Un hallazgo sin precedentes en el Canal de San Felice, situado en el norte de la Laguna de Venecia, ha desvelado por primera vez en la zona la presencia de un material utilizado como aditivo en el calcestruzzo romano: la pulvis puteolana, una ceniza volcánica de los Campos Flegreos cerca de Nápoles.
Este descubrimiento, documentado por un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Padua, la Universidad Ca’ Foscari de Venecia y la Universidad de Modena y Reggio Emilia, ha sido publicado en la revista científica PLoS ONE. La investigación arroja luz sobre las avanzadas técnicas constructivas romanas y las dinámicas comerciales del Mediterráneo.
El objeto de estudio es una estructura hidráulica romana del siglo I d.C., considerada una precursora de los “pozos a la veneciana”, diseñada para capturar y almacenar agua dulce. El pozo de estilo veneciano es una obra hidráulica utilizada desde la época romana en los territorios del Alto Adriático para la recogida y el almacenamiento de agua dulce, que hemos podido documentar y estudiar bajo el agua también gracias a innovadoras tecnologías fotogramétricas, añaden Carlo Beltrame y Elisa Costa, profesor e investigadora del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia y autores de los estudios subacuáticos realizados en virtud de una concesión del Ministerio de Cultura, con la alta supervisión de la Soprintendenza Archeologia Belle Arti e Paesaggio del Ayuntamiento de Venecia y la Laguna.
Hoy en día, esta obra permanece sumergida a más de tres metros de profundidad en la laguna. Mediante análisis avanzados de las muestras de mortero extraídas de la estructura, los investigadores identificaron rastros de la célebre ceniza volcánica de Pozzuoli, destacada por Vitruvio y Plinio el Viejo por sus propiedades excepcionales.
La pulvis puteolana, conocida en el mundo romano como un material revolucionario, permitía a las mezclas de cal y agregados solidificar en condiciones anaeróbicas, incluso bajo el agua. Este ingrediente confirió al calcestruzzo romano una durabilidad excepcional frente a los agentes atmosféricos y las condiciones adversas del ambiente submarino. Este material precursor del cemento moderno, descubierto milenios antes del cemento Portland, fue clave en la construcción de puertos y otras infraestructuras marítimas en la antigüedad.
El equipo multidisciplinario utilizó avanzadas técnicas de análisis químico y geológico para trazar la huella de la pulvis puteolana. Mediante herramientas como la ablación láser acoplada a la espectrometría de masas, lograron identificar la composición única de los componentes microscópicos del mortero. Al comparar estos datos con una base de más de 1000 muestras geológicas, los científicos certificaron la procedencia del material como volcánica y de origen campano.
Además, se emplearon innovadoras tecnologías fotogramétricas y modelados 3D para documentar la estructura sumergida, lo que permitió preservar digitalmente este testimonio arqueológico y estudiar su relación con el entorno lagunar.
Uno de los aspectos más fascinantes del estudio es la demostración de que la Laguna de Venecia, lejos de ser una periferia aislada en el mundo romano, funcionaba como un nodo clave en una compleja red comercial panmediterránea. Este hallazgo revela rutas de intercambio cultural y económico previamente desconocidas, evidenciando el flujo de materiales y conocimientos técnicos entre regiones distantes.
La investigación pone de relieve, con una atención cada vez mayor y una conciencia ya consolidada, la absoluta centralidad e imprescindible necesidad de las ciencias exactas para comprender y reconstruir con rigor las complejas dinámicas económicas, comerciales y sociales del mundo antiguo, concluyen Jacopo Bonetto y Gilberto Artioli, profesores de los Departamentos de Bienes Culturales y Geociencias de la Universidad de Padua.
Al tiempo que subraya la estrecha conexión entre el norte de Italia y los conocimientos más avanzados de la ingeniería romana, el estudio destaca finalmente la gran originalidad con la que los antepasados de los venecianos adaptaron las formas de la construcción vitruviana de más alto nivel a las necesidades medioambientales y arquitectónicas específicas de la Laguna en su delicado equilibrio entre agua y tierra.
FUENTES
Università degli Studi di Padova
Dilaria S, Ricci G, Secco M, Beltrame C, Costa E, Giovanardi T, et al. (2024) Vitruvian binders in Venice: First evidence of Phlegraean pozzolans in an underwater Roman construction in the Venice Lagoon. PLoS ONE 19(11): e0313917. doi.org/10.1371/journal.pone.0313917
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