A finales de noviembre de 2024, durante investigaciones arqueológicas realizadas en Heerlen (Holanda), se realizó un hallazgo excepcional: la tumba de un soldado romano llamado Flaccus. Este descubrimiento, que data de finales del siglo I a.C. y principios del I d.C., representa una de las evidencias más significativas de la presencia romana en esta zona. Es la primera vez que se encuentra en esta región una tumba de ese periodo que conserve un nombre asociado, un aspecto que lo hace aún más extraordinario.
El equipo de arqueólogos de ADC ArcheoProjecten encontró en el Raadhuisplein (plaza del municipio) una cavidad llena de vestigios relacionados con la primera ocupación romana de Heerlen. La forma de los restos y los materiales hallados indicaron que se trataba de un sepulcro romano. Entre los objetos desenterrados se encontraron piezas de cerámica y utensilios personales que proporcionaron información crucial sobre la identidad del difunto.
Uno de los hallazgos más destacados fue un cuenco en el que se podía leer la inscripción “FLAC”, abreviatura que los especialistas identificaron como una referencia al nombre Flaccus. Junto a este cuenco, también se recuperaron una herramienta de bronce utilizada para raspar la piel y cuatro platos de cerámica. Los análisis de los objetos revelaron que provenían de Italia, lo que corroboró la conexión de Flaccus con el ejército romano. Esta combinación de elementos convierte el descubrimiento no solo en el más antiguo de su tipo en Heerlen, sino también en uno de los pocos que permite identificar a una persona específica de aquella época.
Durante la época romana, el actual Heerlen era conocido como Coriovallum y se encontraba en un punto estratégico entre dos importantes rutas, la Via Bélgica y la Via Trajana. Estas carreteras facilitaban el comercio y el movimiento militar, convirtiendo a Coriovallum en una localidad clave dentro del Imperio Romano. El Raadhuisplein, donde se realizó el descubrimiento, era parte central de esta comunidad y sigue siendo un lugar donde convergen más de 2000 años de historia.
Los nuevos hallazgos aportan detalles valiosos para entender cómo vivían los primeros habitantes de la ciudad y cuál era su relación con el Imperio Romano. La tumba de Flaccus no solo confirma la presencia de soldados romanos en la región, sino que también muestra cómo estas figuras eran integradas en la sociedad local. La riqueza de los objetos encontrados sugiere que Flaccus probablemente gozaba de un estatus privilegiado dentro de la comunidad.
El trabajo arqueológico en el Raadhuisplein aún no ha terminado y continuará por varios días más. Cada nuevo descubrimiento amplía nuestra comprensión sobre las raíces romanas de Heerlen, revelando detalles que antes parecían perdidos en el tiempo. Estos esfuerzos no solo ayudan a conservar la memoria histórica de la ciudad, sino que también conectan a los habitantes actuales con su pasado, resaltando la importancia de Coriovallum como un lugar de relevancia histórica y cultural.
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