Durante los trabajos en el Lago de Bolsena, en el sitio arqueológico sumergido del Gran Carro, ha sido descubierta una figura de terracota femenina. Este hallazgo se produjo en el contexto del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), donde se está desarrollando un recorrido subacuático que permitirá a los visitantes explorar el yacimiento de forma única.
El descubrimiento es considerado excepcional y único, arrojando nueva luz sobre aspectos poco conocidos de la vida cotidiana durante la primera Edad del Hierro (finales del siglo X a.C. – principios del siglo IX a.C.) en la región de la Etruria meridional.
La figurita, apenas esbozada y con características femeninas sutiles, fue moldeada en arcilla poco cocida. Un detalle sorprendente es que aún conserva las huellas digitales de su creador, además de la impresión de una trama de tejido bajo el pecho, lo que sugiere que la figura estaba «vestida» con algún tipo de prenda.
Presenta características similares a las encontradas en otros contextos arqueológicos, donde a menudo se asocian con ajuares funerarios. Sin embargo, el hallazgo de esta pieza en una zona habitacional dentro de una de las estructuras en proceso de excavación indica que podría tener un uso votivo, relacionado con algún tipo de ritual doméstico. Este tipo de rituales han sido documentados en períodos posteriores, lo que sugiere una continuidad de prácticas culturales.
El descubrimiento fue realizado por el personal del Servicio de Arqueología Subacuática, seguido por la recuperación y el primer tratamiento de conservación llevado a cabo por los restauradores subacuáticos de CSR Restauro Beni Culturali. El trabajo minucioso de estos expertos ha sido crucial para preservar la pieza en su estado original y para permitir su estudio detallado.
El éxito de esta operación también se debe a la colaboración con las fuerzas del orden, en particular el núcleo de buzos de la Guardia di Finanza de la Estación Naval de Civitavecchia y los Carabinieri Subacquei de la Aliquota de Roma, quienes proporcionaron asistencia esencial durante los trabajos en el agua.
El yacimiento arqueológico del Gran Carro de Bolsena es famoso por el complejo de Aiola, una estructura monumental sumergida parcialmente explorada que sigue siendo un misterio para los arqueólogos. Este cúmulo de piedras, sin ligantes estructurales, presenta una forma troncocónica con base elíptica y esconde un túmulo de tierra debajo de su superficie rocosa.
Recientemente, se ha propuesto que Aiola está estrechamente vinculada a la presencia de fuentes de aguas termales, con temperaturas entre 30 y 40 grados Celsius, lo que sugiere que no es la única estructura de este tipo en el lago.
Las excavaciones han revelado materiales de la primera Edad del Hierro, incluyendo postes de madera y fragmentos cerámicos, especialmente en el lado suroeste. Estas evidencias indican que Aiola formaba parte de un asentamiento de palafitos de esa época. Además, el hallazgo de una base de columna de tufo y monedas de la época constantiniana evidencia su uso continuo hasta la época tardo romana.
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