Vivió a caballo entre los siglos XV y XVI, siendo uno de los emperadores más insólitos de la historia de China; no sólo por ser el primero en renunciar a cualquier gloria militar sino también el único en tener una única esposa frente a la habitual colección de consortes y concubinas. Seguidor devoto de Confucio, aplicó esa doctrina en el ejercicio del gobierno, lo que proporcionó una estabilidad política que permitió prosperar económicamente y dejar un buen recuerdo entre sus súbditos, que le dieron como nombre póstumo Emperador Jing, es decir, Emperador Respetuoso o Gran Gobernante. En realidad se llamaba Zhu Youcheng, aunque ha pasado a la posteridad como Emperador Hongzhi.
Nació en 1470, tercer hijo del emperador Chenghua, el octavo de la dinastía Ming, y su mujer, apellidada Ji (se la conoce como Lady Ji) que estaba en palacio como prisionera de la rebelión de la provincia Guangxi y de la que el niño heredó su aspecto sureño: baja estatura y tez oscura. Hongzhi era débil, pero sobrevivió a otros hermanos mayores. No le resultaría fácil, ya que Wan Zhen’er (más conocida como Lady Wan), la consorte favorita de su progenitor, tenía un carácter despiadado y no dudaba en eliminar a todo aquel que rivalizara con ella por el favor del emperador.
Quizá eso se debiera a que se sentía en desventaja por su modesto origen, puesto que era hija de un funcionario y había entrado en la corte como sirvienta; también existe la posibilidad de que las otras consortes la difamaran al convertirse en favorita y ascender socialmente de forma vertiginosa, con el agravante de que en 1466 dio a luz a un hijo del emperador. El caso es que el niño murió diez meses después y desde entonces, se rumoreaba, Lady Wan pagaba a los eunucos palaciegos para mantenerla informada sobre el harén y así saber cuándo otra concubina quedaba embarazada, de modo que, presuntamente, la hacía abortar o mataba al recién nacido.
Ésa es la razón por la que Chenghua se lamentaba de no tener descendencia masculina a sus treinta y un años; lo es, asimismo, de que no se enterase siquiera del nacimiento de Hongzhi hasta que éste cumplió cinco años. Su llegada a este mundo constituía una amenaza para el bebé y su madre por temor a Lady Wan, de ahí que, al quedar embarazada, Lady Ji iniciara una vida más discreta en los aposentos que la ex-emperatriz Wu ocupaba en los jardines de la Ciudad Prohibida. Wu había sido la primera esposa del emperador, pero fue repudiada apenas un mes después de casarse porque él tomó partido por su amante tras un enfrentamiento entre ambas mujeres.
Sin embargo, al poco de que el niño fuera presentado a su padre y reconocido oicialmente, Lady Ji falleció sospechosamente, teniendo que quedar a cargo de su abuela paterna, la emperatriz viuda Xiaosu, que le dio al niño el nombre de su clan, Zhu. Pese a su corta edad, Zhu Youcheng siempre tuvo a su madre en la memoria y nunca la olvidaría a lo largo de su vida, que no iba a ser como la de los demás porque ese mismo año, 1475, fue nombrado príncipe heredero y confiado al eunuco Tan Ji para recibir la educación correspondiente a su alcurnia.
Fue él quien le enseñó a leer utilizando para ello la obra más importante del confucianismo Los Cuatro Libros y los Cinco Clásicos (escrita antes del 300 a.C., si bien no se sabe si por el propio Confucio o por sus discípulos), que desde la dinastía Han Occidental se empleaba como corpus de la ideología oficial del estado y temario de oposiciones para funcionarios públicos. Zhu Youcheng demostró ser un alumno aplicado, ya que asimiló en profundidad la filosofía confuciana y la aplicaría en su política más adelante.
De momento tenía la tarea extra de sobrevivir, ya que la rijosa Lady Wan hizo que el eunuco Liang Fang, que estaba a su servicio, tratase de disuadir al emperador para que nombrara otro heredero, aduciendo que Zhu Youcheng era débil y poco inteligente. Pero, como ha pasado siempre, el palacio era un auténtico campo de batalla entre eunucos por afianzar sus respectivas parcelas de poder y fue otro, Huai, el que logró contrarrestar el plan enarbolando el derecho sucesorio y la estabilidad política.
Eso sí, de momento el príncipe fue enviado a Fengyang, una ciudad de la actual provincia china de Anhui que entonces estaba considerada la capital de la región central. Llegó con buen pie, pues coincidió con un terremoto que, como era costumbre, se explicó como resultado de su alejamiento, respecto al que los dioses mostraban su disconformidad. De esa curiosa forma Zhu Youcheng aseguró la sucesión, ya que su padre no quería enemistarse con el Cielo; volvía a ser el destinado al trono.
En febrero de 1487 contrajo matrimonio con Xiaochengjing, una mujer un año mayor que él y natural de Xingji (actual Qinhuangdao, provincia de Hebei), a la que las fuentes de la época describen como tonta y exigente, frívolamente aficionada a gastar en caprichos caros y muy crédula ante las supersiticiones de algunos monjes budistas y taoístas, además de promocionar a sus hermanos, Zhang Heling y Zhang Yanling, a puestos de importancia en las altas esferas estatales y conceder un título de nobleza a su padre.
Pese a ello, Zhu Youcheng la amó tan profundamente que rompió con la tradición china y pasó a ser el primer y único emperador monógamo, de ahí que a veces se le comparase con un ermitaño. Fruto de ello fue una prole bastante mayor que la de su padre: tuvieron dos hijos -aunque el segundo murió joven-y tres hijas, siendo el primogénito Zhu Houzhao (futuro emperador Zhengde) especialmente querido por su padre debido a que éste quería proporcionarle el cariño paterno que él no recibió de Chenghua. Éste enfermó de gravedad en septiembre, siete meses después de la boda, confiando a su sucesor los asuntos de gobierno con la ayuda de varios secretarios.
Cinco días más tarde falleció y Zhu Youcheng fue proclamado emperador, adoptando Hongzhi como nianhao o nombre de era (el apelativo que se elegía para designar el período de reinado de cada mandatario), que significa «Gran Gobernante», mientras su esposa pasaba a ser la emperatriz Zhang. Lady Wan había muerto ocho meses antes, pero el nuevo mandatario no quiso despojarla de su título de Gongsu Duanshun Rongjing («Noble Consorte Imperial») por respeto a la memoria de su padre.
Lo que sí hizo fue enviar emisarios a Guangxi, donde debían construir un templo en honor de la familia de su madre (mandó hacer otro en la Ciudad Prohibida) y buscar parientes vivos de ésta. Sólo encontraron a dos primos, que fueron agasajados con los nombramientos de oficiales de la Guardia Imperial; después de una disputa que mantuvieron con un tercero se descubrió que los tres eran simples estafadores cuyo final se supone que sería más bien funesto.
Mientras Zhang implantaba en la corte un estilo de vida de lujo y placer, llegó el año 1491, en el que nació el primogénito, Zhu Houzhao, al que nombró príncipe heredero al año siguiente. Algo que asentó definitivamente al emperador en su trono en la misma medida que su familia política hacía otro tanto en la aristocracia; su suegro incluso reclamó un título de más nivel, pero hubo que concedérselo póstumamente porque murió en 1492, de manera que los tres hermanos de Zhang pasaron a tener sangre azul, tierras y licencias comerciales… una puerta abierta a la corrupción
Esto generó descontento en la administración y surgieron acusaciones contra ellos de malversación y apropiación de parcelas ajenas, aunque nunca prosperaron porque tenían eunucos y funcionarios a su servicio para contrarrestarlas, aparte de que el propio emperador los protegía para no entristecer a su querida esposa. Eso sí, tampoco castigaba a los acusadores, ya que la ética confuciana decía que las críticas razonadas siempre eran legítimas y mejoraban la administración de la burocracia.
El problema estaba en que Hongzhi y su mujer eran taoístas, algo que les separaba del confucianismo imperante entre los funcionarios, que no veían con buenos ojos las frecuentes designaciones de monjes de esa fe para altos cargos. Por eso el emperador acometió una profunda reforma administrativa para suprimir los gastos superfluos y retirar a todos los burócratas considerados corruptos o que no hubieran conseguido su puesto por méritos. Entre los que tuvieron que irse, por cierto, había un millar de lamas budistas y taoístas; también parientes de Lady Wan, entre ellos dos secretarios de mala fama.
Para ello reconfiguró el poder ejecutivo, destituyendo a Wan Ra, que era Gran Secretario Principal, y desdoblando ese cargo en dos: el eunuco Huai En y el funcionario Wang Shu. Fueron ellos los que nombraron a sus ministros, escogidos entre los más honorables, lo que, unido a que Hongzhi abrazó plenamente el confucianismo y a que predominaron los funcionarios sobre los eunucos, repercutió en un aumento de la tranquilidad y mejoró la eficacia. Al contrario que su padre, el emperador celebraba reuniones periódicas con su gobierno y pocas veces tomaba decisiones unipersonales, aunque con el tiempo y por influencia conyugal sí tendería a hacerlo.
Una de las iniciativas más interesantes fue que el estado reanudase en 1503 la acuñación de moneda, ya que había ido quedando en manos privadas y las tiradas resultaban insuficientes y confusas, con profusión de modelos distintos que convivían con los pagos en especie (arroz, cereales, telas, pieles, conchas…) en las zonas menos desarrolladas. Por otra parte, se bajaron los impuestos para que el pueblo no le faltasen recursos con los que afrontar algunos desastres naturales que se produjeron en poco tiempo, caso de una pertinaz sequía, el desbordamiento del Río Amarillo y la rotura de la presa de Shandong, que obligó a aplicar un plan de reencauzamiento que tardó dos años en terminarse pese a implicar a ciento veinte mil trabajadores.
Asimismo mejoró la agricultura y revivió el comercio, recuperándose el que se mantenía con las regiones del norte interior para comprar caballos en grandes cantidades a cambio de té, logrando de paso frenar la venta ilegal de éste que algunos particulares hacían a tibetanos y mongoles. El té se usaba también para pagar cargamentos de arroz que se enviaban a las regiones que sufrían hambruna por alguna de las catástrofes reseñadas, pero el objetivo principal eran las monturas, necesarias para el ejército porque, pese a que Hongzhi procuró siempre la paz exterior, no faltaron algunos conflictos, tanto externos como internos.
Entre los primeros estaba el que se mantuvo con el sultán de Turfán (una región autónoma antaño denominada Gushi y situada en la frontera septentrional, en plena Ruta de la Seda), que se había apoderado de la ciudad china de Hami, importante para la mencionada ruta. Fracasada la diplomacia, el emperador movilizó a sus tropas y reconquistó la urbe en 1495, colocando a un príncipe uigur en el trono. El enemigo la recuperó pero brevemente, hasta que China interrumpió el comercio de seda y tuvo que admitir el regreso del príncipe, pasándose a un tenso statu quo.
Pero dentro de la propia China había disturbios. Concretamente en la región suroeste, en la frontera entre Guizhou y Yunnan, donde una mujer de la tribu lo-lo llamada Mi-lu lideró una insurrección entre 1499 y 1502 que obligó a una intervención militar a gran escala. Entre 1500 y 1503 también Hainan, la provincia más meridional, se vio sacudida por una rebelión: la de la etnia Li, que descontenta con los abusos de algunos funcionarios gubernamentales atacó a los residentes chinos. Sólo pudo pararse enviando soldados y a costa de numerosas bajas, pero finalmente se recondujo la situación dejando la administración local en manos de los jefes tribales li.
No hubo mucho más porque, como decíamos, Hongzhi deseaba un mandato pacífico acorde al principio confuciano de obtener superioridad por la vía de la virtud e incluso desechó su idea inicial de expandir las fronteras septentrionales. Sin embargo, también el ejército fue sometido a reformas. El tradicional sistema Weisuo de reclutamiento se completó en 1494 con la contratación de tubing o «soldados locales» para las zonas limítrofes y minzhuang, «incondicionales del pueblo», para las interiores. Se trataba pues de mercenarios, que hasta entonces sólo se incorporaban informalmente.
Otra medida que introdujo fue instaurar exámenes para seleccionar a la oficialidad. En realidad era algo iniciado décadas atrás pero de forma limitada insatisfactoria; Hongzhi decretó que fuera algo generalizado y encargó la tarea a los funcionarios de cada región, pese a lo cual los resultados distaron de ser los esperados. En cambio, el emperador entregó el mando de la guarnición de Pekín a funcionarios civiles (uno de ellos, muy experimentado en tener tropas a sus órdenes, sería el jefe general), contrastando con la costumbre de su padre de dárselo a eunucos.
Como se puede ver, Hongzhi trató de poner coto al amplio poder de que gozaban los eunucos en la corte. El primero en caer fue Liang Fang, aquel que trabajaba para Lady Wan, sustituyéndolo por el prestigioso Huai En, al que recuperó de su jubilación (recurrir a veteranos fue una de las acertadas líneas de actuación del emperador). Luego vinieron otros que acaparaban diversas administraciones, lo que mereció el agradecimiento del resto del funcionariado. Durante el reinado únicamente hubo dos casos de corrupción flagrante de eunucos que fueron atajados de forma contundente.
El primero tuvo lugar en 1489, cuando las autoridades de Nianjing se enzarzaron en un cruce de acusaciones; unos denunciaban que el gobernador, Jiang Cong, desvió fondos locales que habría destinado a pagar gastos del emperador y él, a su vez, les recriminaba su incapacidad para detectar otras ilegalidades peores. Hongzhi falló a favor de Jiang Cong, pero las críticas persistieron e incluso saltaron a irregularidades inmobiliarias, hasta tal punto que finalmente tuvo que dar marcha atrás y deponerlo cuatro años más tarde.
El segundo fue en 1498, protagonizado por Li Guang, encargado de recaudar impuestos vendiendo licencias de sal y ascensos en la administración. Le llovieron críticas por sus repetidos errores, aunque fue uno realmente curioso el que motivó su caída: construyó un pabellón en los jardines imperiales, pero eligiendo un sitio inadecuado según los principios del feng shui (principio taoísta basado en la ocupación armónica del espacio para influir postivamente en quien lo habita), lo que fue considerado causa de una serie de desgracias (un incendio en la Ciudad Prohibida, la muerte de la hija mayor del emperador). Terminó quitándose la vida.
Respecto a la cultura, el reinado de Hongzhi se considera una Edad de Plata. Tras once años de trabajos el Código Ming fue ampliado en 1509 por el Gran Secretario Li Dongyang y el funcionario Shen Shixing, que le añadieron dos obras: Da-Ming Huidian («Estatutos recopilados de la dinastía Ming») y Wenxing tiaoli («Cláusulas y reglas precedentes para el interrogatorio judicial»), aportando casi tres centenares más de artículos a la legislación, si bien resultaron insuficientes por no especificar el papel que debían tener los eunucos.
Además, la riqueza generada por la buena marcha de la política incentivó el crecimiento de la población (un censo realizado en 1504 dio como resultado un número de 10.588.935 hogares y 60.105.835 habitantes) y permitió que varias familias enriquecidas rivalizaran con las nobles en el mecenazgo. Así, en la ciudad de Suzhou surgió la Escuela Wu, nombre de un grupo de pintores que en realidad no constituían una institución en sentido estricto -aunque formaban parte de la llamada Escuela del Sur- sino que tenían en común el mismo concepto estético: personalización de las obras, incorporación de textos descriptivos a los dibujos (fecha, firma, tema, motivo…).
En cierta forma, la Escuela Wu se oponía a otro movimiento conocido como Escuela Zhe, que también se adscribía en la Escuela del Sur y era más conservador y académico, estilísticamente hablando. En cualquier caso, ambas son testimonio del florecimiento del arte durante el reinado. Y es que el citado Li Dongyang, historiador y poeta aparte de político, se ocupó personalmente de cuestiones sobre pintura, caligrafía y poesía, mientras que el emperador mismo fue mecenas de Shen Du y otros pintores de la corte, como Lü Ji, que era muy apreciado por sus pinturas de aves y flores.
Al comienzo decíamos que Hongzhi era de salud delicada y el 1 de junio de 1505 enfermó de gravedad, falleciendo una semana después. Por su lealtad a las virtudes confucianistas se le otorgó el nombre de templo (título entregado a los monarcas chinos al morir) Xiaozong, que significa «Ancestro Filial», y el nombre póstumo de Emperador Jing, o sea, «Emperador Respetuoso». Fue enterrado en el mausoleo de Tai, en las llamadas Tumbas Ming, una necrópolis de cuarenta kilómetros cuadrados ubicada a unos cincuenta de Pekín y declarada Patrimonio de la Humanidad, donde descansan los restos mortales de trece emperadores de esa dinastía junto a veintitrés de sus esposas y concubinas.
En sus últimos momentos confirmó la sucesión de su hijo, Zhu Houzhao, al que encomendó a sus funcionarios más fieles porque sólo tenía trece años y era demasiado inclinado al placer y el ocio. De hecho, aunque el nuevo emperador ha pasado a la Historia con el nombre de Zhengde («Recta Virtud») y había estudiado a fondo el confucianismo, no coincidía con su difunto progenitor en admirar esa filosofía y no sólo dejó el gobierno en manos del eunuco Liu Jin (que acabaría ejecutado por conspiración) sino que se comportó a menudo con irresponsabilidad, resultado herido por un tigre en una cacería, coleccionando concubinas… y muriendo de pulmonía tras haber caído borracho al Río Amarillo.
FUENTES
Frederick W. Mote, Imperial China, 900-1800
Bernard Brizay, Pequeña y gran historia de la Ciudad Prohibida
Ulrich Theobald, Ming Xiaozong 明孝宗, the Hongzhi Emperor 弘治
Beijing: The Palace Museum, Timeline of the Ming & Qing Palace Events: Hongzhi Reign
Wikipedia, Hongzhi
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