El Mazarrón II, un pecio fenicio hallado en las costas de Murcia, representa un verdadero tesoro para la arqueología marítima al ser la nave antigua más completa encontrada en el Mediterráneo.

Este barco, cuya estructura se encuentra en un estado de conservación excepcional, es una ventana única hacia el pasado, arrojando luz sobre las técnicas de construcción naval de los fenicios, una civilización cuya pericia marinera ha sido frecuentemente opacada por otras culturas mediterráneas como la griega.

El análisis del Mazarrón II nos permite adentrarnos en un periodo histórico marcado por la interacción cultural y tecnológica entre diversos pueblos del Mediterráneo, desvelando aspectos hasta ahora desconocidos de una antigua “koiné marítima”.

Mazarrón II extracción
Partes del barco ya extraídas del agua. Crédito: Captura de video / Universidad de Valencia

Una de las características que hace único al Mazarrón II es la conservación intacta de sus carpinterías originales. Este hecho, por sí solo, proporciona a los investigadores la posibilidad de estudiar técnicas constructivas que han permanecido en el misterio durante siglos.

A diferencia de las embarcaciones griegas arcaicas, cuya documentación es más abundante gracias a hallazgos previos, las naves fenicias han sido menos accesibles desde un punto de vista arqueológico.

Este descubrimiento ofrece una oportunidad invaluable para entender los métodos empleados por los fenicios y cómo estos evolucionaron en contextos locales, influenciados por las particularidades de cada región donde navegaron.

Mazarrón II extracción
Fragmentos del barco fenicio Mazarrón II extraídos del mar. Crédito: Captura de video / Universidad de Valencia

El Mazarrón II no solo habla de los fenicios como navegantes excepcionales, sino que también evidencia la existencia de un entramado cultural y tecnológico que conectaba regiones tan diversas como Egipto, Chipre y Anatolia.

Este vínculo mediterráneo, una especie de red de conocimiento compartido, queda plasmado en la construcción del barco y en los materiales empleados, reflejando la capacidad de los fenicios para adaptarse e integrar influencias externas sin perder su identidad.

Los análisis preliminares de las maderas del Mazarrón II han permitido identificar una combinación de técnicas típicamente fenicias y elementos adaptados a las condiciones locales. Esto sugiere que las comunidades involucradas en la construcción del barco no solo adoptaron, sino que también innovaron sobre las bases fenicias, enriqueciendo un legado marítimo que se extendió a lo largo del Mediterráneo.

Sin embargo, algunos aspectos de su construcción permanecen enigmáticos, lo que resalta la complejidad de este tipo de embarcaciones y la necesidad de realizar investigaciones más profundas.

El proyecto de recuperación del Mazarrón II se ha dividido en dos fases fundamentales: la extracción del pecio y su posterior restauración. La extracción, iniciada en septiembre, ha sido liderada por un equipo interdisciplinario de expertos, en colaboración con el Ministerio de Cultura y la Universidad de Valencia.

Los restos del barco han sido trasladados al laboratorio ARQUAtec, un centro especializado en conservación arqueológica subacuática, donde serán estudiados y preservados cuidadosamente.

La segunda etapa del proyecto se centrará en la restauración y el análisis detallado de los materiales recuperados. Este proceso permitirá no solo la preservación física del Mazarrón II, sino también la generación de conocimiento que podría transformar nuestra comprensión de la navegación y el comercio en el Mediterráneo antiguo.

Además, se espera que los resultados de estas investigaciones fomenten nuevas iniciativas en el ámbito de la arqueología subacuática, posicionando al Mazarrón II como un referente en este campo.



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