Los paleontólogos han hecho un descubrimiento fascinante en el estado de Nueva York: los restos fósiles de una especie antigua de artrópodo que existió hace aproximadamente 450 millones de años y cuya conservación resulta excepcional gracias a un proceso de fosilización único que implicó la infiltración de pirita, conocida comúnmente como “el oro de los tontos”.

Esta nueva especie, denominada Lomankus edgecombei, pertenece a un grupo extinto de artrópodos conocidos como Megacheira y está emparentada lejanamente con los cangrejos herradura, los escorpiones y las arañas. El descubrimiento, además de su inusual color dorado, aporta una mirada reveladora sobre la evolución temprana de los ecosistemas marinos.

A diferencia de sus parientes modernos, Lomankus edgecombei carecía de ojos y contaba con unas pequeñas extremidades delanteras diseñadas especialmente para explorar el sedimento marino en la oscuridad de los antiguos océanos que cubrían lo que hoy conocemos como el estado de Nueva York. A través de los siglos, el fósil fue preservado en Beecher’s Bed, un sitio rico en fósiles cerca de la ciudad de Roma, Nueva York, donde los sedimentos con alto contenido de pirita permitieron la fosilización del espécimen de manera excepcional.

Lomankus edgecombei
El fósil de Lomankus edgecombei encontrado petrificado en pirita. Crédito: Luke A. Parry et al.

Este mineral, debido a sus propiedades metálicas, reemplazó gradualmente las partes blandas del organismo antes de que estas se descompusieran, manteniendo detalles anatómicos clave que proporcionan información valiosa sobre la vida marina en el período Ordovícico, hace cientos de millones de años.

El profesor Derek Briggs, curador del Museo Peabody de la Universidad de Yale y coautor de un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology, destaca la relevancia de esta preservación. Estos fósiles notables muestran cómo la rápida sustitución de características anatómicas delicadas en pirita antes de que se descompongan preserva evidencia crítica de la evolución de la vida en los océanos hace 450 millones de años, señaló.

La estructura del Lomankus ha sido reconstruida utilizando tomografía computarizada, lo que permite observar con precisión sus detalles morfológicos y su particular color dorado, resultado de la infiltración de pirita en sus tejidos.

Lomankus edgecombei
Morfología de Lomankus edgecombei reconstruida mediante tomografía computerizada. Crédito: Luke A. Parry et al.

Desde el punto de vista evolutivo, Lomankus edgecombei es significativo en varios aspectos. Los Megacheira, el grupo al que pertenece, son conocidos por poseer una cabeza adaptable y extremidades especializadas que variaban en función de sus necesidades, como sucede hoy en día con las pinzas del escorpión o los colmillos de la araña. En el caso de Lomankus, las extremidades delanteras poseen una estructura particular formada por tres flagelos largos y flexibles, similares a látigos, que probablemente utilizaba para detectar su entorno y buscar alimento. El profesor Luke Parry, otro de los autores del estudio, resalta que esta versatilidad anatómica es comparable a una navaja suiza biológica, ya que permitía a los artrópodos adaptarse eficazmente a su entorno.

Además, los fósiles de Lomankus desafían las teorías previas sobre el tiempo de supervivencia de los Megacheira. Hasta ahora, se pensaba que este grupo de artrópodos se extinguió en su mayoría al final del período Cámbrico, hace aproximadamente 485 millones de años, pero el descubrimiento de Lomankus edgecombei demuestra que algunos lograron sobrevivir y diversificarse hasta el período Ordovícico, prolongando su existencia y adaptándose en un mundo cambiante.

La reciente reaparición de estos fósiles en el ámbito de la investigación se debe a Yu Liu, un paleontólogo de la Universidad de Yunnan en China, quien obtuvo los restos de un coleccionista chino y contactó a Briggs para su estudio. La colaboración con Parry, antiguo estudiante de Briggs, permitió aprovechar la tecnología avanzada de tomografía computarizada para obtener imágenes tridimensionales del fósil, destacando los detalles anatómicos de Lomankus edgecombei y revelando así una imagen tridimensional que captura su sorprendente color dorado, legado de la pirita que lo preservó.


FUENTES

Yale University

Luke A. Parry, Derek E.G. Briggs, et al., A pyritized Ordovician leanchoiliid arthropod. Current Biology (2024). doi.org/10.1016/j.cub.2024.10.013


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