Un reciente estudio arqueológico ha revelado que el tablero, tallado en la roca, de un antiguo juego de mesa conocido como el juego de los cincuenta y ocho agujeros, y encontrado en 2018 en la península de Absheron, ubicada en el actual Azerbaiyán, es el más antiguo conocido. Este descubrimiento cuestiona las teorías anteriores sobre el origen y la difusión de este enigmático pasatiempo, que se jugaba en diferentes partes de Asia y Egipto hace más de tres mil años.

El juego de los cincuenta y ocho agujeros, también conocido como «perros y chacales» debido a las figuras talladas en las primeras piezas de juego encontradas, ha sido identificado en varios sitios arqueológicos en Egipto, el Levante, Mesopotamia, Irán y Anatolia. Sin embargo, la aparición de este juego en la península de Absheron es un hallazgo sin precedentes que sugiere la existencia de rutas de interacción cultural y comercial que conectaban esta región del Cáucaso con sociedades más al sur.

El juego, cuya antigüedad se remonta al tercer milenio a.C., se jugaba en un tablero con cincuenta y ocho agujeros dispuestos en dos filas paralelas de diez agujeros cada una, rodeadas por un arco de treinta y ocho agujeros. Las fichas, con formas que variaban según la región, se movían a lo largo de este patrón, y algunos agujeros específicos estaban marcados o conectados por líneas, sugiriendo reglas de juego complejas.

Mapa de los sitios de la Edad del Bronce Medio donde se recuperaron tableros de juego de cincuenta y ocho hoyos
Mapa de los sitios de la Edad del Bronce Medio donde se recuperaron tableros de juego de cincuenta y ocho hoyos. Crédito: W. Crist et al.

El descubrimiento más antiguo de un tablero de este tipo se realizó en Egipto, en la tumba de el-Asasif, datada entre el 2064 y 1952 a.C. Este hallazgo, junto con otros tableros encontrados en Anatolia, Levante y Mesopotamia, había llevado a los arqueólogos a considerar que el juego podría haberse originado en Egipto o en el suroeste de Asia. Sin embargo, los recientes descubrimientos en la península de Absheron desafían esta hipótesis y abren nuevas interrogantes sobre el origen exacto del juego.

En la península de Absheron, los arqueólogos han identificado seis patrones de juego similares en diferentes sitios, lo que sugiere que la práctica de este juego estaba extendida en la región durante el tercer y segundo milenio a.C. Los sitios de Çapmalı, Yenı Türkan, Dübəndi y Ağdasdüzü han revelado tableros grabados en piedra que corresponden a la geometría distintiva del juego de los cincuenta y ocho agujeros.

El tablero mejor documentado fue encontrado en el sitio de Çapmalı, dentro de la Reserva Nacional de Gobustan, al suroeste de Bakú, cerca de la costa del Mar Caspio. Este sitio alberga un refugio rocoso cubierto de petroglifos de la Edad del Bronce y períodos posteriores, lo que indica su ocupación continua durante milenios. Dentro de este refugio, los arqueólogos encontraron un tablero de juego tallado en una roca, junto a fragmentos de cerámica y otros artefactos que datan del segundo milenio a.C.

Vista de Çapmalı, que muestra la piedra 111 en el centro, donde se encontró el juego de cincuenta y ocho hoyos.
Vista de Çapmalı, que muestra la piedra 111 en el centro, donde se encontró el juego de cincuenta y ocho hoyos. Crédito: W. Crist et al.

La disposición de los tableros en sitios como Çapmalı indica que el juego podría haber sido una parte integral de la vida cotidiana, utilizado quizás durante los meses de invierno cuando los pastores se establecían en refugios como el de Gobustan.

El análisis de la cerámica encontrada en estos sitios refuerza esta hipótesis, ya que sugiere una ocupación estacional por parte de comunidades pastoriles. Los objetos hallados incluyen fragmentos de cerámica de la cultura Khojaly-Gadabay, que datan del siglo XIII al VII a.C., junto con piezas más antiguas de la Edad del Bronce Medio y Tardío. Esta mezcla de materiales indica que el sitio de Çapmalı y otros cercanos fueron ocupados repetidamente a lo largo de los siglos, posiblemente por las mismas comunidades que compartían una tradición cultural común.

Estos hallazgos sugieren que, lejos de ser una región aislada, la península de Absheron formaba parte de una red cultural más amplia que conectaba a los pueblos del Cáucaso con las civilizaciones del sur, como Mesopotamia y Egipto.

Juego de tablero de cincuenta y ocho hoyos de la Tumba 312 en el-Asasif, Egipto. Undécima Dinastía
Juego de tablero de cincuenta y ocho hoyos de la Tumba 312 en el-Asasif, Egipto. Undécima Dinastía. Crédito: Metropolitan Museum of Art no. 26.3.154

Si bien algunos investigadores han propuesto que el juego se originó en Egipto debido a la antigüedad de los tableros encontrados allí, la aparición de tableros en regiones periféricas como Absheron sugiere que el juego pudo haberse desarrollado en múltiples lugares simultáneamente o que fue transmitido rápidamente a través de estas redes culturales.



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