Un equipo de arqueólogos ha desenterrado una calzada romana hasta ahora desconocida en los Altos del Golán, específicamente en la región meridional entre Gaulanitis y Hippos.
El equipo, compuesto por Adam Pažout, Michael Eisenberg y Mechael Osband, ha documentado que esta carretera es una de las secciones mejor conservadas de las vías romanas en la región.
Utilizando una combinación de metodologías históricas, cartográficas y arqueológicas, los investigadores lograron delinear la ruta exacta, datar su construcción y abandono, y analizar su relación geoespacial con el paisaje y los asentamientos circundantes.
El estudio se apoyó en diversas técnicas innovadoras: los investigadores recopilaron y analizaron datos modernos e históricos relacionados con el sistema de carreteras en la zona de estudio, así como información arqueológica sobre la carretera y las instalaciones relacionadas.
También utilizaron modelos de movilidad basados en GIS para identificar las rutas de la carretera desde el espolón de Lawiye hasta el Mar de Galilea y evaluar los patrones de movimiento esperados en la región. Así como análisis predictivos para determinar las posiciones de las torres de vigilancia a lo largo de la carretera, proporcionando una visión integral de la red de seguridad y comunicación romana.
La carretera atraviesa los Altos del Golán desde el este hacia el oeste y se compone de dos ramas principales (R1 y R2). La sección occidental, que no se ha conservado, fue sugerida en base a la ubicación de los hitos. Los investigadores lograron describir con precisión los segmentos de la carretera y las técnicas de construcción utilizadas.
La Rama 1 aparece en el espolón de Lawiye entre dos huertos modernos y sigue un trayecto en línea recta antes de desviarse hacia el sur y luego hacia el norte nuevamente, continuando hasta bifurcarse cerca de Jurniyye. Se extiende hacia el este, posiblemente conectándose con una carretera que va de Damasco hacia el sur.
La Rama 2 sigue en línea recta hacia el sureste, pasando por varios puntos clave hasta cruzar el río Ruqqad y probablemente uniéndose con la misma carretera desde Damasco.
La investigación sugiere que la calzada fue construida en la segunda mitad del siglo II d.C. y estuvo en uso hasta principios del siglo III d.C. Esta cronología se basó en el análisis de materiales de construcción y la datación de estructuras asociadas, como torres de vigilancia y estaciones de millas.
La función primaria de esta calzada, como muchas en el Imperio Romano, estaba relacionada con el transporte militar y la seguridad. Las torres de vigilancia a lo largo de la vía garantizaban la protección de los viajeros y las mercancías, facilitaban la conexión entre instalaciones militares y centros de suministro, y servían como nodos de comunicación para el servicio postal estatal.
Este hallazgo es significativo por varias razones: aporta una comprensión más profunda de la red de carreteras romanas y su extensión en la región de los Altos del Golán. Ilustra cómo los romanos mantenían el control sobre territorios remotos mediante una infraestructura bien planificada que incluía calzadas y torres de vigilancia. Y proporciona evidencia sobre la interconexión de asentamientos en la región y su relación con la calzada, lo que tiene implicaciones para el estudio de patrones de asentamiento y desarrollo urbano en la antigüedad.
El equipo de investigación planea continuar con estudios adicionales que incluyan excavaciones más extensas y análisis detallados de los materiales encontrados. Además, se espera que este descubrimiento promueva nuevas investigaciones sobre otras posibles rutas de calzadas romanas en la región, así como sobre la estructura y organización de los asentamientos romanos.
Fuentes
Pažout, A., Eisenberg, M., & Osband, M. (2024). Between Gaulanitis and Hippos: The Roman Road in the Southern Golan Heights in Context. Tel Aviv, 51(1), 95–117. doi.org/10.1080/03344355.2024.2327802
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