Bajo la transitada avenida Chapultepec, en el corazón de la Ciudad de México, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontró los restos de un muelle y un canal navegable de época prehispánica a dos metros de profundidad, en lo que fue la playa de una península ubicada al pie del cerro del Chapulín

El canal descubierto forma parte de una red hidráulica mencionada en el célebre Mapa de Uppsala (ca. 1550). Según los arqueólogos, este cauce artificial conectaba con el lago de Texcoco y servía como una especie de autopista acuática para embarcaciones menores.

María de Lourdes López Camacho, investigadora del INAH y directora del proyecto, señaló que el segmento mejor conservado del canal, de 1,80 metros de ancho, se encuentra en las inmediaciones de la estación Chapultepec del Metro, donde un río natural fue modificado en distintas épocas: primero como canal navegable, luego como caño en los inicios del virreinato, y más tarde, en el siglo XVIII, como parte del acueducto de Chapultepec.

Muelle prehispánico México
Vista de los trabajos de excavación del canal y muelle bajo la ciudad de México. Crédito: Mauricio Marat / INAH

El canal y el muelle están asociados a un asentamiento prehispánico en el área, identificado previamente en el predio de la Secretaría de Salud. En este lugar se encontraron vestigios de una vivienda del Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), cuya disposición sugiere una conexión directa con el canal.

Según los investigadores, los habitantes accedían al “camino de agua” a través de un sendero terrestre paralelo. Este modelo de integración entre caminos terrestres y acuáticos era común en las ciudades prehispánicas del Valle de México.

El equipo arqueológico, liderado también por Liliana Márquez Escoto, ha identificado varios elementos clave en el sitio. Entre ellos destaca un posible muelle, cuya estructura se compone de 40 pilotes de madera colocados transversalmente, del que debieron arribar y partir canoas rumbo al lago de Texcoco.

Muelle prehispánico México
Otra vista de los trabajos arqueológicos en el recién descubierto muelle bajo la ciudad de México. Crédito: Mauricio Marat / INAH

Las maderas utilizadas, como el abeto u oyamel, están siendo analizadas en la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, para determinar su origen y datación precisa. Además, en la zona se recuperaron restos botánicos, incluyendo semillas de quelites, calabaza y jitomate, que ofrecen pistas sobre la dieta de los antiguos habitantes.

Otro aspecto relevante del hallazgo es la cantidad y diversidad de materiales culturales encontrados. Entre los fragmentos cerámicos destacan piezas rituales del Posclásico Tardío, como sahumadores y vasijas decoradas, que podrían haber sido parte de ofrendas relacionadas con el cuerpo de agua. Asimismo, se han identificado objetos del periodo colonial temprano (1521-1620 d.C.), como macuquinas, loza vidriada y utensilios que reflejan la transición cultural de la región tras la Conquista.

La urbanización intensiva de la zona desde el siglo XIX ha representado un reto para la conservación del sitio. Sin embargo, el descubrimiento de estos vestigios bajo la avenida Chapultepec permite reconstruir parte de la historia del Valle de México, desde su uso prehispánico hasta su transformación en un espacio moderno. Además, resalta la importancia de los “caminos de agua” como ejes vitales para las comunidades, no solo en términos de transporte, sino también como espacios rituales y de intercambio cultural.



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