En un hallazgo que une arqueología, historia del arte y medicina, una figurilla de bronce del siglo II d.C. descubierta en Bracara Augusta, la actual Braga en el norte de Portugal, podría contener evidencias de una rara enfermedad genética conocida como síndrome de Crouzon.

La figurilla, recuperada en las excavaciones arqueológicas en el monte Cividade, presenta características faciales intrigantes que incluyen exoftalmos (ojos protuberantes), exotropía (desviación ocular) y asimetría facial. Estas peculiaridades llevaron a los investigadores a aplicar la técnica del iconodiagnóstico, que utiliza el arte para identificar posibles condiciones médicas pasadas.

El síndrome de Crouzon, una forma de disostosis craneofacial, es el diagnóstico sugerido. Este trastorno genético, causado por una mutación, provoca el cierre prematuro de las suturas craneales y deformidades faciales.

Estatuilla Braga Romana
Vista frontal y trasera de la estatuilla. Crédito: Manuel Santos / Museu de Arqueologia D. Diogo de Sousa

Aunque este síndrome no era conocido por los médicos antiguos, el arte permite vislumbrar cómo estas condiciones impactaron a las personas y sus representaciones culturales. La precisión de los detalles anatómicos en la figurilla de Bracara Augusta evidencia una notable capacidad técnica del artista y su fidelidad al modelo.

La figura lleva una corona mural, un símbolo tradicional de las diosas patronas de las ciudades grecorromanas, como Tyche en la tradición griega y Fortuna en la romana. Estas deidades, vinculadas a la prosperidad, la fertilidad y el bienestar, se representaban generalmente con una cornucopia, emblema de la abundancia. Sin embargo, esta figurilla sostiene una serpiente enroscada en un bastón, un atributo más comúnmente asociado con las deidades de la salud, como Asclepio y su hija Higía.

La asociación de la figurilla con la diosa Salus, equivalente romana de Higía, sugiere una conexión con los cultos de la salud y la protección comunitaria en Bracara Augusta. Este vínculo se refuerza por la existencia de un pedestal votivo dedicado a Asclepio e Higía hallado en la misma región.

Estatuilla Braga Romana
Vista lateral de la estatuilla. Crédito: Manuel Santos / Museu de Arqueologia D. Diogo de Sousa

En contraste con las representaciones típicas de los patronos divinos como figuras ideales de belleza y perfección, esta figurilla destaca por sus rasgos inusuales y una expresión facial percibida como triste. Esto plantea interrogantes sobre el papel social y religioso de la figura representada. Los investigadores sugieren que podría tratarse de una sacerdotisa, posiblemente seleccionada por sus características físicas bajo la influencia de tradiciones chamánicas que veían las deformidades como marcas divinas.

El descubrimiento de esta figurilla tiene implicaciones significativas para la paleopatología, el estudio de enfermedades en restos antiguos. Aunque raros, los casos históricos de síndrome de Crouzon han sido documentados, como en las descripciones del faraón Tutankamón o de Pericles, el estadista ateniense. Sin embargo, esta figurilla es única en el contexto grecorromano, marcando la primera vez que se hipotetiza esta condición en una obra de arte de esta época.

Según Joseph Warkany, un pionero en el estudio de las malformaciones congénitas, estas representaciones artísticas reflejan las reacciones humanas ante fenómenos inexplicables. La figurilla de Bracara Augusta destaca como un ejemplo excepcional de cómo el arte puede ser una fuente invaluable para la historia de la medicina, ofreciendo una ventana a las vidas y desafíos de las personas en la antigüedad.


FUENTES

Maria do Sameiro Barroso, A possible case of Crouzon syndrome in a female figurine from Bracara Augusta from the 2nd century CE. Antropología Portuguesa, no.41 (2024). DOI: doi.org/10.14195/2182-7982_41_2


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