Continúan los hallazgos en el área de excavación de la Regio IX, Insula 10 de Pompeya, donde se están llevando a cabo investigaciones arqueológicas en el marco de un proyecto más amplio destinado a asegurar los frentes de excavación.
El último hallazgo, del cual se ha publicado recientemente en el E-Journal de las Excavaciones de Pompeya un primer encuadre científico, es un espacio en el que se encontraron dos víctimas de la erupción, un hombre y una mujer. Esta última, encontrada en la cama, llevaba consigo un pequeño tesoro con monedas de oro, plata y bronce, y algunos adornos, entre ellos unos pendientes de oro y perlas.
El pequeño espacio, un lugar de servicio usado como cubículo (habitación) provisional durante los trabajos de renovación de la casa, ubicado detrás del ya documentado Sacrario azul y con acceso desde el gran salón decorado en estilo II, fue elegido como refugio por estas dos personas, en espera del final de la lluvia de lapilli que, durante horas, había estado invadiendo los espacios abiertos, en el resto de la casa.
El espacio, gracias a la ventana cerrada, permaneció libre de las piedras pómez que llenaron, en cambio, el salón adyacente, bloqueando de hecho la posibilidad de que las dos víctimas pudieran abrir la puerta y escapar. Atrapadas en la angosta habitación, encontraron la muerte con la llegada de los flujos piroclásticos.
Las huellas en la ceniza permitieron reconstruir los muebles e identificar su posición exacta en el momento de la erupción: una cama, un cofre, un candelabro de bronce y una mesa con tapa de mármol, con los utensilios de bronce, vidrio y cerámica aún en su lugar.
El proyecto de excavación forma parte de un enfoque más amplio, desarrollado en los últimos años con el objetivo de mejorar la protección y el régimen hidrológico de los frentes de excavación. Con base en los datos recogidos durante este periodo, el Parque Arqueológico está comprometido en calibrar su enfoque, centrando los aspectos de restauración, conservación y accesibilidad del patrimonio y delimitando cuidadosamente las áreas de excavación dentro de la ciudad sepultada en el 79 d.C.
Al mismo tiempo, importantes inversiones ministeriales y gubernamentales están destinadas a nuevas excavaciones en el territorio circundante, desde Civita Giuliana hasta la Villa de los Misterios y la antigua Oplontis en el Municipio de Torre Annunziata.
La oportunidad de analizar los valiosísimos datos antropológicos relativos a las dos víctimas encontradas en el contexto arqueológico que marcó su trágico fin, permite recuperar una cantidad notable de información sobre la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos y sobre las microhistorias de algunos de ellos, con una documentación precisa y puntual, confirmando la singularidad del territorio vesubiano,declara el Director del Parque, Gabriel Zuchtriegel.
Un trabajo que ve la colaboración entre arqueólogos, antropólogos y vulcanólogos dedicados a reconstruir los últimos instantes de vida de hombres, mujeres y niños que perecieron durante una de las mayores catástrofes naturales de la antigüedad. Pompeya sigue siendo un gran taller de investigación y restauración, pero en los próximos años esperamos importantes avances en las excavaciones arqueológicas y en la valorización del territorio, gracias también a las inversiones anunciadas recientemente por el Ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.
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