En agosto de 2022, un equipo multidisciplinar coordinado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en colaboración con diversas universidades, descubrió un altar votivo de época romana en Larunbe, Navarra. Este altar, datado en el siglo I d.C., contiene una dedicatoria en latín de una mujer llamada Valeria Vitella a la deidad vascona Larra. El descubrimiento se realizó en el interior de un pozo durante las excavaciones arqueológicas del monasterio medieval de Doneztebe, ubicado en el monte Arriaundi.
El monte Arriaundi es un yacimiento arqueológico significativo, ya que muestra la evolución de un enclave cultural a lo largo de diferentes épocas, desde la época romana hasta la Edad Moderna. Su emplazamiento estratégico, un promontorio fácilmente defendible con una vista privilegiada de una de las principales vías de acceso a la cuenca de Pamplona, lo convirtió en un lugar atractivo y de carácter religioso en diversas épocas.
En el siglo XI, bajo las políticas del reino de Pamplona, se construyó un monasterio dedicado a San Esteban (Doneztebe) en este sitio. Gracias a las labores de voluntariado de los habitantes de Larunbe y la coordinación arqueológica de Aranzadi, se descubrieron y consolidaron los restos de este monasterio, que conserva su planta original de tres ábsides semicirculares. Este monasterio define el espacio central del yacimiento y se ha convertido en un punto de referencia para el estudio de la arquitectura religiosa medieval en la región.
El altar votivo encontrado es una pieza excepcional, no solo por su antigüedad, sino también por la información que proporciona. Los altares romanos suelen estar realizados en piedra, con inscripciones en latín que indican la divinidad a la que están dedicados y el nombre de la persona que hace la dedicatoria. En este caso, el altar de Larunbe lleva la inscripción de Valeria Vitella, quien dedicó el altar a la deidad vascona Larra: VAL(eria)·V(i)-TEL·LA M(erito?)·LA·R-A·HE·VO(tum) L(ibens)·S(olvit).
Según los investigadores, Se trata por tanto de una deidad evidentemente vascona, ya que tiene una parte final, escrita -HE que podemos interpretar probablemente como la forma del dativo vascónico, es decir, que marca a quién está dedicada: a la deidad Larra. El nombre vascónico, con su vinculación al euskara actual, nos lleva a una interpretarla como una deidad relacionada con el campo o el territorio de labranza.
El altar no fue encontrado en su ubicación original, sino en el fondo de un pozo medieval, con la inscripción orientada hacia abajo. Se desconoce si fue arrojado o depositado intencionadamente en este lugar. Aunque en el yacimiento de Arriaundi se habían documentado anteriormente materiales arqueológicos de época romana, como fragmentos cerámicos y monedas, el descubrimiento del altar votivo es un avance significativo en la comprensión de las creencias y prácticas religiosas de los vascones.
El nombre de la deidad solo se ha atestiguado en otras tres aras procedentes del territorio vascón, localizadas en la cuenca del Arga y de su afluente el río Salado: Muruzabal de Andión, Irujo y Riezu. El altar de Larunbe es excepcional por ser el más septentrional y a mayor altitud, además de ser el único recuperado en un contexto de intervención arqueológica. Este hallazgo amplía el área de influencia conocida de esta deidad y proporciona más información sobre su culto y su relevancia en la región.
El altar de Larunbe es un testimonio crucial para el estudio del vascónico y sus vínculos con el euskera actual. La inscripción en latín con el nombre de Larrahe proporciona evidencia adicional sobre el uso y la evolución del idioma vascónico, así como sobre la extensión territorial del culto a esta deidad. Este descubrimiento ayuda a delinear mejor el territorio patrimonial de los vascones y sus prácticas religiosas a finales del siglo I d.C.
El altar votivo se presentó oficialmente en la iglesia de San Vicente de Larunbe, con la participación de destacadas figuras políticas y académicas. En el acto se presentaron dos monografías sobre el altar y el yacimiento de Arriaundi, un reportaje documental sobre el hallazgo y un mural dedicado a Larrahe, realizado por el muralista Iker Uribe.
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