La mujer estaba relegada a un lugar secundario en la Antigua Grecia, de ahí que la mayoría de los nombres de reinas pertenenezcan a la mitología: Yocasta, Leda, Pélope, Gorgófone, Aglaya… Se les podrían añadir algunos históricos, pero que reinaron sólo como consortes, caso de Estratónice de Capadocia, Filistida, Nereida de Épiro o Estratónice de Pérgamo.
Sin embargo, en el Período Helenístico empezaron a cambiar las cosas y aparecieron Berenice, Arsínoe o Cleopatra, entre otras. Una de las primeras fue Agatoclea, cuyos dominios estaban en el norte de la India y ejerció de regente de su hijo Estratón I.
Conocida como Agatoclea Theotropos, apodo este último que significa algo así como «similar a una diosa», se cree que nació en torno al 150 a.C. en Bactriana, que es como los griegos llamaban a una región de Asia Central ubicada entre lo que los autores clásicos denominaban Parapamisos o Caucasus Índicus (actual macizo montañoso de Hindú Kush) por el sur y el río Oxus (hoy Amu Daria) por el norte; en nuestro tiempo, su territorio se reparte entre Afganistán, Uzbekistán y Tayikistán. Tenía la capital en Bactra o Zaraspa (la afgana Bahl contemporánea).
Hacia el 250 a.C. se fundó en dicha región el Reino Grecobactriano, un estado independizado del Imperio Seléucida por el sátrapa posalejandrino de Bactriana, Diodoto I, que se rebeló contra Antíoco II Theos aprovechando que estaba en guerra con los ptolomeos egipcios y se autoproclamó rey. Constituía el extremo oriental del mundo helénico, pero aislado de éste debido al surgimiento del Imperio Parto. A Diodoto le sucedió su hijo, que terminó derrocado por Eutidemo, quien instauró una nueva dinastía.
Su vastago y sucesor, Demetrio I, expandió sus dominios a Sogdiana y conquistó teeritorios del Imperio Maurya gracias a la caída de éste por los ataques de los shunga. Se intituló entonces Rey de la India y, consecuentemente, se le considera fundador del nuevo Reino Indogriego.
El monarca más importante de éste fue Menandro I, que ensanchó las fronteras apoderándose del Punjab, Sindh y Guyarat, alcanzando posiblemente Pataliputra, e introduciendo el budismo, al que quizá se convirtió, si bien sus monedas se acuñaban con la efigie de Atenea Alkidemos (Atenea Salvadora).
Estableció la capital en Sagala (hoy Sialkot, cerca de la frontera que divide India y Pakistán) y tuvo que hacer frente al hostigamiento del usurpador grecobactriano Eucrátides I, al que consiguió rechazar hasta el Parapamisos (cordillera del Pamir).
Es posible que, buscando evitar nuevos enfrentamientos, contrajera matrimonio con Agatoclea, a la que se supone de sangre real o al menos noble; algunos incluso se atreven a sugerir que era hija de Eucrátides, aunque no hay nada que lo demuestre. En cualquier caso, Menandro falleció en el 130 a.C. y la viuda se encontró con un difícil panorama.
Y es que el heredero, Estratón I, era todavía un niño de ocho años, algo que aprovecharon algunas de las regiones -Parapamisos, Aracosia- para separarse. Agatoclea y su hijo se vieron obligados a desplazar la corte hacia Gandhara y el Punjab para estar más seguros, mientras veían con impotencia cómo el reino se disgregaba. Así pues, Estratón probablemente no fue proclamado hasta más tarde, en una fecha incierta entre el 125 y el 110 a.C., según se deduce del registro numismático, lo que lleva a algunos historiadores a plantear dudas sobre si realmente era hijo de Menandro.
De hecho, se ha sugerido que Agatoclea -a la que no hay que confundir con la amante homónima del faraón Ptolomeo IV Filopator- no había sido esposa suya sino de algún otro monarca, quizá Nicias, quizá Teófilo, los dos soberanos en la reseñada Parapamisos (una satrapía alejandrina situada entre Afganistán y Pakistán). Se admite que el primero pudo ser pariente y sucesor de Menandro; en cualquier caso, ambos habrían reinado solapados, siendo las fechas muy confusas porque buena parte de la información procede de las monedas acuñadas y se sabe que era frecuente reaprovechar las de otros soberanos.
Peor aún, la numismática enreda todavía más las cosas al originar una tercera hipótesis. Según ésta, las monedas que se conservan con el nombre de Estratón muestran diferencias en intitulación, monograma y tipos, de manera que corresponderían en realidad a dos reyes distintos que gobernaron entre los años 105 y 80 a.C. aproximadamente. Se trataría de Estratón Soter y Dikaios («Estratón el salvador y justo»), el verdadero hijo de Agatoclea, y Estratón Epiphanes Soter («Estratón el ilustre, salvador»), señor del Punjab occidental y a quien se supone hermano de Agatoclea.
Sea como fuere, Agatoclea no debió de tenerlo fácil porque en la mentalidad helena de entonces no se aceptaba de buen grado que una mujer ejerciera el gobierno, ni siquiera como regente. Pero lo hizo, siendo una de las primeras y ayudando a Estratón a superar el hecho de que, a diferencia de lo que pasaba en los reinos seleúcidas y ptolemaicos, tampoco estaba bien visto que el monarca fuera joven; la razón más probable sería que el soberano debía liderar al ejército (por eso se lo solía representar con panoplia militar en las monedas) y eso exigía cierta veteranía.
Ello constituiría una explicación de por qué Agatoclea era representada como Atenea, diosa de la sabiduría pero también de la guerra cuya iconografía suele mostrarla con casco, escudo y lanza. Se da la circunstancia de que, además, ésta era la divinidad de la familia de Menandro, lo que puede considerarse otro elemento en favor de la teoría de que Agatoclea era hija de un rey. Decíamos antes que hubo un tiempo en que se suponía sin pruebas que su padre fue Eucrátides; otro candidato manejado era Agatocles, rey de Bactriana.
De Agatocles, que reinó aproximadamente entre los años 190 y 180 a. C., no se sabe si era hijo de Demetrio I o de Diodoto II, como también se ignora si su derrocamiento se debió al grecobactriano Antímaco I o al mencionado usurpador Eucrátides I. Parece ser, dicen los expertos, que estos monarcas cogobernaron juntos en diversos momentos; el caso es que lo hicieron demasiado lejos, cronológicamente, de Agatoclea, por lo que es prácticamente imposible que descendiera directamente de alguno de ellos.
El mayor testimonio de su reinado nos lo ofrece, una vez más, la numismática. La mayoría de sus monedas fueron acuñadas en su nombre y en el de su vástago Estratón, de ahí que aparezcan las efigies de ambos y a menudo con inscripciones bilingües, en griego y dialectos indios, aunque el nombre de ella figura más frecuentemente en el primero. Una vez que Estratón alcanzó la mayoría de edad -se sabe porque pasa a ser representado con barba- Agatoclea desaparece gradualmente de las monedas. Se cree que falleció en torno al 100 a.C., siendo enterrada en una estupa de Gandhara.
FUENTES
William Woodthorpe, The Greeks in Bactria and India
Rachel Mairs (ed.), The Graeco-Bactrian and Indo-Greek world
E. Astin (dir.), The Cambridge Ancient History
A. K. Narain, The Indo-Greeks
Wikipedia, Agatoclea (Reina)
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