Una investigación reciente, liderada por un científico del CNRS, ha analizado la significativa disminución en el nivel del mar Mediterráneo durante el fenómeno geológico trascendental conocido como la crisis de salinidad del Messiniense. Este evento, que tuvo lugar entre hace 5,97 y 5,33 millones de años, transformó el Mediterráneo en un inmenso depósito de sal. Hasta hace poco, la manera en que un volumen aproximado de un millón de kilómetros cúbicos de sal se acumuló en el lecho del Mediterráneo en un corto período de tiempo permanecía desconocida.
Gracias al análisis de los isotopos de cloro presentes en los depósitos de sal de los fondos marinos del Mediterráneo, los investigadores han podido identificar dos etapas de este proceso de desecación extrema. En una primera fase, que duró alrededor de 35.000 años, los depósitos de sal comenzaron a acumularse en la región oriental del Mediterráneo, debido a una restricción parcial en la conexión entre este mar y el océano Atlántico.
Posteriormente, en una segunda etapa, mucho más breve (menos de 10.000 años), se produjo un depósito generalizado de sales a lo largo de todo el Mediterráneo, lo cual provocó una rápida desecación de las aguas. Esto causó que el nivel del agua descendiera entre 1,7 y 2,1 kilómetros en la parte oriental del Mediterráneo y aproximadamente 850 metros en el sector occidental, lo que ocasionó una pérdida de hasta el 70% del volumen total de agua en el Mediterráneo.
Las repercusiones de esta notable disminución del nivel del mar no se limitan a un cambio en la geografía del Mediterráneo. La drástica desecación afectó tanto al ecosistema terrestre como al paisaje de toda la cuenca mediterránea. Además, la reducción de peso en la corteza terrestre provocada por la desaparición de esta gran masa de agua podría haber desatado actividad volcánica en la región.
Este alivio en la corteza terrestre no solo generó alteraciones locales, sino que también influyó en el clima global, pues la depresión causada por la pérdida de agua afectó patrones climáticos a nivel mundial.
Los resultados obtenidos proporcionan una perspectiva novedosa sobre las dinámicas geológicas del pasado y el impacto de eventos de desecación extrema en los ecosistemas y el clima global.
Los científicos concluyen que, en los últimos momentos de esta crisis de salinidad, el nivel del Mediterráneo llegó a situarse aproximadamente un kilómetro por debajo del nivel del Atlántico, lo cual creó una diferencia tan extrema que favoreció, finalmente, el colapso del estrecho de Gibraltar.
Este suceso permitió el regreso de las aguas atlánticas y puso fin a la crisis, restableciendo el flujo normal y transformando nuevamente al Mediterráneo en un mar abierto.
FUENTES
Aloisi, G., Moneron, J., Guibourdenche, L. et al. Chlorine isotopes constrain a major drawdown of the Mediterranean Sea during the Messinian Salinity Crisis. Nat Commun 15, 9671 (2024). doi.org/10.1038/s41467-024-53781-6
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