Ubicada en la pequeña localidad pesquera de Yoichi, en la isla japonesa de Hokkaido, se encuentra la Cueva Fugoppe, un yacimiento arqueológico que alberga más de 800 petroglifos tallados en sus paredes, convirtiéndola en un lugar único en su tipo en todo Japón.
El descubrimiento de la cueva se remonta a 1950, cuando dos jóvenes hermanos, atraídos por historias sobre antiguos textos grabados en las paredes de una cueva, decidieron buscar este lugar. Tras una pequeña exploración, dieron con la Cueva Fugoppe, llamada así por el antiguo nombre de la aldea más cercana, en la ladera de una colina llamada Maruyama.
Al entrar en la cueva encontraron cerámica y herramientas antiguas, pero lo que realmente llamó su atención fueron los cientos de dibujos grabados que cubrían las paredes de piedra.
Tras informar del hallazgo, equipos de arqueólogos realizaron excavaciones formales en 1951 y 1953, sacando a la luz artefactos de la era Jōmon Final (1000-500 a.C.), como cerámica, puntas de flecha y huesos tallados. Pero lo más impresionante son los más de 800 petroglifos tallados en las paredes oeste, norte y sur, que representan figuras humanas, animales, embarcaciones y símbolos abstractos cuya interpretación aún se debate.
Los expertos creen que las pinturas rupestres tienen un significado chamánico o religioso. Su antigüedad se remonta a los últimos siglos antes de Cristo, coincidiendo con la cultura Jōmon. Aunque se desconoce su propósito exacto, los arqueólogos especulan que eran parte de rituales espirituales relacionados con la fertlidad, la caza o el culto a los ancestros.
Lo que hace único a este yacimiento es que la Cueva Fugoppe es uno de los solo dos lugares en todo Japón donde se conservan petroglifos en cuevas, siendo el otro la Cueva Temiya en la ciudad de Otaru. Esto contrasta con la gran cantidad de pinturas y grabados rupestres que se encuentran en cuevas de Europa y otras partes del mundo.
La extraordinaria rareza de este tipo de arte en Japón se debe probablemente a que las pocas pinturas que se realizaron han desaparecido con el paso de los milenios, borradas por la humedad y la erosión. Las de Fugoppe pudieron conservarse al estar protegidas en el interior seco de la cueva.
Otra teoría es que, simplemente, los pobladores Jōmon de Japón no acostumbraban a realizar arte rupestre con regularidad, a diferencia de los habitantes prehistóricos de otros lugares. Las pinturas de Fugoppe serían así una excepción, quizás debida a influencias externas llegadas por mar desde el continente asiático.
De hecho, los arqueólogos creen ver en los petroglifos similitudes con el arte rupestre de la cultura Amur, en el actual territorio ruso, lo que indicaría intercambios o migraciones entre estas zonas en la Antigüedad.
La cueva en sí tiene unas dimensiones reducidas, de apenas 5 metros de ancho y 6 de fondo con una altura máxima de 7 metros. Pero contenía una gruesa capa arqueológica de unos 7 metros de espesor en la que se encontraron herramientas de piedra, hueso y cuerno, y conchas y huesos de adivinación, lo que demuestra que fue utilizada de forma continuada durante un prolongado periodo de tiempo.
Algunos investigadores opinan que las tallas de la cueva Fugoppe (al igual que las de Temiya) forman parte de un antiguo sistema de escritura, los denominados Caracteres Hokkaido, que fueron descubiertos en la isla en 1886. Así, la Asociación Japonesa de Exploración sostiene que las inscripciones de la pared norte de Fugoppe se leen como iishishirai (aquí viven bestias comestibles) y kawasakanahakitsu (aquí vienen peces de agua dulce).
La Cueva Fugoppe fue declarada Tesoro Nacional en 1953, pero su fama se extiende más allá de Japón. A la vez que plantea interesantes preguntas sobre las conexiones entre las primeras culturas de Japón y el resto de Asia, esta pequeña cueva encierra un invaluable tesoro arqueológico que aún puede deparar sorpresas a los investigadores.
Desde 1972 los grabados se exhiben in situ, preservados tras un cristal, dentro de una pequeña construcción que permite apreciarlos sin riesgo de deterioro. Las fotografías no están permitidas. Uno de los motivos más curiosos, el llamado hombre alado, se ha convertido en un famoso icono cultural en Hokkaido, apareciendo en todo tipo de merchandising, e incluso protagonizando una obra de teatro.
FUENTES
Kotobank, Fugoppe Dokutsu
Ayuntamiento de Yoichi (Web oficial)
Board of Education of Yoichi Town, The National Designated Fugoppe Cave Remains, Yoichi Town, Hokkaido, Japan
Wikipedia, Fugoppe Cave
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