En el pintoresco municipio de San Casciano dei Bagni, en la provincia italiana de Siena, se siguen desvelando hallazgos arqueológicos que iluminan la rica historia del santuario etrusco-romano del Bagno Grande, donde en 2002 se encontró el mayor conjunto de estatuas de bronce de época etrusca y romana jamás descubierto en Italia, y en 2023 una inscripción bilingüe en etrusco y latín así como una estatua de Apolo.

Desde junio hasta octubre de este año, los arqueólogos han ampliado significativamente las áreas de investigación, revelando el temenos, un muro que delimitaba el espacio sagrado. En su interior se encontraba un templo central construido alrededor de una gran vasija de agua termal.

Los registros indican que, ya desde el siglo III a.C., este lugar era venerado por los etruscos, quienes construyeron estructuras de travertino para rodear la fuente sagrada.

Casciano Bagni
Placa con inscripción bilingüe etrusco-romana encontrada en el santuario de San Casciano dei Bagni. Crédito: Ministero della Cultura

Más tarde, bajo los emperadores Tiberio y Claudio, el espacio fue reconstruido, posiblemente tras un evento prodigioso, como la caída de un rayo, que reforzó su carácter divino.

Las excavaciones han sacado a la luz un fascinante repertorio de dones votivos, tanto dentro como fuera del templo. Se han encontrado lucernas, ungüentarios de vidrio, figuras de bronce, exvotos anatómicos de terracota pintada e incluso láminas de oro, todos ellos testigos de rituales que buscaban la intercesión divina.

Sin embargo, lo más asombroso ha sido lo descubierto dentro de la vasija sagrada: estatuas de bronce de una calidad y simbolismo únicos, preservadas gracias a las propiedades del agua termal y el lodo.

Casciano Bagni
Escultura de bronce de un niño con lo que parece ser una pelota o bola, encontrada en San Casciano dei Bagni. Crédito: Ministero della Cultura

Entre los objetos recuperados se encuentran cuatro nuevas estatuas, cabezas y extremidades votivas inscritas, además de utensilios ceremoniales como una delicada lucerna y un toro en miniatura de bronce, que aluden a la importancia del mundo agro-pastoral en la cosmovisión de los antiguos.

Este año, además, se han hallado más de 10.000 monedas, que abarcan desde la República hasta el Imperio Romano. En un nivel más profundo, el equipo desenterró una corona y un anillo de oro, junto con un incremento significativo en la cantidad de aurei romanos.

Una de las piezas más enigmáticas halladas este año es un torso masculino de bronce, cortado con precisión quirúrgica desde el cuello hasta los genitales, dedicado por un tal Gaio Roscio a la “Fuente Caliente”.

Casciano Bagni
Escultura de una serpiente de bronce, encontrada dentro de la piscina termal del santuario. Crédito: Ministero della Cultura

Esta escultura podría simbolizar la curación de la parte representada en el metal. También destaca una figura infantil que representa a un augur con una inscripción en etrusco y una pelota pentagonal que podría haber sido utilizada en rituales divinatorios.

Otra novedad es la aparición de inscripciones en etrusco y latín que ofrecen una ventana única al pensamiento y las creencias de la época. Estas menciones incluyen votos dirigidos a las Ninfas y a Flere Havens (la fuente caliente en etrusco), así como juramentos asociados a la Fortuna y al Genio del Emperador.

Además de los hallazgos arqueológicos, los esfuerzos se centran ahora en consolidar este patrimonio para el futuro. Se han anunciado planes para establecer el Museo Arqueológico Nacional de San Casciano dei Bagni en el Palacio del Arciprestazgo, así como la creación de un parque arqueológico termal alrededor del Bagno Grande.

Casciano Bagni
Más de 10000 monedas desde la República Romana hasta tiempos del Imperio, encontradas dentro de la piscina del santuario. Crédito: Ministero della Cultura

Estas iniciativas no solo buscan preservar los artefactos, sino también revitalizar la comunidad local mediante el turismo cultural y la investigación interdisciplinaria.

El proyecto, que ha reunido a más de 80 estudiantes y 90 especialistas de todo el mundo, es un ejemplo de cooperación entre instituciones públicas y privadas.

Financiado por organismos como la Universidad para Extranjeros de Siena, la Asociación Arqueológica local Eutyche Avidiena y varios benefactores internacionales, el esfuerzo refleja el compromiso colectivo con la conservación de la historia y su accesibilidad para las generaciones futuras.



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