Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Australia Meridional y publicada en Biological Reviews explica cómo la ingestión de heces (conocida como coprofagia) moldea el tracto digestivo (biota intestinal) de las aves silvestres, permitiéndoles absorber nutrientes perdidos o deficientes y adaptarse a las variaciones estacionales de las fuentes de alimento.
Esto es especialmente importante para las aves migratorias, que pasan del ayuno a la alimentación metabólica mientras vuelan por todo el mundo.
La autora principal, la Dra. Barbara Drigo, ecóloga microbiana de la UniSA, afirma que el consumo de heces -propias o de otras aves- modifica las bacterias y microbios del tracto digestivo de las aves, lo que les permite adaptarse a nuevos entornos.
También hay indicios de que la ingestión de heces podría ser una forma de automedicación para combatir infecciones en las aves, aunque se necesitan más investigaciones para confirmar esta teoría.
Aunque la coprofagia proporciona a las aves nutrientes esenciales, también tiene un inconveniente, según el Dr. Drigo, y es que las aves pueden albergar y transmitir enfermedades a otras aves y a los humanos a través de sus heces.
En función de su área de distribución geográfica, su comportamiento y sus interacciones con otros animales y entornos, las aves -especialmente las migratorias- pueden propagar eficazmente patógenos por todo el mundo.
Comer heces de aves también puede aumentar su exposición a antimicrobianos, sobre todo pesticidas y productos de limpieza, que conducen a la resistencia antimicrobiana, afirma el Dr. Drigo.
Y la razón por la que los humanos nunca deberían dar pan a las aves es que disminuye la diversidad de su microbiota intestinal, mientras que si las aves se alimentan de lugares naturales, su tracto digestivo es mucho más sano.
Las aves que se alimentan en entornos humanos están expuestas a sustancias químicas y metales procedentes de residuos, aguas residuales y basuras, lo que puede alterar su microbiota y provocar resistencia a los antimicrobianos.
El Dr. Drigo afirma que un intestino aviar sano es esencial para regular las funciones biológicas de las aves, y comer heces desempeña un papel importante en ello. Sin embargo, aunque la coprofagia es intrínsecamente beneficiosa, puede exponer a las aves a sustancias antimicrobianas nocivas.
Urge estudiar a fondo cómo influyen las distintas formas de coprofagia en el microbioma intestinal de las aves y cómo afectan a su salud en las distintas etapas de la vida y en los distintos entornos, afirma.
Fuentes
University of South Australia | Dunbar A, Drigo B, Djordjevic SP, Donner E, Hoye BJ. Impacts of coprophagic foraging behaviour on the avian gut microbiome. Biol Rev Camb Philos Soc. 2024 Apr;99(2):582-597. doi: 10.1111/brv.13036
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