Una lámpara de bronce de gran tamaño y profusamente decorada hallada en una zanja cercana a la ciudad de Cortona, en el centro de Italia, es bastante más antigua de lo que se estimaba y muestra al dios Dioniso, según sostiene un nuevo estudio publicado en Etruscan and Italic Studies de De Gruyter.
La datación de la lámpara y el significado de su decoración han sido objeto de controversia desde su descubrimiento en 1840. Ahora, el estudiante de doctorado Ronak Alburz y el profesor asociado Gijs Willem Tol, de la Universidad de Melbourne (Australia), han utilizado fuentes literarias y otras pruebas iconográficas para ofrecer un nuevo análisis exhaustivo del objeto.
La lámpara de Cortona es una lámpara de aceite colgante de bronce, con forma de araña, que mide 60 centímetros de diámetro y pesa casi 60 kg. Procede de la civilización etrusca de la Etruria Arcaica, una región del centro de Italia que corresponde aproximadamente a la actual Toscana y parte de Umbría.
La civilización etrusca prosperó a partir del 900 a.C. aproximadamente, pero fue absorbida gradualmente por la República Romana después del 400 a.C. aproximadamente.
La lámpara de Cortona se ha resistido a una explicación exhaustiva y satisfactoria por dos razones principales. En primer lugar, se han descubierto muy pocos objetos similares en el arte etrusco o griego antiguo, lo que dificulta establecer comparaciones perspicaces.
En segundo lugar, la lámpara carece de contexto, ya que sólo se encontró con una placa de bronce inscrita que es muy posterior. Esto significa que no hay información sobre el edificio en el que se utilizó ni sobre su relación con otros objetos. Por ello, los estudiosos se limitaron a analizar los motivos decorativos individuales de la lámpara.
En su reevaluación, Alburz y Tol identifican nuevos comparandos que indican que la lámpara se originó en torno al año 480 a.C., mucho antes que muchas otras estimaciones.
También sostienen que los estudiosos anteriores se equivocaron al identificar las 16 figuras con cuernos de toro de la lámpara con el dios griego del río Aqueloo. Basándose en diversas fuentes literarias y presentando nuevas pruebas iconográficas, demuestran que Dioniso, el dios griego del vino y el placer, también era representado a menudo con rasgos de toro. Así, proponen que la lámpara representa al tíaso dionisíaco, el séquito extático de Dioniso, a menudo representado como juerguistas ebrios.
El autor principal, Alburz, afirmó: La lámpara era probablemente un objeto asociado al culto mistérico de Dioniso. Su decoración representa al tíaso dionisíaco, quizá inmerso en una representación cultual en el cosmos de los misterios en celebración de Dioniso.
Fuentes
Alburz, Ronak and Tol, Gijs Willem. «A Re-Evaluation of the Iconography of the Etruscan Bronze Lamp of Cortona» Etruscan and Italic Studies, 2024. doi.org/10.1515/etst-2023-0019
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