Stonehenge, el icónico monumento prehistórico ubicado en la llanura de Salisbury en Wiltshire, Inglaterra, contiene varios tipos de piedras, incluyendo las piedras locales sarsen y las «piedras azules» importadas de Gales. Sin embargo, una piedra en particular se ha mostrado enigmática: la Piedra del Altar.
La Piedra del Altar es un monolito de arenisca de 6,5 metros de largo que formaba parte del círculo interior de piedras azules en Stonehenge. Durante décadas, los científicos creyeron que procedía de los depósitos de arenisca roja antigua (ORS) del sur de Gales, no lejos de donde procedían las otras piedras azules. Sin embargo, análisis de vanguardia recientes han puesto en duda esta suposición mantenida durante largo tiempo.
Un equipo de investigación examinó muestras de ORS de toda la cuenca Anglo-Galesa utilizando fluorescencia de rayos X portátil (XRF), microscopio electrónico de barrido automatizado con espectroscopía de dispersión de rayos X por energía (SEM-EDS) y espectroscopía Raman. Compararon la mineralogía y geoquímica de estas muestras con fragmentos conocidos de la Piedra del Altar.

Una característica clave de la Piedra del Altar es su contenido de bario inusualmente alto, consistentemente superior a 1.000 partes por millón. De las 58 muestras de ORS analizadas, solo cuatro coincidían con los niveles de bario de la Piedra del Altar.
Sin embargo, análisis posteriores revelaron marcadas diferencias mineralógicas entre estas cuatro muestras y los fragmentos de la Piedra del Altar.
Los investigadores descartaron definitivamente un origen de ORS para la Piedra del Altar dentro de la cuenca Anglo-Galesa. Proponen buscar más lejos el origen de la arenisca, posiblemente en el norte de Gran Bretaña o en Europa continental.

El estudio, publicado en Journal of Archaeological Science: Reports, destaca las perspectivas obtenidas al emplear múltiples técnicas analíticas complementarias en la investigación arqueológica.
Tecnologías avanzadas como el SEM-EDS automatizado y la espectroscopía Raman pueden descubrir sutiles variaciones mineralógicas que proporcionan pistas vitales sobre los orígenes de artefactos antiguos.
Replantearse suposiciones mantenidas durante mucho tiempo también muestra la importancia de reevaluar continuamente la evidencia con nuevas herramientas. El estatus de la Piedra del Altar como una «piedra azul» puede haber sesgado trabajos anteriores hacia un origen galés. Deshacer esta noción podría allanar el camino para desentrañar finalmente la verdad acerca del largo viaje de esta arenisca hasta Stonehenge.
Fuentes
Richard E. Bevins, Nick J.G. Pearce, et al., The Stonehenge Altar Stone was probably not sourced from the Old Red Sandstone of the Anglo-Welsh Basin: Time to broaden our geographic and stratigraphic horizons? Journal of Archaeological Science: Reports, vol.51, doi.org/10.1016/j.jasrep.2023.104215