La misión arqueológica conjunta egipcio-estadounidense dedicada a la restauración de la necrópolis de Asasif en el sur de Egipto, ha logrado un hallazgo monumental durante las labores de limpieza y excavación en el sector sur de la tumba de Karabasken (TT 391), perteneciente a la dinastía XXV, con el descubrimiento de la primera tumba de la época del Imperio Medio en este lugar, la cual ha revelado restos arqueológicos excepcionalmente conservados.

El Dr. Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, destacó la importancia del hallazgo, ya que podría modificar nuestra comprensión sobre la relevancia histórica de Asasif, considerándola como una necrópolis significativa durante el Imperio Medio, además de contribuir a un mejor entendimiento de las prácticas y rituales funerarios de la antigua Tebas en dicha época. En palabras del Dr. Khaled, este descubrimiento sitúa a la necrópolis de Asasif dentro de las grandes necrópolis del Imperio Medio, revelando valiosas perspectivas sobre las prácticas funerarias de una civilización que floreció en la ribera del Nilo.

La tumba contenía once sepulturas que, sorprendentemente, estaban completamente selladas y nunca habían sido abiertas, conservando restos óseos de hombres, mujeres y niños. Esto sugiere que se trataba de una tumba familiar, utilizada durante varias generaciones a lo largo de las dinastías XII y XIII. Los descubrimientos permiten suponer que esta tumba fue un espacio reservado para miembros de una familia de alta posición social o poder económico en la antigua sociedad egipcia, dadas las piezas de joyería y otros objetos de valor que acompañaban a los difuntos.

Tumbas selladas Egipto
Collar encontrado en una de las tumbas. Crédito: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto

El equipo arqueológico halló una colección de joyas extraordinarias que adornaban los cuerpos, particularmente en las sepulturas femeninas. Según el Dr. Ayman Ashmawi, jefe del Departamento de Antigüedades Egipcias, la tumba había sufrido daños significativos debido a las inundaciones a lo largo de los siglos, las cuales deterioraron las estructuras de madera de los ataúdes y los textiles de lino. Sin embargo, los elementos hechos de materiales más resistentes, como los metales y piedras preciosas, se mantuvieron notablemente intactos. Los restos óseos y los objetos de la tumba estaban ubicados en sus posiciones originales, permitiendo a los arqueólogos estudiar el contexto funerario en un estado casi puro.

Entre los hallazgos más destacados se encuentra un colgante único compuesta por treinta cuentas de amatista en forma cilíndrica, flanqueadas por cuentas de ágata y una amuleto central en forma de cabeza de hipopótamo, símbolo de fertilidad y protección en la mitología egipcia. Además, se encontraron numerosos collares, pulseras, anillos y cinturones de diversos materiales, incluyendo cerámica vidriada en tonos azul y verde, piedra fina recubierta de esmalte y ágata roja, adornados con amuletos en forma de cabezas de hipopótamo, halcones y serpientes, todos ellos en un estado de conservación admirable.

La Dra. Elena Pishkova, directora del proyecto de conservación de Asasif Sur, reveló detalles adicionales sobre las piezas encontradas. Entre las sepulturas se localizaron dos espejos de cobre. Uno de estos tenía un mango en forma de flor de loto, y el otro mostraba el rostro de la diosa Hathor con un diseño único que presenta cuatro rostros con una expresión severa, característica poco común en las representaciones de esta deidad asociada con la belleza, el amor y la música.

Tumbas selladas Egipto
Joyas encontradas en el interior de las tumbas selladas. Crédito: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto

Junto a los espejos, los arqueólogos encontraron lingotes de cobre y una pequeña escultura de la fertilidad hecha en fayenza, con piernas fragmentadas y cabello decorado con miles de cuentas de barro, simulando el estilo original.

Otro de los descubrimientos más destacados fue una mesa de ofrendas de forma cuadrada, con un borde bajo y un canal de agua en el centro rodeado de relieves que representan una cabeza de toro, panes y otros alimentos, símbolos de la abundancia y de las provisiones que, según las creencias egipcias, ayudarían al difunto en su viaje al más allá. Esta mesa de ofrendas revela la importancia del ritual de abastecimiento de alimentos para los fallecidos, además de la continua evolución de las prácticas funerarias a lo largo del tiempo.

La misión arqueológica ha anunciado que las excavaciones continuarán en los próximos meses, con la esperanza de desenterrar más secretos de esta enigmática tumba del Imperio Medio. Cada fragmento encontrado y cada objeto examinado aportará nueva información sobre la vida y la muerte en el antiguo Egipto, permitiendo que los expertos reconstruyan con mayor precisión los ritos funerarios y la concepción del más allá que mantenían los habitantes de Tebas durante las dinastías XII y XIII.



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