Un nuevo estudio ha arrojado luz sobre un antiguo espejo etrusco conservado en el Museo Británico, revelando detalles significativos sobre las costumbres y rituales de la antigua Etruria. El espejo, que data del siglo IV a.C., muestra en su reverso una escena conmovedora: dos mujeres abrazándose y besándose, un gesto que ha intrigado a los especialistas durante mucho tiempo, y que según la investigadora Giulietta Guerini representa la emotiva despedida de una novia a su madre antes del matrimonio.

En su artículo Guerini, de la Scuola Normale Superiore de Pisa, ofrece una interpretación innovadora y profunda de esta escena, sugiriendo que la imagen no es meramente mitológica, sino que captura un momento crucial en la vida de una mujer etrusca relacionado con los ritos de paso femeninos en esa cultura.

El espejo, identificado como GR 1867,1023.1, fue adquirido por el Museo Británico en 1867 y muestra a dos figuras, Thanr y Alpnu, en un abrazo íntimo y compartiendo un beso, mientras dos acompañantes, Thalana y Zipna, observan. Guerini propone que esta escena refleja una despedida llena de simbolismo, donde la novia dice adiós a su madre antes de iniciar su nueva vida matrimonial.

Reverso, anverso y dibujo de la escena grabada en el espejo etrusco
Reverso, anverso y dibujo de la escena grabada en el espejo etrusco. Crédito: Giulietta Guerini / The Trustees of the British Museum

Según Guerini, a pesar de que recientemente se ha reconsiderado el alcance del uso masculino de los espejos, en el mundo etrusco parecen haber sido utilizados predominantemente por mujeres. Los estudiosos coinciden en que los espejos, junto con otros artículos de tocador, eran regalos de boda frecuentes de las madres a sus hijas.

El análisis de Guerini también destaca la exquisita calidad artística del espejo, con detalles meticulosos en los rostros de las figuras y una ornamentación sofisticada en el borde del disco. Elementos decorativos como la hiedra ondulante y las palmetas añaden un nivel de profundidad y belleza a la pieza, reflejando la habilidad técnica de los artesanos etruscos.

El estudio establece la cronología del espejo entre la última mitad del siglo V a.C. y principios del siglo IV a.C., ubicando su origen en Veyes, una ciudad etrusca conocida por la destreza de sus artesanos. Esta precisión cronológica, basada en análisis paleográficos y comparaciones estilísticas, proporciona un contexto histórico detallado para la interpretación de la escena.

La investigación de Guerini no solo desentraña el significado original detrás de este beso y abrazo etrusco, sino que también subraya la relevancia de los gestos y los objetos en la comprensión de los valores sociales y culturales de la antigua Etruria.

En cuanto a su uso final, concluye la investigadora, es probable que nuestro espejo fuera descubierto en una tumba, como demuestran su excelente estado de conservación y el hecho de que los espejos con lugares de hallazgo conocidos proceden predominantemente de contextos funerarios. De ahí que resulte intrigante considerar cómo esta imagen de despedida, que al parecer no fue concebida originalmente para funerales, pudo haber sido recontextualizada en el momento de su depósito y reinterpretada para significar una despedida final (o, a la inversa, un reencuentro en la otra vida). Esto habla del potencial del espejo para narrar momentos que cambian la vida, atravesando las vidas de uno o más individuos.


FUENTES

Giulietta Guerini, The Etruscan Kiss and Embrace: A Mirror at the British Museum and a Lifetime in a Gesture. Etruscan and Italic Studies, 2024. doi.org/10.1515/etst-2024-0004


  • Compártelo en:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.