La ocupación humana más antigua conocida actualmente en Europa se encuentra cerca de la ciudad de Korolevo, al oeste de Ucrania. Los nuevos hallazgos de un equipo internacional dirigido por Roman Garba, del Instituto de Física Nuclear de la Academia Checa de Ciencias (CAS) y del Instituto de Arqueología de la CAS de Praga, han confirmado que la capa inferior con las herramientas de piedra de Korolevo data de hace 1,4 millones de años.
Hasta ahora, se creía que el lugar habitado más antiguo era Atapuerca (España), unos 200.000 a 300.000 años después. Los resultados, publicados en Nature, muestran también que los primeros homínidos aprovecharon los periodos cálidos interglaciares para colonizar Europa desde el este o el sureste.
Un reciente avance en la modelización matemática combinada con la física nuclear aplicada ha permitido datar con precisión la ocupación más temprana del Korolevo. En el proyecto de investigación, de cuatro años de duración, han participado científicos de cinco países y más de diez instituciones de investigación de todo el mundo.
El nuevo estudio cambia la visión de las rutas de dispersión de los «primeros europeos» y completa la pieza que faltaba en el mosaico de lo que sabemos sobre la historia del primer poblamiento de Europa. Se cree que el yacimiento de Korolevo, situado en la actual región de Zakarpattia (Transcarpacia), cerca de las fronteras de Ucrania con Rumanía y Hungría, es también el más septentrional conocido de Homo erectus en el mundo. El yacimiento de Korolevo sólo contiene herramientas de piedra, pero debido a su determinada antigüedad, se supone que Homo erectus ya ocupaba Europa en esa época.
Nuestro antepasado más antiguo, el H. erectus, fue el primero de los homínidos en abandonar África hace unos dos millones de años y dirigirse a Oriente Próximo, Asia Oriental y Europa. La datación radiométrica de la primera presencia humana en el yacimiento de Korolevo no sólo llena un gran vacío espacial entre el yacimiento de Dmanisi, en Georgia, y Atapuerca, en España, sino que también confirma la hipótesis de que el primer impulso de dispersión de homínidos hacia Europa vino del este o del sureste, resume los resultados de la investigación el autor principal del estudio, Roman Garba, del Instituto de Física Nuclear de la Academia Checa de Ciencias (CAS) y del Instituto de Arqueología de la CAS de Praga.
Basándonos en un modelo climático y en datos de polen de campo, hemos identificado tres posibles periodos cálidos interglaciares en los que los primeros homínidos podrían haber llegado a Korolevo siguiendo muy probablemente el corredor migratorio del río Danubio, añade Garba.
El archivo prehistórico de Europa
El yacimiento arqueológico de Korolevo es importante para toda Europa. Sabemos que la capa de loess y paleosuelo acumulada aquí tiene hasta 14 metros de profundidad y contiene miles de objetos de piedra. Korolevo fue una importante fuente de materia prima para su producción, explica Vitalii Usyk, arqueólogo ucraniano y coautor del estudio, que participó en las excavaciones de Korolevo y ahora trabaja en el Instituto de Arqueología de la CAS de Brno.
Identificamos siete periodos de ocupación humana en las capas estratigráficas, aunque en la localidad se registraron al menos nueve culturas paleolíticas diferentes: los homínidos vivieron aquí desde hace 1,4 millones de años hasta hace unos 30.000 años, añade el investigador.
El descubrimiento demuestra la importancia de integrar conocimientos de disciplinas científicas distantes para conocer el pasado. Sin los conocimientos y las capacidades tecnológicas de la física nuclear y la geofísica, los arqueólogos no habrían podido confirmar de forma concluyente que las herramientas de piedra databan de este periodo tan temprano.
Reloj cósmico para la historia humana
Investigadores de la República Checa y Alemania procesaron químicamente las muestras de cantos rodados de la capa cultural más baja del yacimiento de Korolevo y las midieron en el Helmholtz-Zentrum Dresden-Rossendorf mediante espectrometría de masas con acelerador (AMS) utilizando la instalación DREAMS (DREsden AMS). En 2022, el Instituto de Física Nuclear de la CAS abrió un laboratorio de AMS en Řež, por lo que ahora es posible llevar a cabo mediciones similares en la República Checa.
Los métodos de datación de enterramientos que utilizan nucleidos cosmogénicos pueden datar rocas de hasta cinco millones de años. En el yacimiento de Korolevo, medimos específicamente las concentraciones de los nucleidos cosmogénicos berilio-10 y aluminio-26, que tienen vidas medias diferentes, de 1,39 millones de años y 708 mil años respectivamente.
Estos nucleidos se acumulan en los granos de cuarzo cuando la roca está en la superficie debido a la radiación cosmogénica procedente del espacio, pero empiezan a decaer cuando quedan enterrados en el suelo. La proporción de ambos varía en función del tiempo que los clastos estuvieron enterrados bajo la superficie del suelo, explica Roman Garba, arqueólogo que utiliza métodos de física nuclear aplicada en sus investigaciones. Esto nos permite calcular su antigüedad desde el enterramiento.
Nuevo método de datación aplicado por primera vez en arqueología
La determinación de la edad de los sedimentos que contenían las herramientas de piedra recayó en la pericia geocronológica de John Jansen, del Instituto de Geofísica de la CAS, y Mads Knudsen, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca).
Aplicamos dos métodos de datación complementarios para calcular la edad a partir de las concentraciones medidas de berilio-10 y aluminio-26 cosmogénicos. Pero la edad más precisa procedía de nuestro propio método basado en la modelización matemática, conocido como P-PINI. Este estudio es la primera vez que nuestro nuevo método de datación se aplica en arqueología, afirma John Jansen.
Espero que nuestro nuevo método de datación tenga una gran repercusión en la arqueología porque puede aplicarse a depósitos sedimentarios muy fragmentados, es decir, con muchas lagunas erosivas. En arqueología casi siempre encontramos registros fragmentados, mientras que el método tradicional de datación de largo alcance, la magnetoestratigrafía, se basa en registros más continuos.
Fuentes
Instituto de Arqueología de la Academia Checa de las Ciencias | Garba, R., Usyk, V., Ylä-Mella, L. et al. East-to-west human dispersal into Europe 1.4 million years ago. Nature (2024). doi.org/10.1038/s41586-024-07151-3
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