La majestuosa Ciudad Prohibida de Pekín deja boquiabiertos a sus visitantes con sus coloridos tejados y elaboradas tallas de madera, junto con sus altos muros de ladrillo rojo. Sin embargo, más allá de su impresionante apariencia, la arquitectura tradicional china se distingue por el uso predominante de la tierra como material de construcción principal y la aplicación de diversas tecnologías de construcción con tierra.
Desde tiempos prehistóricos, la arquitectura de tierra china, como las casas subterráneas y las casas de paredes de tierra mezcladas con materiales orgánicos y entramado de madera, ha evolucionado desde formas tempranas hasta formas maduras.
Durante el período neolítico tardío, se produjeron desarrollos arquitectónicos significativos, especialmente en la construcción de grandes monumentos de tierra con tecnologías nuevas y sofisticadas.

Recientes excavaciones arqueológicas en China han revelado que la construcción de la ciudad de Liangzhu, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y sus alrededores fue una enorme empresa que requirió un nivel sin precedentes de innovaciones arquitectónicas, una inteligente planificación logística y una sofisticada organización del trabajo.
Entre esos avances destaca la técnica de los «bloques de arcilla envueltos en hierba”, que fue esencial para consolidar las zonas húmedas y resbaladizas, lo que permitió a los constructores transformar las tierras bajas en áreas habitables.
Los investigadores estiman que cada uno de estos bloques de arcilla, envueltos en hierba y apilados para construir palacios, protecciones de bancales, presas y otras estructuras de tierra, tardaba sólo unos 5 minutos en ser preparado por 2–4 trabajadores.

Teniendo en cuenta la excavación y otras tareas, un pequeño grupo de 3–4 trabajadores habría sido la disposición más eficiente en la preparación de bloques de arcilla envueltos en hierba.
Nuestros resultados también muestran que los bloques de arcilla de tamaño estándar tenían una relación hierba-tierra más óptima, lo que aumentaba la eficacia del drenaje de las estructuras construidas con bloques de arcilla y su resistencia a la intemperie en condiciones húmedas, indican los investigadores.
Las estructuras de bloques de arcilla y los lechos de piedra eran construidos en su mayoría por grupos más pequeños, que se encargaban de las tareas de preparación, transporte y construcción. La movilización y división de la mano de obra durante estas actividades de construcción podía no seguir el clásico proceso descendente.

Se estima que la construcción de la Ciudad de Liangzhu habría requerido el trabajo de miles de personas durante varios años. La adopción de la técnica de bloques de arcilla envueltos en hierba, a pesar de ser más costosa en términos de mano de obra que otras técnicas, se consideró beneficiosa por sus propiedades ingenieriles y su conveniencia logística.
Los avances tecnológicos y las estrategias laborales innovadoras fueron fundamentales para la transformación del paisaje y el surgimiento de la urbanización en el delta del Yangtsé durante el Neolítico tardío.
Los investigadores concluyen que la necesidad de aplicar diferentes tecnologías arquitectónicas, cada una de ellas limitada por la disponibilidad de recursos, la conveniencia del transporte y/o las propiedades intrínsecas de la ingeniería, en lugares de construcción situados en un entorno predominantemente acuático, impulsó una forma creativa de organización del trabajo.
Fuentes
Yijie Zhuang, Junping Yuan, et al., Architectural technology and labour organisation at the late Neolithic Liangzhu City, Yangtze Delta region, China. Journal of Archaeological Science, vol.167, July 2024, 105999. doi.org/10.1016/j.jas.2024.105999
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