En agosto, un voluntario descubrió varios discos de joyas de la Edad del Bronce Medio en un campo recién arado en Güttingen (cantón de Turgovia al norte de Suiza). Inmediatamente informó del hallazgo a la Oficina de Arqueología, que organizó la documentación y recuperación en el lugar al día siguiente.
Durante el cuidadoso desenterramiento en el laboratorio en las últimas semanas, se recuperaron 14 de los llamados discos de púas, dos anillos de dedo en espiral y más de 100 cuentas de ámbar. Se trata de un importante conjunto de joyas de la Edad del Bronce Medio.
El prospector Franz Zahn conoce muy bien el municipio de Güttingen. Lleva años recorriendo los campos con su detector de metales y ojo avizor. Además de las enormes cantidades de chatarra que retira de los campos, ha hecho repetidamente descubrimientos extraordinarios, como objetos de la Edad del Hierro y del Bronce.
Con el permiso del propietario, a principios de agosto paseaba por un campo de zanahorias recién cosechadas y se topó con objetos insólitos, unos discos de bronce con púas. Inmediatamente se dio cuenta de que obviamente pertenecían a una acumulación de otros hallazgos. La comunidad de prospección en red de voluntarios de Turgovia reaccionó de inmediato; aún en el campo, Franz Zahn supo que había hecho un hallazgo extraordinario. Debido a los típicos discos decorativos, se sospechó que podía tratarse de un enterramiento o un vertedero. Así que hubo que investigar arqueológicamente el yacimiento con más detalle.
Con el permiso del granjero, el equipo de la Oficina de Arqueología llegó al día siguiente y enseguida se dio cuenta de que sólo cabía realizar una excavación en bloque, es decir, retirar y trasladar al laboratorio una superficie mayor de tierra de unos 50x50x50 cm con los hallazgos aún invisibles. Al mismo tiempo, la pequeña excavación dejó claro que no había indicios de una tumba. Probablemente, las joyas tuvieron que ser enterradas in situ en un contenedor o bolsa orgánica.
El bloque de tierra se transportó al laboratorio de Frauenfeld, donde fue destapado por el conservador. Durante el proceso, se documentaron los hallazgos capa por capa para obtener información sobre cómo llegaron al suelo. Hace dos años ya se había descubierto un hallazgo similar cerca de Etzwilen, así que podían contar con la experiencia.
Entre otros discos, se encontró un gran número de pequeñas espirales de bronce, objetos de joyería como anillos para los dedos y docenas de cuentas de ámbar pequeñas y muy pequeñas. Estas cuentas, del tamaño de la cabeza de un alfiler, hubo que sacarlas una a una con pinzas. Algunas espirales de alambre brillaban en dorado. Un análisis aportó la certeza: se trataba efectivamente de oro.
Otros hallazgos sorprendentes fueron una punta de flecha de bronce, un diente de castor, un diente de oso agujereado, un cristal de roca, un diente de tiburón fosilizado, un pequeño ammonite y varios trozos de mineral de hierro pulido. La presencia natural de estos grumos de mineral de hierro y del ammonite es habitual en la zona de Schaffhausen.
Se recuperó un total de 14 discos con púas. Se trata de discos de bronce con tres costillas y una espina redonda -o púa- en el centro. En uno de los lados hay un ojal estrecho doblado, a través del cual se podía pasar un hilo o una correa de cuero. Se trata de la típica «bisutería» de la Edad del Bronce, más concretamente de la Edad del Bronce Medio, en torno al 1500 a.C.
Como muestran los hallazgos de las tumbas, las mujeres llevaban collares con estos llamativos discos, con espirales ensartadas entre ellos a modo de separadores. En Güttingen se encontraron once de estas espirales. Además, salieron a la luz ocho espirales algo más grandes hechas de fino alambre de oro, con un peso total de más de 21 gramos.
Más de 100 cuentas de ámbar y dos anillos de dedo con espirales dobles completan el conjunto. ¿Estaba escondido aquí un joyero? ¿El diente de oso, el cristal de roca y los fósiles y piedras seleccionados eran una colección de curiosidades o recuerdos de una visita a Klettgau? ¿O había algo más? A los objetos de este tipo se les podía atribuir un efecto especial, protector o curativo, y tal vez se llevaban como una especie de amuleto.
El yacimiento surgió en una época en la que florecieron importantes civilizaciones avanzadas en la región mediterránea, en Egipto o Creta. En Turgovia apenas se conocen asentamientos de esta época. En Güttingen se investigó hace unos años en la zona de la «Mäuseturm» un gran poblado sobre pilotes de la Edad de Bronce con abundantes hallazgos, pero sólo existió a partir del año 1000 a.C. aproximadamente.
En estos momentos, los objetos, algunos de ellos muy frágiles, están siendo restaurados para poder exponerlos el año que viene en el Museo de Arqueología de Frauenfeld. Además, está previsto realizar análisis científicos y una cuidadosa documentación. También se procederá rápidamente a la publicación de los objetos para que círculos más amplios puedan ocuparse de la cuestión de cómo interpretar este hallazgo tan especial.
La Oficina de Arqueología tiene una gran deuda de gratitud con el descubridor y el propietario del terreno: gracias a ellos se ha conservado un extraordinario testimonio del pasado de Turgovia. Además, el equipo de la Oficina tomó rápidamente las medidas necesarias para que el hallazgo pudiera presentarse al público en el momento oportuno.
Fuentes
Portal Kanton Thurgau (Sitio web oficial de Turgovia)
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.