Uno de los relatos más fascinantes y quizá menos conocidos de la historia de Roma es el de Palanteo (en latín Pallantium, y en griego antiguo Παλλάντιον), una ciudad legendaria que, según diversas fuentes antiguas, se erigía sobre el Monte Palatino, la misma colina que siglos después se convertiría en el corazón de Roma.
La leyenda de Palanteo se encuentra mencionada en varias obras de la literatura clásica, siendo la más célebre La Eneida de Virgilio. Según el relato, la ciudad había sido fundada por Evandro, rey de Arcadia, una región situada en el corazón del Peloponeso griego. Evandro habría llegado a las tierras cercanas al río Tíber mucho antes de la Guerra de Troya, y se asentó en el Monte Palatino, donde fundó una pequeña ciudad que nombró Pallantium en honor a su ancestro Palas.
Dionisio de Halicarnaso, un historiador griego del período romano, proporciona una narrativa similar pero con detalles adicionales. En sus escritos, menciona que los arcadios, liderados por Evandro, construyeron una ciudad cerca de una de las siete colinas de Roma, a la cual llamaron Pallantion, en honor a su metrópolis en Arcadia. Este acontecimiento habría tenido lugar, según Dionisio, unos sesenta años antes de la Guerra de Troya, lo que sitúa a Palanteo como una de las primeras ciudades del área que luego se convertiría en Roma.
Y los arcadios, según les aconsejaba Temis por inspiración, eligieron una colina, no lejos del Tíber, que ahora está cerca del centro de la ciudad de Roma, y junto a esta colina construyeron una pequeña aldea suficiente para la dotación de las dos naves en las que habían venido de Grecia. Sin embargo, el destino quiso que esta aldea superara con el paso del tiempo a todas las demás ciudades, griegas o bárbaras, no sólo por su tamaño, sino también por la majestuosidad de su imperio y por todas las demás formas de prosperidad, y que fuera célebre por encima de todas ellas mientras durara la mortalidad. Llamaron a la ciudad Pallantium por su ciudad madre en Arcadia; ahora, sin embargo, los romanos la llaman Palatium, el tiempo ha oscurecido la forma correcta, y este nombre ha dado ocasión a muchos de sugerir etimologías absurdas.
Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades Romanas 1.31

Estrabón también se hace eco del tema, citando al historiador Coelius, el cual asegura que Roma es una colonia griega:
Sin embargo, también existe otro relato más antiguo y mítico, según el cual Roma fue una colonia arcadia fundada por Evandro. Éste entretuvo a Hércules cuando conducía los bueyes de Gerión, y siendo informado por su madre Nicostrata (que era experta en el arte de la profecía) de que cuando Hércules hubiera completado sus trabajos estaba predestinado que fuera inscrito entre los dioses, le informó del asunto, le consagró una arboleda y le ofreció sacrificios al modo griego; un sacrificio que continúa en honor de Hércules hasta el día de hoy. El historiador romano Cœlius opina que esto es una prueba de que Roma es una colonia griega, ya que el sacrificio a Hércules al estilo griego fue traído de su patria. Los romanos también veneran a la madre de Evandro bajo el nombre de Carmentis, considerándola una de las ninfas
Estrabón, Geografía 5.3.3
En La Eneida, Palanteo juega un papel crucial como modesto preludio de la futura gloria de Roma. Evandro y su hijo Palante (o Pallas) reciben con honores al héroe troyano Eneas, quien busca su ayuda en la guerra contra los rútulos (un pueblo del Lacio) liderados por su rey Turno.

La tragedia de la muerte de Pallas a manos de Turno es uno de los momentos más conmovedores del poema, y su impacto es tal que lleva a Eneas a tomar una decisión fatal contra su enemigo, matándolo.
Esta alianza es fundamental para la narrativa épica de Virgilio, pues refuerza la idea de que los futuros romanos estuvieron ligados, desde sus orígenes míticos, con los grandes héroes de la mitología griega.
Tito Livio también menciona la ciudad en su historia de Roma, explicando con ello el origen de las fiestas Lupercales, rito de iniciaciación a la edad adulta de adolescentes que sobrevivían durante un tiempo de la caza en el bosque, cual lobos humanos. Curiosamente la Palantio arcadia de donde procedía Evandro había sido fundada por Palas, hijo de Licaón (a quien Zeus había transformado en lobo).
Se dice que la fiesta de la Lupercalia, que se sigue observando, ya se celebraba en aquellos días en la colina del Palatino. Este cerro se llamó originalmente Pallantium de una ciudad del mismo nombre, en Arcadia; el nombre fue cambiado posteriormente a Palatium. Evandro, un arcadio, había poseído aquel territorio muchos años antes, y había introducido un festival anual de Arcadia en el que los jóvenes corrían desnudos por deporte y desenfreno, en honor de Pan Liceo, a quien los romanos más tarde llamaron Inuus.
Tito Livio, Historia de Roma 1.5

El nombre de Palanteo, como el de muchas ciudades antiguas, está envuelto en etimologías que mezclan leyenda y genealogía. Virgilio afirma que la ciudad fue nombrada así en honor a Palas, ancestro de Evandro, mientras que otros autores, como Pausanias y Dion Casio, sugieren que el nombre proviene de la ciudad original de Evandro en Arcadia.
Dionisio de Halicarnaso opina, siguiendo a Livio, que se trata del lugar que ahora los romanos llaman Palatium (es decir, el Palatino) y añade una variante interesante al mito: la ciudad podría haber sido nombrada en honor a Pallas, hijo de Hércules y Lavinia, la hija de Evandro, quien fue enterrado en la colina que luego llevaría su nombre. No obstante, también se muestra algo escéptico al respecto.
Pero nunca he visto ninguna tumba de Palas en Roma ni he oído que se hicieran libaciones en su honor, ni he podido descubrir nada más de esa naturaleza, aunque esta familia no ha dejado de ser recordada ni de recibir los honores con los que los seres divinos son adorados por los hombres. Pues he sabido que los romanos celebran anualmente sacrificios públicos a Evandro y a Carmenta del mismo modo que a los demás héroes y divinidades menores; y he visto dos altares erigidos, uno a Carmenta bajo la colina Capitolina, cerca de la Puerta Carmental, y el otro a Evandro junto a otra colina, llamada Aventino, no lejos de la Puerta Trigemina; pero no sé nada de este tipo que se haga en honor de Palas
Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades Romanas 1.32

El mito de Palanteo fue más que una simple leyenda antigua, jugó un papel fundamental en la formación de la mitología romana. Al situar a Evandro, un rey arcadio, como uno de los primeros fundadores de lo que luego sería Roma, los romanos crearon un puente cultural que realzaba la grandeza de Roma, mostrando que incluso en sus inicios tenía vínculos con las tradiciones y los héroes más venerados del mundo antiguo.
Además, la existencia de Palanteo en la narrativa mítica de Roma ofrecía una explicación coherente para las similitudes observadas entre la cultura griega y romana, permitiendo a Roma reclamar un linaje que incluía a griegos, etruscos, sabinos y latinos bajo el liderazgo de sus primeros reyes, Romulo y Numa Pompilio.
En Palanteo era donde los romanos creían que estaba la cueva Lupercal, en la que el pastor Fáustulo encontró a Rómulo y Remo amamantados por la loba Luperca y se los llevó a su esposa Aca Larentia para que los criase.

A lo largo de los siglos, la existencia de la antigua ciudad griega de Palanteo fue aceptada como una verdad histórica. Autores como Cayo Julio Solino, gramático latino que escribió entre los siglos III y IV d.C., dice que hay quienes opinan que fue a Evandro a quien se le ocurrió llamar Roma a la nueva ciudad.
Hay quien quiere hacer creer que el nombre de «Roma» se le ocurrió por primera vez a Evandro. Al encontrar allí una ciudad ya construida, que los jóvenes llamaban en latín «Valentia», prestó atención al significado del nombre anterior y la llamó en griego «Roma». Y como él y sus arcadios vivían en la parte más alta de la colina, la derivación fue que las partes más seguras de las ciudades se llamaron más tarde arcadias.
Solino, Polyhistor 1.1
En el mismo sentido, Robert Graves imaginó en su magnífico ensayo La diosa blanca una conversación entre Teófilo, un historiador griego, y Lucio Sergio Paulo, gobernador de Chipre bajo el emperador Claudio, en la cual se dice que Evandro tenía dos hijas, llamadas Romë (fuerza) y Dynë (poder).
Incluso en el siglo XIX, autores como Fustel de Coulanges todavía mencionaban Palanteo en sus obras como un hecho incuestionable. Sin embargo, nada en el registro arqueológico puede considerarse evidencia de que existiese una colonia griega antigua anterior a Roma en el monte Palatino.
FUENTES
Dionisio de Halicarnaso, Roman Antiquities
Solino, Polyhistor
Anthony Adolph, In Search of Aeneas: Classical Myth or Bronze Age Hero?
George Cornewall Lewis, An Inquiry Into the Credibility of the Early Roman History
Robert Graves, The White Goddess
Wikipedia, Palanteo
Discover more from La Brújula Verde
Subscribe to get the latest posts sent to your email.