En el marco de las excavaciones preventivas que se están llevando a cabo en el yacimiento de Coatmen, al suroeste de la ciudad de Tréméven (Côtes-d’Armor, Francia), los arqueólogos han hecho un descubrimiento notable: cinco grandes pesas de piedra, ovaladas y con agujeros en su parte superior, junto con un huso para tejer, pertenecientes a un antiguo taller de la Edad del Hierro, testigos de las actividades domésticas y artesanales de la época en esta región de la Bretaña.
El hallazgo se realizó en una granja gala ubicada al norte de una antigua necrópolis, donde se estima que el asentamiento estuvo en uso desde el siglo III a.C. Los arqueólogos, que llevan explorando el sitio desde 2023, señalan que estas pesas probablemente eran utilizadas para tejer, y su aparición confirma la existencia de un taller textil en el asentamiento.
Las piedras, cuidadosamente trabajadas, cuentan con orificios en su parte superior, lo que puede indicar su uso en telares para mantener tensos los hilos durante el proceso de tejido.
El asentamiento, parte de una pequeña granja fortificada, incluye varias estructuras de tierra y madera que formaban parte del entorno doméstico y agrícola. Los objetos hallados, entre los que destacan utensilios de uso cotidiano y agrícola, permiten a los investigadores profundizar en las actividades económicas y la organización social de sus habitantes.
Según los arqueólogos el descubrimiento de estas pesas de piedra nos ofrece una ventana única a las prácticas textiles de la época. Estos artefactos nos ayudan a comprender mejor la importancia de la producción artesanal, especialmente del tejido, en las economías rurales de la Edad del Hierro.
Junto a las pesas, se encontró un huso de madera, un instrumento crucial en el hilado de lana o lino, lo que subraya la relevancia de la producción textil en la vida cotidiana de la comunidad.
La granja no es el único testimonio del pasado en Coatmen. El área ha estado ocupada desde finales de la prehistoria, albergando estructuras funerarias de la Edad del Bronce y un asentamiento de la época romana.
En el siglo I de nuestra era, la antigua granja gala es abandonada en favor de un nuevo establecimiento situado en una posición elevada, en el lugar de la antigua necrópolis. Entonces se funda otro recinto. El hábitat, muy parcialmente abordado por la excavación, revela varias fases de construcciones sobre postes de madera y cimientos de piedra. Las estructuras descubiertas esbozan los alrededores de un establecimiento tipo villa, cuya ocupación parece mantenerse hasta el siglo IV, explican los arqueólogos.
Este descubrimiento será uno de los puntos clave de las visitas guiadas organizadas durante las Jornadas Europeas del Patrimonio, que tendrán lugar el próximo 22 de septiembre. Los asistentes podrán conocer de primera mano estos vestigios de la vida cotidiana de hace más de dos mil años, así como participar en talleres y actividades arqueológicas.
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