durante la Edad del Bronce Medio, alrededor del año 1800 a.C.

Mesopotamia, conocida como la cuna de la civilización, es célebre por sus ciudades antiguas ubicadas en las fértiles llanuras entre los ríos Tigris y Éufrates. Sin embargo, mientras que las ciudades del sur, como Uruk, han sido ampliamente estudiadas, las del norte, como Kurd Qaburstan, han permanecido en gran medida en las sombras. Este desequilibrio se debe a la escasez de investigaciones previas y a los sesgos inherentes en las fuentes históricas disponibles, las cuales suelen basarse en relatos de enemigos o civilizaciones vecinas.

Kurd Qaburstan ancient Qabra
Una de las tres tablillas cuneiformes de arcilla descubiertas en el yacimiento del Bronce Medio de Kurd Qaburstan, en el noreste de Irak. Se halló en un pasillo lleno de escombros del palacio de la ciudad baja. Las primeras interpretaciones de esta tablilla sugieren acontecimientos dramáticos y posiblemente una guerra antigua. Crédito: Tiffany Earley-Spadoni

Earley-Spadoni enfatiza la importancia de reconstruir la historia de Kurd Qaburstan desde la perspectiva de sus propios habitantes. Esto implica estudiar no solo su arquitectura monumental, sino también aspectos cotidianos, como los patrones de vivienda, la dieta y las relaciones sociales.

Las excavaciones recientes han revelado un palacio en el área baja de la ciudad, identificado como un complejo administrativo. Este descubrimiento, realizado mediante tecnologías avanzadas como la magnetometría, ha sacado a la luz restos arquitectónicos significativos, depósitos de basura y restos humanos.

En las áreas residenciales, los investigadores encontraron patios exteriores, tuberías de arcilla y cerámica decorada que refleja un sorprendente nivel de riqueza privada. Entre los restos cerámicos se incluyen jarras de almacenamiento (pithoi), platos y cuencos, algunos de ellos elaboradamente decorados, lo que sugiere que incluso los habitantes no élites disfrutaban de un nivel de vida más acomodado de lo que se creía. Asimismo, los huesos de animales hallados junto a la cerámica indican una dieta variada que combinaba carne domesticada con caza silvestre.

Kurd Qaburstan ancient Qabra
Piezas rotas de tinajas de almacenamiento marcadas con un símbolo identificador especial procedentes del palacio de la ciudad baja. Crédito: Tiffany Earley-Spadoni

Estos descubrimientos plantean preguntas fascinantes sobre la organización social de Kurd Qaburstan. ¿Existía una marcada desigualdad entre las clases sociales, o había un “estrato medio” más prominente de lo que se asumía en otras ciudades mesopotámicas? Además, los restos de destrucción encontrados en el palacio podrían ser evidencia de eventos catastróficos, como conflictos bélicos, que afectaron la ciudad.

Otra incógnita es si Kurd Qaburstan podría ser identificada como la antigua ciudad de Qabra, mencionada en monumentos babilónicos como la Estela de Dadusha. Los indicios, como la presencia de escritura y arquitectura monumental, respaldan esta hipótesis, lo que aumentaría aún más su relevancia histórica.

El trabajo en Kurd Qaburstan no solo está ampliando nuestra comprensión de Mesopotamia, sino que también está ayudando a redefinir cómo percibimos la vida en las ciudades antiguas del norte de Irak. Con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y la colaboración con la región del Kurdistán, los investigadores planean continuar explorando este sitio en los próximos años.



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