El vasto desierto de Ica, en Perú, una región inhóspita y de difícil acceso, captó la atención del mundo científico en 2023 gracias a un hallazgo de proporciones colosales, los primeros restos de Perucetus colossus, un antiguo cetáceo que vivió hace aproximadamente 40 millones de años y que ha sido catalogado como el animal más pesado que haya existido jamás en la Tierra.
Ahora un equipo de paleontólogos de la Universidad de Pisa ha regresado al lugar con el objetivo de desenterrar lo que podría ser el esqueleto completo de este impresionante mamífero marino.
El hallazgo de Perucetus colossus en 2023 fue un momento clave para la paleontología. No solo por la magnitud de los restos encontrados, que incluyen 13 vértebras, cuatro costillas y parte de la pelvis, sino porque la envergadura de este animal superaría incluso a la de la ballena azul, que hasta ahora se consideraba el ser vivo más grande de la historia. Según estimaciones, Perucetus podría haber alcanzado los 20 metros de longitud y su masa podría haber sido de hasta 340 toneladas, casi el doble del peso de una ballena azul, que ronda las 170 toneladas.
Sin embargo, el esqueleto descubierto estaba incompleto, lo que ha dejado abiertos muchos interrogantes sobre su morfología y su ecología. La ausencia del cráneo y los dientes hace que los paleontólogos solo puedan especular acerca de la alimentación de este coloso. Según el profesor Alberto Collareta, una de las incógnitas más intrigantes es si Perucetus era un herbívoro, como los actuales manatíes, o si podría haber sido un escarbador, alimentándose de cadáveres de otros vertebrados marinos.
La reciente expedición, llevada a cabo en el marco del proyecto ProArcheo y cofinanciada por la Universidad de Pisa, ha involucrado a un equipo multidisciplinario liderado por el profesor Giovanni Bianucci. Entre los participantes estaban también los paleontólogos Alberto Collareta, Giulia Bosio y el doctorando Francesco Nobile, junto con expertos en geología y micropaleontología de las universidades de Camerino y Milán Bicocca. Este equipo trabajó arduamente para ampliar el área de excavación en el lugar donde se encontraron los restos originales.
Uno de los desafíos más significativos ha sido la dureza del terreno. El fósil de Perucetus está incrustado en una colina de roca extremadamente dura, en una de las zonas más inaccesibles del desierto de Ica. Según Bianucci, los trabajos de excavación en años anteriores, que duraron más de una década, se vieron gravemente obstaculizados por las condiciones hostiles del sitio, lo que hacía imposible continuar con métodos tradicionales. Por esta razón, en esta última expedición se optó por el uso de un escavador mecánico, una medida extrema pero necesaria para retirar varios metros cúbicos de roca y crear una plataforma de trabajo más accesible para los paleontólogos.
Gracias a esta intervención, el equipo ha logrado acercarse a un estrato de roca donde se presume que podría estar el cráneo de Perucetus, una parte crucial del esqueleto que aún no ha sido descubierta. De hallarse, este nuevo descubrimiento podría proporcionar respuestas definitivas sobre su alimentación y comportamiento.
El impacto de la aparición de Perucetus no ha sido solo científico, sino también mediático. Su descubrimiento fue una de las tres mayores noticias científicas de 2023, según National Geographic. Las dimensiones de este animal capturaron la atención del público en todo el mundo, no solo por su tamaño, sino porque representaba un nuevo hito en la comprensión de los antiguos gigantes que habitaron los océanos. La publicación de los hallazgos en la revista Nature consolidó la importancia del descubrimiento en el campo de la paleontología.
Esta atención global ha puesto en valor la necesidad de continuar las investigaciones, no solo para completar el esqueleto de Perucetus, sino también para ampliar el conocimiento sobre los ecosistemas marinos de la época en que vivió, el Eoceno, una era en la que los océanos albergaban criaturas que, como este cetáceo, alcanzaban proporciones gigantescas.
Los paleontólogos esperan que los restos adicionales que puedan desenterrarse ofrezcan una imagen más completa de este enigmático animal. El análisis de las vértebras y las costillas ya descubiertas ha permitido suponer que Perucetus era un cetáceo extremadamente denso, una característica que sugiere que llevaba una vida principalmente bentónica, es decir, cerca del fondo marino.
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