Investigadores han logrado establecer las fechas más antiguas registradas hasta el momento para el arte rupestre en Sudamérica, luego de datar motivos pictóricos en la cueva Huenul 1, en la Patagonia argentina.

Los hallazgos indican que la producción de arte rupestre en esta región comenzó hace al menos 8200 años, lo que permite comprender mejor el contexto socioecológico y las funciones adaptativas de esta práctica durante el Holoceno Medio, una época de aridez en la región.

La datación directa por radiocarbono de cuatro motivos pictóricos en la cueva Huenul 1 arrojó fechas entre los 8200 y 5000 años AP (antes del presente). Estos motivos se agrupan en una fase denominada «emergencia del arte rupestre» que habría involucrado su transmisión intergeneracional durante unos 130 generaciones humanas. La continuidad estilística y en los materiales empleados sugiere el mantenimiento de conocimientos indígenas a lo largo del tiempo.

Según los investigadores la Patagonia fue la última región explorada por el hombre. Aunque su arte rupestre es de importancia mundial, sigue sin estar datado por métodos absolutos.

Los registros paleoecológicos indican que entre los 8000 y 6500 años AP predominaron condiciones áridas y de alta variabilidad climática en la Patagonia noroccidental, lo cual habría fragmentado el paisaje dificultando la movilidad humana. Asimismo, los datos sugieren estabilidad o declive poblacional en los desiertos sudamericanos durante este período.

Ante este desafiante escenario, la producción constante de arte rupestre en la cueva Huenul 1 pudo haber cumplido un rol importante para mantener la conectividad social en una región de baja densidad de población.

Al marcar el paisaje de forma reiterada a lo largo de generaciones, este sitio habría funcionado como un lugar de memoria colectiva que preservaba y transmitía conocimientos ancestrales más allá de la tradición oral, brindando seguridad cultural y apoyo demográfico a las sociedades del pasado.

Este caso aporta evidencia concreta sobre los orígenes más tempranos del arte rupestre en Patagonia y Sudamérica, situándolos en un contexto de adaptación humana al cambio climático del Holoceno Medio, donde estrategias de resiliencia social basadas en la cultura acumulada probablemente jugaron un rol clave para la supervivencia de pequeñas poblaciones.

Sugerimos que este arte rupestre diacrónico surgió como parte de una respuesta resistente al estrés ecológico por parte de poblaciones altamente móviles y de baja densidad, concluyen los investigadores.


Fuentes

Guadalupe Romero Villanueva et al., Earliest directly dated rock art from Patagonia reveals socioecological resilience to mid-Holocene climate. Sci. Adv. 10, eadk4415(2024). DOI:10.1126/sciadv.adk4415


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