Durante cientos de años, los niños del Antiguo Egipto aprendieron a leer utilizando La sátira de los oficios, un texto en el que un padre da consejos a su hijo a través de descripciones de distintas profesiones, datado hacia el año 2400 a.C. La doctoranda Judith Jurjens investigó cómo funcionaba esto en la práctica.
En La sátira de los oficios (también conocida como Instrucciones de Dua-Jeti), un padre lleva a su joven hijo a la escuela. En el camino, describe varias profesiones físicamente exigentes. El objetivo del padre es claramente hacerle saber a su hijo que debe trabajar duro en la escuela, dice Jurjens. Si se convierte en escriba, será muy respetado más adelante y tendrá una vida más fácil.
Es la mejor de las profesiones. No hay nada igual en todo el país. ¡Dedicaos en cuerpo y alma a los libros! ¡No hay nada mejor que los libros! Mirad, no existe profesión sin jefe. Excepto la de escriba. Él es el jefe.
La sátira de los oficios

Durante casi mil años, la educación egipcia inculcó este mensaje a los alumnos. Los niños que iban a la escuela aprendían a escribir utilizando La sátira de los oficios, incluso cuando su lenguaje, con siglos de antigüedad, probablemente ya estaba muy alejado de su propio mundo. Sabemos que el texto se utilizaba de esta manera porque lo hemos encontrado muy a menudo, frecuentemente lleno de errores, dice Jurjens. Estos niños tenían que memorizar un texto tan lejano para ellos como lo es Shakespeare para nosotros. A veces, la versión distorsionada que producían es incluso difícil de entender para nosotros, los egiptólogos.
Aunque se sabía que La sátira de los oficios se usaba en la educación, no estaba claro cómo se usaba. Jurjens examinó casi un centenar de nuevas fuentes que no se habían estudiado antes, ya sea porque no habían sido excavadas o porque yacían olvidadas en depósitos.
Los escolares a menudo no solo escribían el texto, sino también cosas como la fecha, explica. Al observar esto, puedes descubrir, por ejemplo, que no había horarios de lecciones fijos. A veces había dos días entre dos textos consecutivos, a veces diez. Tampoco había fines de semana; las lecciones podían darse cualquier día de la semana. Además, los alumnos a veces acompañaban su trabajo con una asignación. Según Jurjens dirigían su escritura a su maestro, que a veces estaba relacionado con el templo. Esto nos da más información sobre quién era alfabetizado.
El campesino pasa todo el día lamentándose, su voz es ronca como el graznido de un cuervo. Sus dedos y sus brazos supuran y hieden en exceso. Está agotado de estar en el fango, andrajos y harapos son sus ropas. Está tan mal como quien se halla entre leones: enfermo, se ha de tumbar sobre el pantanoso suelo. Cuando abandona el campo y llega a su casa ya anochecido, está completamente exhausto por la marcha
La sátira de los oficios

El método de enseñanza también resultó ser ligeramente diferente de lo que se pensaba durante mucho tiempo, descubrió Jurjens. Sabíamos que un maestro a menudo escribía un pasaje de textos literarios como La sátira de los oficios, que el estudiante luego tenía que copiar, pero también encontré una fuente donde el maestro escribía la primera parte del texto y luego pedía al estudiante que continuara escribiendo de memoria. Puedes ver la hermosa caligrafía del maestro primero, seguida del garabato del estudiante, que no logró encajar todo en el espacio y continuó escribiendo en el reverso.
El texto completo de La Sátira de los Oficios se conserva en su totalidad en el papiro Salier II (datado en la XIX dinastía), que se guarda en el Museo Británico. Fragmentos de la obra perviven en otros papiros y ostraca en diferentes museos del mundo. Los egiptólogos todavía debaten si el texto es satírico o no, o si su autor es el mismo que escribió las Instrucciones de Amenemhat durante el reinado de Senusert.
En los próximos años, Jurjens espera hacer más descubrimientos como este. Me gustaría continuar con esta investigación. El pasado octubre, fui a El Cairo, donde miles de textos aún esperan ser estudiados. Ahora estoy escribiendo un artículo sobre esto, y me gustaría hacer una edición comercial de mi tesis. Mientras tanto, sigo trabajando como profesora de Lenguas Clásicas en una escuela secundaria. Es una idea bastante extraña que los exámenes de mis alumnos puedan ser estudiados dentro de tres mil años.
FUENTES
Myrthe Timmers, Education in Ancient Egypt: ‘Everyone Used the Same Text’(Universiteit Leiden)
Wikipedia, Sátira de los oficios
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