El yacimiento de Dura-Europos, en la actual Siria, es famoso por su excepcional estado de conservación. Al igual que Pompeya, esta antigua ciudad ha dado lugar a grandes descubrimientos y sirve de ventana al mundo de los antiguos periodos helenístico, parto y romano.
Sin embargo, a pesar de la importancia de Dura-Europos en los estudios sobre Oriente Próximo, hay otra ciudad, a sólo unos kilómetros río Éufrates abajo, que presenta una oportunidad de estudio olvidada durante mucho tiempo. Un nuevo artículo publicado en la revista Journal of Near Eastern Studies, identifica la ciudad de Anqa como una imagen casi especular de Dura-Europos, del mismo tamaño, composición comparable y potencialmente igual valor para los estudiosos de la región.
Anqa se encuentra al otro lado de la frontera siria con Dura-Europos, en el actual distrito de Al-Qaim de la gobernación iraquí de Anbar. Sus restos incluyen un túmulo identificador, en el extremo norte del yacimiento, un circuito poligonal de muralla interior y una gran muralla defensiva exterior.

Situada en un punto donde la llanura aluvial del Éufrates se estrecha drásticamente, la ciudad habría controlado el movimiento entre la populosa sección del valle río arriba y la ruta comercial río abajo que unía Siria, el norte de Mesopotamia y Babilonia, lo que le otorgaba una gran importancia estratégica y económica.
Sin embargo, los arqueólogos lo ignoraron por completo hasta la publicación en 1850 de un estudio de la expedición británica al Éufrates Medio. A finales de la década de 1930, Aurel Stein llevó a cabo un estudio más exhaustivo del yacimiento, que incluía fotografías aéreas de las estructuras en pie, pero incluso después de estas incursiones, apenas hubo deseo de saber más que la ubicación geográfica de esta ciudad gemela de Dura-Europos.
Una de las razones de la disparidad de intereses entre Anqa y Dura-Europos, postula el autor del artículo Simon James, es la historia de la intervención colonial británica y francesa en la región. En 1920, como resultado de la conferencia de San Remo, Irak quedó bajo control británico y Siria bajo control francés.

Como escribe James, la nueva frontera política, militar y administrativa creó una barrera a la investigación y comprensión de la historia anterior de la región en su conjunto.
Sin embargo, mientras Dura-Europos y algunos otros yacimientos de Irak y Siria han sufrido saqueos, destrucción y muerte de civiles como consecuencia del conflicto en la región, Anqa ha permanecido relativamente intacta. A medida que se realicen más investigaciones arqueológicas, Anqa podrá seguir aportando valiosos datos sobre la historia del Éufrates Medio.
Y además, a medida que los métodos de la erudición digital acerquen a los pensadores a pesar de las fronteras políticas, la práctica de estudiar yacimientos como éste puede incluso, en palabras de Simon James, ayudar a abordar las consecuencias del colonialismo en la arqueología.
Fuentes
University of Chicago | Simon James, The Ancient City of Giddan/Eddana (Anqa, Iraq), the “Forgotten Twin” of Dura-Europos. Journal of Near Eastern Studies 2024 83:1, 15–40, doi.org/10.1086/729226
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