Cerca de la actual ciudad de Basora en Irak, y a unos 12 kilómetros al suroeste del emplazamiento de la antigua Ur, se encuentra el yacimiento de Eridu (Eridug en sumerio), la más meridional de todas las grandes ciudades mesopotámicas y, según la Lista Real Sumeria, la más antigua ciudad de la historia.
El montículo que alojó la antigua Eridu fue identificado en 1855 por el arqueólogo británico John George Taylor, quien realizó las primeras excavaciones en el yacimiento conocido actualmente como Tell Abu Shahrain.
Taylor encontró ladrillos con inscripciones que le permitieron identificar el lugar como la antigua ciudad de Eridu. Arqueólogos británicos realizaron excavaciones entre 1918 y 1919, pero estas quedarían interrumpidas hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Eridu se estableció originalmente muy cerca de la desembocadura del Éufrates, en una cuenca de 24 kilómetros de largo por 6 metros de profundidad, bordeada por afloramientos rocosos y sobre una colina natural formada por dunas de arena donde no había asentamientos previos, aunque hoy en día está a 145 kilómetros tierra adentro.
Durante el tercer milenio a.C. un canal, el “canal de la llanura de Eridu”, conectaba la ciudad con el río Éufrates, que más tarde cambiaría su curso.
Según los primeros registros históricos de Mesopotamia, como la Lista Real Sumeria, Eridu ostentaba el título de «primera ciudad» por haber sido fundada antes que cualquier otra en el sur del país.
La Lista Real Sumeria es un listado de reyes de Mesopotamia que se ha encontrado en varios artefactos arqueológicos y documentales, con ligeras variaciones. Comienza con los míticos gobernantes anteriores al diluvio con reinados increíblemente largos y llega hasta la dinastía de Isín, hacia 1730 a.C. En ella se afirma que la realeza comenzó en Eridu, lo que la convierte en la primera ciudad en ser fundada en el mundo:
Después de que la realeza descendiera del cielo, la realeza estuvo en Eridug. En Eridug, Alulim se hizo rey y gobernó 28.800 años. Alaljar gobernó durante 36000 años
En la tablilla del mito del diluvio, encontrada en la cercana Ur, se describe con detalle como Eridu fue elegida originalmente por los dioses como sede del primer sacerdocio real bajo el mítico rey Alulim. También era considerada la morada original del dios Enki y cuna de la civilización, otorgada por éste a la humanidad.
La tradición oral sumeria depositada en textos como el Poema de Gilgamesh resaltaban la antiquísima sabiduría de Eridu personificada en su héroe cultural Adapa, al que se le atribuía haber llevado las artes de la escritura y del gobierno a la ciudad.
Las excavaciones en Tell Abu Shahrain han hallado ocupación humana continuada desde el 5400 a.C., confirmando efectivamente a Eridu como uno de los primeros asentamientos neolíticos del sudeste mesopotámico.
Los niveles más antiguos del período Ubaid (5400-4000 a.C.) corresponden a una gran necrópolis con cerca de 1000 tumbas y los restos de 16-17 templos sucesivos dedicados al dios Enki. En la etapa de Uruk (4000-3100 a.C.) surgieron edificios públicos y defensas amuralladas.
Durante el período Dinástico Arcaico (3100-2350 a.C.) se construyeron monumentales palacios reales. Ladrillos encontrados con inscripciones de gobernantes del 2100 a.C. confirman la importancia religiosa de Eridu.
El núcleo urbano giraba en torno al templo principal de Enki, llamado E-Abzu o «Casa del Acuífero”, identificable por sus cimientos de conchas, corales y yeso. Posteriormente fue reconstruido como zigurat por el rey Ur-Nammu hacia el siglo XXI a.C.
Los relatos mitológicos cuentan como Inanna, la diosa de la ciudad de Uruk, tuvo que ir a Eridu para recibir los dones de la civilización, y así el centro de poder pasó a Uruk. El Lamento por Eridu narra la pérdida de influencia de la ciudad de forma poética:
Su rey permaneció fuera de su ciudad como si fuera una ciudad ajena. Lloró lágrimas amargas. El padre Enki se quedó fuera de su ciudad como si fuera una ciudad extraña. Lloró lágrimas amargas. Por el bien de su ciudad dañada, lloró lágrimas amargas. Su señora, como un pájaro volador, abandonó su ciudad. La madre de E-maḫ, la santa Damgalnuna (esposa de Enki), abandonó su ciudad. Los poderes divinos de la ciudad de los más santos poderes divinos fueron derrocados. Los poderes divinos de los ritos de los más grandes poderes divinos fueron alterados. En Eridug todo se redujo a la ruina, se sumió en el caos
El lugar siguió siendo un activo santuario hasta el 600 a.C. en que fue definitivamente abandonado, probablemente, según el asiriólogo Leo Oppenheim, por el aumento de la salinidad producido por el riego continuo. Sucedió rápidamente, casi de la noche a la mañana la ciudad acabó sepultada bajo grandes dunas de arena.
Eridu representa un hito fundacional de la civilización, al ser identificada por la tradición mitológica como el lugar primigenio donde los dioses otorgaron a la humanidad las bases de la vida sedentaria y urbana.
En 2019, las excavaciones en Eridu fueron reanudadas por un esfuerzo conjunto italiano, francés e iraquí en el que participaron la Universidad de Roma La Sapienza y la Universidad de Estrasburgo.
Fuentes
The Sumerian king list: translation (The Electronic Text Corpus of Sumerian Literature) | The lament for Eridug (ETCSL) | Harriet E. W. Crawford, Sumer and the Sumerians | Gwendolyn Leick, Mesopotamia: La Invención de la Ciudad | Wikipedia
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