Las recientes investigaciones en el yacimiento de Balıklı, cerca de las principales fuentes de obsidiana, han proporcionado nuevos e importantes hallazgos sobre los procesos iniciales de sedentarización en la meseta central de Anatolia y las interacciones entre las primeras comunidades neolíticas de la región. Ubicado a solo 14 kilómetros al noreste del emblemático sitio de Aşıklı Höyük, Balıklı revela marcadas diferencias en la organización de estas sociedades agrícolas tempranas, a pesar de su proximidad geográfica.
El yacimiento de Balıklı, que data de aproximadamente 8200 a.C., muestra una ocupación relativamente corta, de unos pocos cientos de años. Sin embargo, los habitantes de este asentamiento demostraron una considerable inversión en la construcción y organización de sus viviendas semisubterráneas, algunas de las cuales fueron remodeladas y reconstruidas en repetidas ocasiones.
Estas estructuras ovales y semisubterráneas, con características distintivas como sistemas de ventilación y distribución interna y el acceso principal por el tejado, contrastan significativamente con la arquitectura de Aşıklı Höyük, a pesar de la cercanía geográfica entre ambos sitios.
Además de las diferencias en la organización del espacio y la arquitectura, los investigadores han identificado notables contrastes en los patrones de subsistencia entre Balıklı y Aşıklí Höyük. Mientras que en Aşıklí Höyük se han encontrado evidencias claras de la gestión y domesticación temprana de plantas y animales, los restos faunísticos y arqueobotánicos de Balıklı parecen indicar una economía basada principalmente en la caza y recolección de recursos silvestres.
Los análisis preliminares sugieren que los habitantes de Balıklı explotaron una amplia variedad de recursos, incluyendo pequeños animales como liebres, tortugas y peces, además de los ungulados más grandes. La presencia de trigo emmer y algunas legumbres cultivadas podría indicar un incipiente uso de plantas domesticadas, pero se necesitan más estudios para determinar su alcance y el grado de integración en la dieta de esta comunidad.
Otro aspecto notable del registro arqueológico de Balıklı es la tecnología lítica, dominada casi exclusivamente por el uso de obsidiana procedente de fuentes locales, como Göllüdağ y Nenezi Dağ. A diferencia de otros asentamientos neolíticos de la región que participaban en redes de intercambio a larga distancia, los habitantes de Balıklı parecen haber mantenido una mayor independencia y autonomía, sin integrarse en las redes regionales de distribución de obsidiana que abastecían a sitios del Medio Éufrates y el Levante meridional.
Este aislamiento relativo contrasta con la evidencia de conexiones e interacciones entre Balıklı y Aşıklı Höyük, reflejadas en la presencia de algunos tipos de artefactos compartidos.
Los investigadores sugieren que esta variabilidad regional en el desarrollo de las primeras comunidades agrícolas de Anatolia Central puede estar relacionada con la toma de decisiones y las tradiciones locales, más que con un modelo de «centro y periferia» en la expansión del «paquete neolítico» hacia Europa.
Mientras que Aşıklí Höyük muestra una integración temprana y significativa de la domesticación de plantas y animales, otros sitios como Pınarbaşı y Boncuklu revelan diferentes grados de adopción de cultivos y manejo de ganado.
Esta diversidad en las trayectorias de emergencia de la agricultura en Anatolia Central pone de relieve la importancia de los factores locales y regionales en la transformación de las sociedades de cazadores-recolectores a comunidades agrícolas. A diferencia de los modelos más tradicionales que planteaban una expansión unidireccional del «núcleo» hacia la «periferia», los nuevos hallazgos subrayan un panorama más complejo y multiregional en los orígenes de la agricultura en el Suroeste Asiático.
Además, el aislamiento relativo de los sitios de Anatolia Central en relación con las redes de intercambio a larga distancia que conectaban otras regiones del Suroeste Asiático puede haber influido en el ritmo y las características del cambio cultural en esta zona. Mientras que el Levante y el Medio Éufrates muestran una rápida transformación hacia formas de vida plenamente neolíticas, la meseta central de Anatolia parece haber experimentado un proceso más lento y gradual.
Los investigadores concluyen que los habitantes de Balıklı mantenían tradiciones culturales únicas, reflejadas en las prácticas funerarias y en la disposición y construcción de sus casas. Y añaden que las observaciones iniciales sugieren que Balıklı encaja cómodamente en la narrativa actual de la variabilidad regional en Anatolia Central, al tiempo que comparte características que distinguen el Neolítico Temprano local de otras partes del suroeste de Asia.
FUENTES
Goring-Morris AN, Munro ND, Özbaşaran M, et al. Variation in the development of Neolithic societies atop the Central Anatolian Plateau: recent results from Balıklı. Antiquity. Published online 2024:1-18. doi:10.15184/aqy.2024.100
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