En un mundo donde las fronteras suelen ser sinónimo de separación, control y, en ocasiones, conflicto, la Frontera de la Paz entre Uruguay y Brasil es una curiosa excepción. Este tramo fronterizo, que une las ciudades de Rivera (Uruguay) y Santana do Livramento (Brasil), es mucho más que una simple línea divisoria entre dos naciones. Es un símbolo de integración, un testimonio viviente de cómo dos pueblos han logrado convivir en paz, compartiendo no solo un espacio geográfico, sino también una identidad cultural.
El epicentro de esta singular relación es la Plaza Internacional, inaugurada el 26 de febrero de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. En una época marcada por la división y el conflicto global, esta plaza binacional se erigió como un espacio de unión, un símbolo de la posibilidad de coexistencia pacífica entre naciones. La plaza es única en su tipo, compartida en partes iguales por Brasil y Uruguay, y administrada de manera conjunta por ambos países.
Posee unos 55.000 metros cuadrados de superficie, y forma un conjunto simétrico a ambos lados de la línea fronteriza, presidida por un obelisco de 15 metros de altura, símbolo de la confraternidad uruguayo-brasileña.
A 13 metros de altura hay dos relojes, que actualmente ya no funcionan, y que estaban sincronizados con las horas oficiales de cada país. Cada vez que ambas horas coincidían, un haz de luz de unos cinco minutos de duración se proyectaba desde el vértice del obelisco, realizado en vidrio.
La inauguración de la plaza fue un evento cargado de simbolismo, presidido por los entonces mandatarios de Brasil y Uruguay, Getúlio Vargas y Alfredo Baldomir, respectivamente. La elección del momento no fue casual; en un mundo fracturado por la guerra, la creación de este espacio binacional representaba un mensaje de esperanza, un ejemplo de cómo las fronteras pueden ser puentes en lugar de barreras.
Pero el origen de la Frontera de la Paz no siempre estuvo marcado por la armonía. Inicialmente, tanto Rivera como Santana do Livramento fueron fundadas con fines militares, diseñadas para vigilar mutuamente los intereses de sus respectivos países.
Sin embargo, con el tiempo, esta función militar fue dando paso a una convivencia más cercana entre los habitantes de ambas ciudades. La necesidad de interactuar, comerciar y coexistir transformó la frontera en un espacio de intercambio cultural y social.
A medida que las relaciones entre los habitantes de Rivera y Santana do Livramento se fueron estrechando, la línea divisoria entre ambos se hizo cada vez más difusa, hasta convertirse en lo que hoy conocemos como la Frontera de la Paz.
A lo largo de los años, la frontera ha sido testigo de importantes encuentros diplomáticos entre los líderes de Uruguay y Brasil. El primero de estos encuentros tuvo lugar el 10 de febrero de 1957, cuando el presidente brasileño Juscelino Kubitschek y Arturo Lezama, presidente del Consejo Nacional de Gobierno de Uruguay, se reunieron en la Plaza Internacional.
Desde entonces, se han realizado otros encuentros significativos en la frontera. El 6 de mayo de 1997, los presidentes Julio María Sanguinetti de Uruguay y Fernando Henrique Cardoso de Brasil se reunieron nuevamente en la plaza, consolidando la tradición de utilizar este espacio como un punto de encuentro para fortalecer los lazos bilaterales.
La última visita conjunta de mandatarios ocurrió el 30 de julio de 2010, con la presencia de los presidentes José Mujica y Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmando una vez más el carácter especial de esta frontera.
Uno de los aspectos más destacados de la Frontera de la Paz es el binacionalismo que caracteriza a sus habitantes. Es común encontrar familias cuyos miembros poseen tanto la nacionalidad uruguaya como la brasileña, y que se mueven con total naturalidad entre ambos lados de la frontera.
Este fenómeno ha dado lugar a una cultura híbrida, donde el español y el portugués se entremezclan en el día a día, y donde el portuñol, un dialecto fronterizo, se convierte en una lengua franca que facilita la comunicación.
La vida cotidiana en la Frontera de la Paz es un testimonio de la integración cultural que ha surgido entre Rivera y Santana do Livramento. Las personas cruzan la frontera para trabajar, estudiar o simplemente hacer compras, sin que la línea divisoria represente un obstáculo real en sus vidas, ya que no existe ningún control. Esta fluidez ha generado una identidad fronteriza única, donde las diferencias nacionales se diluyen en favor de una comunidad binacional cohesionada.
Ambas ciudades están unidas, y no separadas, por la frontera, una línea imaginaria que discurre por sus calles, y que queda perfectamente expresada en la Plaza Internacional, la única plaza binacional del mundo, compartida por ambos países a partes iguales.
FUENTES
Fronteira da Paz (Web oficial)
Carlos María Lima, Nacionalidad: Fronterizo
Frontera de la Paz Sustentable
Eurosocial, Frontera de paz
FIIAPP, Frontera de Paz: Fortaleciendo la gobernanza transfronteriza
Wikipedia, Frontera de la Paz
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.