Las últimas excavaciones de Pompeya revelan, según explican los arqueólogos en el diario de excavación, interesantes aspectos sobre la vida y las técnicas de construcción de la época.
Un extraordinario ejemplo de ello se encuentra en la exploración arqueológica de la Ínsula IX-10, que está arrojando nueva luz sobre los procesos y materiales utilizados en los canteros pompeyanos durante los últimos años de existencia de la ciudad.
Las excavaciones llevadas a cabo en esta zona han puesto al descubierto una auténtica “cápsula del tiempo” congelada en el momento de la fatídica erupción.

La Domus IX 10,1, que se encontraba en pleno proceso de renovación cuando el Vesubio entró en erupción, se ha convertido en un laboratorio viviente que permite a arqueólogos y científicos estudiar de cerca las técnicas constructivas empleadas por los antiguos romanos.
Uno de los principales hallazgos de este sitio es la evidencia de la utilización de un innovador método de elaboración de hormigón que involucraba la mezcla en caliente de cal viva y puzolana antes de su hidratación.
Los restos de este material premezclado, que aún presentes en diferentes rincones de la domus, sugieren que los constructores pompeyanos empleaban técnicas avanzadas para la producción de sus morteros y concretos.

Sin embargo, el estudio del aparato decorativo de la casa revela una historia diferente. En este caso, los análisis indican que la cal utilizada para las labores de restauración de los frescos murales era cal apagada, conservada en ánforas que se han encontrado in situ.
Este hallazgo evidencia la diversidad de técnicas y materiales que los romanos manejaban en función de las diferentes necesidades constructivas.
La colaboración entre el Parque Arqueológico de Pompeya y un equipo de investigadores del MIT está permitiendo explorar a fondo estos descubrimientos, con el objetivo no sólo comprender mejor la tecnología constructiva romana, sino también de evaluar su potencial impacto en el desarrollo de materiales de restauración modernos, más sostenibles y compatibles con los antiguos.

Pero la Ínsula IX-10 no sólo ofrece una ventana única a los procesos de construcción, sino también a los instrumentos y herramientas utilizados por los canteros pompeyanos.
Se han encontrado desde pesas de plomo para nivelar, pasando por azadas, palas y cinceles, artefactos que revelan la diversidad de herramientas que los trabajadores de la construcción empleaban en su labor cotidiana.
En conjunto, la exploración de esta ínsula de Pompeya representa una oportunidad sin precedentes para integrar el conocimiento arqueológico y el análisis científico de los materiales.
Al unir estos enfoques, los investigadores esperan reconstruir de manera más completa la tecnología constructiva romana y su impacto en la sociedad y la cultura de la época.
Fuentes
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