Un equipo internacional de investigación dirigido por el arqueólogo marítimo Staffan von Arbin, de la Universidad de Gotemburgo, ha estudiado lo que podría ser el cañón de a bordo más antiguo de Europa. El cañón se encontró en el mar frente a Marstrand, en la costa occidental sueca, y data del siglo XIV.

Los hallazgos de este estudio interdisciplinar aportan nuevos conocimientos sobre el desarrollo temprano de la artillería en tierra y mar, pero también dan testimonio de un periodo turbulento para la gente de mar y las poblaciones costeras.

Se cree que el pequeño cañón de avancarga de aleación de cobre fundido, hallado por un buceador recreativo a 20 metros de profundidad en el mar frente a Marstrand, procede de un naufragio. Los investigadores concluyen que se trata de un cañón de a bordo, y no de un cañón transportado como carga, porque en el momento de su hallazgo aún quedaban restos de carga en la recámara de pólvora. Esto significa que el cañón estaba cargado y listo para el combate en el momento en que acabó en el fondo del mar.

Fotografía del ánima del cañón, que muestra los presuntos restos de una cartela en la boca de la cámara de pólvora. La boca tiene 4,5 centímetros de diámetro | foto Staffan von Arbin

Gracias a los restos conservados de la carga, ha sido posible utilizar la datación por radiocarbono para establecer la antigüedad del hallazgo, afirma Staffan von Arbin, arqueólogo marítimo de la Universidad de Gotemburgo.

Los resultados del estudio demuestran que el cañón de Marstrand es probablemente del siglo XIV, lo que lo convierte en una de las piezas de artillería más antiguas halladas en Europa.

Análisis químico del metal

Los investigadores documentaron el hallazgo con escaneado 3D y también realizaron un análisis químico del metal utilizado para fundir el cañón. El análisis demostró que se trataba de una aleación de cobre que contenía alrededor de un 14% en peso de plomo y sólo pequeñas cantidades de estaño.

Según los investigadores, esta aleación dista mucho de ser óptima para fundir cañones, y es probable que el cañón se hubiera agrietado y quedado inservible si se hubiera utilizado de forma intensiva durante periodos más prolongados.

Está claro que la persona que fundió el cañón no tenía los conocimientos y la comprensión necesarios de las propiedades de las distintas aleaciones de cobre, afirma Staffan von Arbin.

Esto demuestra que el noble arte de la fundición de cañones aún no se había dominado por completo en aquella época, y que la producción se basaba en gran medida en el ensayo y el error.

Vista lateral (A), superior (B), frontal (C) y trasera (D) del cañón Marstrand, basada en datos 3D recogidos mediante un escáner láser portátil | foto Anders Gutehall, Visuell Arkeologi Norden

El análisis también indica que el mineral de cobre utilizado en la fabricación del cañón se extraía en la actual Eslovaquia, mientras que el plomo probablemente procedía de Inglaterra o de la región fronteriza entre Polonia y la República Checa.

En este estudio interdisciplinar publicado en la revista inglesa de historia marítima The Mariner’s Mirror, los investigadores presentan los resultados de los análisis que han llevado a cabo, pero también analizan el hallazgo a la luz de fuentes documentales, iconográficas y arqueológicas.

En el siglo XIV, la ciudad de Marstrand, famosa por su excelente puerto, era un importante centro de navegación comercial entre Europa occidental y la zona del mar Báltico. Pero el mar era también escenario de guerras y conflictos, y las poblaciones civiles costeras sufrían a menudo duros golpes. Además, siempre existía el riesgo de ataques de piratas.

Los nuevos tipos de armas de fuego desarrollados en esta época proporcionaban grandes ventajas tácticas en las batallas en el mar. Pero no sólo se armaban buques de guerra: durante la Baja Edad Media, los barcos mercantes también empezaron a equiparse con cañones cada vez más a menudo para defenderse de los piratas y otros navíos hostiles. El estudio de los cañones de Marstrand aporta nuevos conocimientos y perspectivas sobre el desarrollo de esta tecnología militar.

Los cañones en forma de embudo del tipo del cañón Marstrand suelen atribuirse a los siglos XV-XVI, pero este hallazgo atestigua que este modelo ya existía en el siglo XIV. Los restos conservados de la carga en la cámara de pólvora del cañón también demuestran que el uso de cartuchos, una especie de envoltorio textil para la carga de pólvora, se empezó a utilizar mucho antes de lo que se pensaba.

Ahora, por supuesto, también queremos intentar localizar y documentar el barco al que perteneció el cañón. Aunque probablemente esté muy degradado y destrozado, debería ser posible encontrar restos dispersos del pecio si realizamos un inventario exhaustivo del yacimiento y sus alrededores, afirma Staffan von Arbin.


FUENTES

University of Gothenburg

Staffan von Arbin, Kay Douglas Smith & Tobias B. Skowronek (2023) The Marstrand Cannon: The earliest evidence of shipboard artillery in Europe?, The Mariner’s Mirror, 109:3, 260-282, DOI:10.1080/00253359.2023.2225311


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