Un hallazgo arqueológico en la localidad de Nowe Objezierze, en el noroeste de Polonia, ha generado un importante avance en la comprensión de las sociedades neolíticas de Europa Central. Un equipo interdisciplinario de investigadores liderado por el Dr. Lech Czerniak, de la Universidad de Gdańsk, ha llevado a cabo un análisis detallado de un rondel, una estructura ceremonial monumental que data de alrededor del 4800 a.C. Este descubrimiento, producto de años de excavaciones y métodos de análisis avanzados, ha revelado aspectos desconocidos sobre la construcción, uso y significado ritual de estos centros ceremoniales.
Los rondeles son estructuras circulares construidas por las comunidades del Neolítico, conocidas por su asociación con rituales y ceremonias. Estas edificaciones, compuestas por círculos concéntricos de zanjas y palizadas de madera, fueron utilizadas entre el 4800 y el 4500 a.C. Se distribuyen desde la región del Danubio hasta la cuenca del Rin y el Vístula. Aunque su propósito exacto sigue siendo motivo de debate, se cree que los rondeles funcionaban como espacios para celebraciones cíclicas, vinculadas con eventos astronómicos y actividades comunitarias.
El rondel de Nowe Objezierze se distingue por su tamaño y complejidad. Con un diámetro de 112 metros, está rodeado por cuatro zanjas concéntricas y tres sistemas de trincheras que servían como base para estructuras de madera. La construcción fue cuidadosamente planificada, integrando conocimientos técnicos y cosmológicos avanzados, según los investigadores.
El análisis del proceso de construcción se llevó a cabo utilizando el método de chaîne opératoire, que permite reconstruir las etapas tecnológicas y sociales involucradas. La evidencia sugiere que la construcción del rondel fue un proyecto comunitario a gran escala, que involucró a cientos de personas durante varios años.
La primera etapa consistió en marcar el perímetro del círculo central y preparar el terreno. Este proceso, según los investigadores, pudo haber incluido ceremonias iniciales para movilizar a la comunidad. Luego se cavaron las zanjas y se levantaron estructuras de madera que probablemente estuvieron recubiertas de arcilla y techadas con juncos, lo que las hacía resistentes al clima y al paso del tiempo.
Uno de los hallazgos más intrigantes es la evidencia de un ciclo ritual en la construcción y uso del rondel. Las zanjas no permanecían abiertas indefinidamente; eran rellenadas después de su uso ceremonial y luego reabiertas para nuevas fases de actividad. Este proceso sugiere que las ceremonias no solo estaban relacionadas con la inauguración del rondel, sino también con su mantenimiento y renovación, integrando estas actividades en el calendario ritual de la comunidad.
La orientación de los accesos al rondel también arroja luz sobre el conocimiento astronómico de sus constructores. Las entradas están alineadas con puntos cardinales específicos, lo que indica que los constructores tenían un interés en sincronizar las ceremonias con eventos solares, como el solsticio de invierno.
La construcción del rondel requirió una planificación detallada y una organización social avanzada. Los materiales utilizados incluyen madera, arcilla y juncos, extraídos de áreas cercanas. Las zanjas más antiguas muestran señales de haber sido cavadas y rellenadas en múltiples ocasiones, un esfuerzo que habría requerido la coordinación de numerosos grupos de trabajo.
Los investigadores destacan que los conocimientos técnicos necesarios para construir el rondel se transmitieron a través de generaciones, probablemente mediante prácticas comunitarias y rituales de aprendizaje. Además, la presencia de cerámica característica del estilo Stichbandkeramik (cultura de la cerámica decorada a punzón) sugiere que los constructores eran migrantes de regiones como la Baja Silesia o el norte de Bohemia.
El rondel no solo funcionaba como un espacio ritual, sino también como un centro para reforzar la cohesión social. Las ceremonias realizadas allí incluían banquetes colectivos y posiblemente sacrificios, como lo indican restos de animales hallados en las zanjas. Estas actividades no solo marcaban hitos en el ciclo de vida de la comunidad, sino que también establecían jerarquías sociales y liderazgos rituales.
Sin embargo, los investigadores señalan que el rondel no debe interpretarse exclusivamente como una muestra de poder de un líder. Es posible que su construcción y uso estuvieran vinculados a sociedades igualitarias, donde las decisiones se tomaban colectivamente. Incluso, se sugiere que estos centros ceremoniales pudieron haber sido gestionados por organizaciones similares a sociedades secretas, dedicadas a preservar y transmitir conocimientos rituales.
La investigación también arroja pistas sobre el declive del rondel. Hacia el 4500 a.C., la estructura dejó de ser utilizada, coincidiendo con cambios en el entorno y la organización social de la región. Los análisis de polen indican un descenso en la actividad agrícola, lo que sugiere una disminución de la población local. Este abandono podría estar relacionado con migraciones o conflictos internos, marcando el fin de una era en la historia de las comunidades neolíticas.
FUENTES
Czerniak, L. Construction, Maintenance and Ritual Practices on the Neolithic Rondel at Nowe Objezierze (Northwestern Poland): The chaîne opératoire of Rondel’s Architecture. J Archaeol Method Theory 32, 7 (2025). doi.org/10.1007/s10816-024-09669-2
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