Investigadores de Suecia y España han realizado un estudio arqueogenético exhaustivo sobre una comunidad que vivió en la frontera entre los reinos cristianos del norte y Al-Ándalus durante el período altomedieval. Esta era dinámica, especialmente en la Península Ibérica, estuvo marcada por la competencia religiosa, las luchas de poder y una movilidad humana significativa, factores que moldearon los cimientos de la Europa moderna.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, se centró en Las Gobas, un sitio rural en el Condado de Treviño, provincia de Burgos, en el norte de España, cerca del pueblo de Laño. La comunidad existió desde mediados del siglo VI hasta el XI y es notable por su iglesia y áreas de vivienda excavadas en cuevas.
El sitio también proporciona evidencia de violencia, probablemente de golpes de espada, encontrados en algunos de los individuos enterrados. Se excavaron cuarenta y una tumbas, y 39 de ellas fueron sometidas a análisis arqueogenético.
La investigación interdisciplinaria, liderada por Ricardo Rodríguez Varela del Centro de Paleogenética (CPG) de Estocolmo, integró datos genéticos, arqueológicos e históricos para revelar la presencia de una comunidad endogámica en el norte de Iberia que permaneció relativamente aislada a pesar de siglos de turbulenta historia regional.
Nuestros hallazgos indican que esta comunidad se mantuvo relativamente aislada durante al menos cinco siglos, dijo Rodríguez Varela. Aunque Las Gobas se encuentra justo al norte de las regiones bajo dominio islámico, encontramos niveles relativamente bajos de ascendencia norteafricana y de Oriente Medio en comparación con otros individuos medievales de la Península Ibérica, y no observamos un aumento significativo de estas ascendencias tras la conquista islámica de Iberia, concluyó.
Zoé Pochon, también del CPG, destacó el descubrimiento de varios patógenos poco estudiados en los restos humanos de Las Gobas. Por ejemplo, Erysipelothrix rhusiopathiae, una bacteria que causa enfermedades de la piel a través de la contaminación de heridas abiertas, a menudo infecta a los humanos a través de animales domésticos, lo que sugiere que la cría de animales era importante para esta comunidad.
También identificó el virus de la viruela, el agente causante de la viruela, en un individuo de uno de los entierros más recientes. Esta cepa específica es similar a las encontradas en Escandinavia, Alemania y Rusia, lo que subraya la presencia paneuropea de la viruela durante la Edad Media.
Anders Götherström, el autor principal del estudio y también con base en el CPG, enfatizó la naturaleza exhaustiva de su investigación: Es asombroso cuánta información pudimos recopilar sobre este grupo de personas a través de nuestra investigación arqueogenética.
Explicó además: Un grupo endogámico, familiarizado con la violencia, parece haberse establecido en Las Gobas durante el siglo VI o VII. Para el siglo X, la viruela parece haber afectado a Las Gobas, probablemente propagándose por Europa en lugar de a través de rutas islámicas, como se había teorizado anteriormente para explicar cómo la viruela entró en Iberia.
FUENTES
Ricardo Rodríguez-Varela et al., Five centuries of consanguinity, isolation, health, and conflict in Las Gobas: A Northern Medieval Iberian necropolis. Sci. Adv. 10, eadp8625(2024). DOI:10.1126/sciadv.adp8625
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