Un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports ha revelado hallazgos sorprendentes que desafían las teorías predominantes sobre la evolución del habla humana. Este trabajo, realizado por Axel G. Ekström y colaboradores, analiza grabaciones históricas de dos chimpancés enculturados que lograron producir la palabra «mamá». Los resultados de este estudio sugieren que los chimpancés poseen la capacidad fonética necesaria para la producción de sílabas, un hallazgo que podría reescribir nuestra comprensión sobre la evolución del lenguaje.
La capacidad de aprender nuevas vocalizaciones, conocida como aprendizaje vocal, ha sido considerada un prerrequisito crucial para el desarrollo del lenguaje hablado en los humanos. Sin embargo, hasta ahora, se asumía que los primates no humanos solo eran capaces de utilizar vocalizaciones preexistentes en nuevos contextos, sin poder modificarlas o imitarlas de manera social. Esta conclusión se había alcanzado principalmente a través de relatos indirectos y no mediante un análisis directo de las grabaciones originales de los llamados proyectos de lenguaje de simios.
En dichos proyectos, se documentó que algunos grandes simios, como los chimpancés, aprendieron palabras humanas, entre ellas «cup» (copa) y «mamá». Sin embargo, estos informes fueron desestimados debido a la falta de análisis rigurosos, perpetuando la creencia de que los grandes simios carecen de los circuitos neuronales necesarios para el control motor voluntario de la voz y los articuladores.
Los protagonistas del estudio son dos chimpancés, Johnny y Renata, que vivieron en diferentes épocas y continentes. Johnny fue grabado en un video casero mientras vivía en el Suncoast Primate Sanctuary en Florida, EE.UU., y Renata fue presentada en un noticiario de Universal Studios en 1962. Ambos chimpancés fueron registrados diciendo «mamá», una palabra que los investigadores analizaron fonéticamente.
Johnny fue grabado respondiendo a una solicitud de su cuidadora, quien le pedía que dijera «mamá». Este contexto sugiere que Johnny pudo haber aprendido la palabra a través de la imitación y que sus vocalizaciones se mantenían mediante refuerzos positivos, como recompensas. Renata, por otro lado, fue grabada en una situación similar, donde su cuidador parecía utilizar señales táctiles como indicaciones para la emisión de la palabra.
Los investigadores llevaron a cabo un análisis fonético detallado de las grabaciones de Johnny y Renata. Estos análisis mostraron que los chimpancés eran capaces de producir la estructura silábica necesaria para la palabra «mamá», logrando contrastes fonéticos consonante-vocal mediante el uso simultáneo de la voz, la mandíbula y los labios.
Para evaluar cómo los humanos perciben estas vocalizaciones, los investigadores diseñaron un experimento en línea utilizando la plataforma Qualtrics XM. Los participantes, que no sabían que estaban escuchando a chimpancés, tuvieron que transcribir ortográficamente las vocalizaciones presentadas. Estas vocalizaciones de chimpancés se mezclaron con grabaciones de habla de pacientes con Parkinson, caracterizada por articulaciones imprecisas y fonación disfónica, para enmascarar la calidad inhumana de los sonidos de los chimpancés.
Los resultados del experimento mostraron que los participantes percibían consistentemente las vocalizaciones de los chimpancés como sílabas similares a «mamá». Esto respalda los análisis fonéticos, sugiriendo que los chimpancés poseen una capacidad vocal que ha sido subestimada hasta ahora. La percepción humana de estas vocalizaciones como palabras coherentes sugiere que los chimpancés tienen las bases neuronales necesarias para el habla.
La capacidad de los chimpancés para producir vocalizaciones similares a las humanas sugiere que el aprendizaje vocal y la producción de sílabas no son habilidades exclusivas de los humanos. Esto desafía la hipótesis de que tales capacidades surgieron exclusivamente en la línea evolutiva humana después de la divergencia de los grandes simios.
Los investigadores argumentan que estas capacidades vocales podrían haber estado presentes en un ancestro común, y que los chimpancés modernos todavía las poseen. Esta revelación podría significar que la evolución del lenguaje humano no requirió la aparición de nuevas estructuras cerebrales, sino más bien la adaptación y el refinamiento de capacidades ya existentes en los primates.
Los hallazgos también invitan a una reevaluación de los proyectos de lenguaje de simios del pasado. A lo largo de los años, se han documentado casos de grandes simios que aprendieron y utilizaron palabras humanas en contextos específicos. Sin embargo, la falta de análisis detallados y la prevalencia de ideas preconcebidas sobre las limitaciones vocales de los primates llevaron a la desestimación de estos logros.
El estudio de Ekström y colaboradores sugiere que los chimpancés y otros grandes simios podrían ser modelos más útiles para el estudio de la evolución del lenguaje de lo que se había pensado anteriormente. Los resultados subrayan la importancia de llevar a cabo análisis directos y basados en datos para comprender completamente las capacidades vocales de los primates.
FUENTES
Ekström, A.G., Gannon, C., Edlund, J. et al., Chimpanzee utterances refute purported missing links for novel vocalizations and syllabic speech. Sci Rep 14, 17135 (2024). doi.org/10.1038/s41598-024-67005-w
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