Por primera vez se han detectado indicios del «efecto gloria», similar al arcoíris, en un planeta fuera de nuestro sistema solar. La gloria son anillos concéntricos de luz de colores que sólo se producen en condiciones peculiares.
La gloria se produce cuando la luz se refleja en nubes formadas por una sustancia perfectamente uniforme, pero desconocida hasta ahora. El efecto, similar al del arcoíris, se forma cuando la luz pasa entre una abertura estrecha, por ejemplo entre las gotas de agua de las nubes o la niebla, lo que hace que se difracte y cree patrones anulares.
Los datos, analizados por astrónomos entre los que se encuentran los de la Universidad de Warwick, sugieren que este fenómeno procede de la atmósfera infernal del gigante gaseoso ultracaliente WASP-76b, a unos 637 años luz de distancia.
Las observaciones del Satélite de Caracterización de Exoplanetas (CHEOPS) de la Agencia Espacial Europea sugieren que entre el calor insoportable y la luz de la cara iluminada por el sol del exoplaneta WASP-76b, y la noche interminable de su lado oscuro, puede haber «gloria».

Este efecto, observado a menudo en la Tierra, sólo se ha encontrado una vez en otro planeta, Venus. Si se confirma, esta primera gloria fuera del sistema solar revelará más sobre la naturaleza de este enigmático exoplaneta.
El coautor Thomas Wilson, de la Universidad de Warwick, declaró: Nunca antes habíamos visto estos coloridos anillos concéntricos en un cuerpo extrasolar. De modo que esta primera gloria exoplanetaria, si se confirma con futuros estudios, convertiría a WASP-76b en un cuerpo verdaderamente único, y nos proporcionaría una hermosa herramienta para comprender las atmósferas de los exoplanetas lejanos y hasta qué punto podrían ser habitables.
El autor principal, Olivier Demangeon, del Instituto de Astrofísica y Ciencias Espaciales de Portugal, afirmó: Hay una razón por la que no se ha visto ninguna gloria antes fuera de nuestro sistema solar: requiere unas condiciones muy peculiares. En primer lugar, se necesitan partículas atmosféricas casi perfectamente esféricas, completamente uniformes y lo bastante estables como para poder observarlas durante mucho tiempo. La estrella cercana al planeta tiene que brillar directamente sobre él, con el observador justo en la orientación correcta.
WASP-76b es un planeta ultracaliente similar a Júpiter. Aunque tiene menos masa que nuestro primo rayado, casi duplica su tamaño. El gran tamaño del exoplaneta, que orbita alrededor de su estrella anfitriona doce veces más cerca de lo que Mercurio orbita alrededor de nuestro Sol, se debe a que está «hinchado» por la intensa radiación.

Desde su descubrimiento en 2013, WASP-76b ha puesto de manifiesto su extraño entorno infernal. Uno de los lados del planeta está siempre orientado hacia el Sol, alcanzando temperaturas de 2.400 grados centígrados. Aquí, los elementos que formarían rocas en la Tierra se funden y evaporan, solo para condensarse en el lado nocturno, ligeramente más frío, creando nubes de hierro que gotean lluvia de hierro fundido.
Sin embargo, a los científicos les ha desconcertado una aparente asimetría en las «extremidades» de WASP-76b, es decir, las regiones más externas que se observan cuando pasa por delante de su estrella anfitriona.
Cheops realizó un seguimiento intensivo de WASP-76b mientras pasaba por delante y alrededor de su estrella similar al Sol. Tras 23 observaciones a lo largo de tres años, los datos mostraron un sorprendente aumento de la cantidad de luz procedente del «terminador» oriental del planeta, el límite entre la noche y el día. Esto permitió a los científicos determinar el origen de la señal.
Olivier Demangeon añadió: Es la primera vez que se detecta un cambio tan brusco en el brillo de un exoplaneta. Este descubrimiento nos lleva a plantear la hipótesis de que este brillo inesperado podría estar causado por una reflexión fuerte, localizada y dependiente de la dirección: el efecto gloria.
El telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA podría utilizarse ahora para confirmar oficialmente que se trata de gloria, dicen los científicos. La confirmación implicaría que la temperatura de la atmósfera de WASP-76b debe ser estable a lo largo del tiempo, lo que permitiría la presencia de nubes compuestas por gotas de agua perfectamente esféricas, cruciales para la formación de la gloria.
Fuentes
University of Warwick | O.D.S. Demangeon, P.E. Cubillos, et al., Asymmetry in the atmosphere of the ultra-hot Jupiter WASP-76 b. Astronomy & Astrophysics, vol.684, doi.org/10.1051/0004-6361/202348270
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