Un equipo internacional de paleontólogos, liderado por el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP-CERCA) y el Museu Balear de Ciències Naturals (MUCBO | MBCN), ha realizado un hallazgo que reescribe parte de la historia evolutiva: los restos fósiles del gorgonopsio más antiguo conocido. Este animal, que vivió entre 270 y 280 millones de años atrás, no solo representa un descubrimiento insólito por su antigüedad, sino también por la ubicación de los fósiles, encontrados en la Serra de Tramuntana, en Mallorca. La investigación, publicada en la revista Nature Communications, aporta nuevos datos sobre la evolución de los sinápsidos, un grupo que daría origen a los primeros mamíferos.
Los gorgonopsios fueron un grupo extinto de sinápsidos que vivieron durante el período Pérmico, hace entre 270 y 250 millones de años. A diferencia de los reptiles, estos animales forman parte de la línea evolutiva que, 50 millones de años más tarde, dio lugar a los mamíferos. Los gorgonopsios poseían características fascinantes: eran de sangre caliente, ponían huevos y desarrollaron los icónicos dientes de sable. Su morfología era peculiar, asemejándose a un perro sin pelo ni orejas, con una postura más erguida que la de los reptiles, lo que les permitía desplazarse con mayor eficiencia.
Este gorgonopsio mallorquín, de aproximadamente un metro de longitud, era un carnívoro de tamaño medio que probablemente ocupaba un papel de superdepredador en su ecosistema. Los restos fósiles encontrados incluyen fragmentos de cráneo, vértebras, costillas y un fémur en excelente estado de conservación, lo que permitió a los investigadores estudiar detalles sobre su locomoción y dieta.

La localización geográfica del fósil es tan sorprendente como su antigüedad. Hasta ahora, los gorgonopsios se habían identificado principalmente en regiones como Rusia y Sudáfrica, que durante el Pérmico estaban situadas en latitudes más altas. Sin embargo, hace 270 millones de años, Mallorca no era una isla, sino que formaba parte del supercontinente Pangea y se encontraba en una latitud cercana al ecuador, con un clima monzónico que alternaba entre estaciones húmedas y secas.
El yacimiento de Banyalbufar, donde se realizó el hallazgo, era probablemente una llanura de inundación con charcas temporales, un ambiente propicio para la fauna del Pérmico. En esta región convivían gorgonopsios con otros animales, como los captorrínidos moradisaurinos, pequeños reptiles herbívoros que podrían haber formado parte de la dieta del depredador.
Entre los fósiles encontrados destaca una pierna casi completa, que permitió a los científicos analizar la forma en que este gorgonopsio se desplazaba. Su postura intermedia, con patas más verticales que las de los reptiles, sugiere un modo de locomoción más eficiente, especialmente para correr. Este detalle revela un paso evolutivo hacia las características que más tarde definirían a los mamíferos.

Además, los dientes de sable encontrados corroboran su naturaleza carnívora. Según Àngel Galobart, investigador del ICP-CERCA, estos dientes eran herramientas clave para su rol como depredador. Este rasgo, común en grandes cazadores de diferentes épocas, reafirma su posición dominante en el ecosistema del Pérmico.
El hallazgo del gorgonopsio mallorquín no es el único descubrimiento fósil destacado en las Islas Baleares. Aunque la mayoría de los registros fósiles de la región corresponden al Pleistoceno y el Holoceno, existen vestigios excepcionales de otros períodos. Desde el mosquito más antiguo del mundo hasta ammonoideos, tiburones gigantes y antiguos parientes de caballos e hipopótamos, las Baleares han demostrado ser un tesoro paleontológico.
Este estudio, respaldado por el proyecto “Mallorca abans dels dinosaures”, contó con la colaboración de instituciones internacionales y el apoyo del Consell Insular de Mallorca y la Generalitat de Catalunya. El equipo investigador espera que este hallazgo impulse futuras excavaciones y estudios en la región, contribuyendo a desentrañar los misterios de los ecosistemas prehistóricos.
FUENTES
Institut Català de Palentología Miquel Cusafont
Matamales-Andreu, R., Kammerer, C.F., Angielczyk, K.D. et al. Early–middle Permian Mediterranean gorgonopsian suggests an equatorial origin of therapsids. Nat Commun 15, 10346 (2024). doi.org/10.1038/s41467-024-54425-5
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