Ubicado a 3.130 metros de altitud en la cima del Monte Chaberton, en el Macizo Cerces de los Alpes franceses, el complejo fortificado conocido como la Batería de Chaberton es el fuerte militar más alto de Europa. Construido entre 1898 y 1910 por el Reino de Italia, jugó un papel relevante aunque breve durante la Segunda Guerra Mundial, antes de pasar a manos de Francia tras el conflicto.

La idea de construir una fortificación en la cumbre del Monte Chaberton se remonta a fines del siglo XIX. En esa época, Italia formaba parte de la Triple Alianza junto a Alemania y el Imperio Austrohúngaro, lo que la llevó a desarrollar planes para reforzar sus defensas frente a Francia, con quien había tenido roces fronterizos en el pasado.

El pico de Chaberton, ubicado estratégicamente en el valle superior del río Susa y dominando el paso alpino del Mont Cenis, fue considerado un punto ideal para ubicar un fuerte. Su gran altura de más de 3.000 metros, su difícil acceso por tierra y su capacidad para vigilar los valles aledaños lo convertían en una posición defensiva casi inexpugnable con la tecnología militar de la época. Además, su elevación lo ponía fuera del alcance de los cañones de la época, que tenían un alcance máximo de algunos kilómetros.

El fuerte es visible en lo alto del Chaberton | foto Sbaluf en Wikimedia Commons

Los trabajos de construcción de lo que sería la Batería de Chaberton comenzaron en 1898 bajo la dirección del Mayor de Ingenieros Luigi Pollari Maglietta. Lo primero en llevarse a cabo fue la construcción de una sinuosa carretera de montaña de casi 10 kilómetros que conectara la pequeña aldea de Fenils, ubicada a 2.000 metros de altitud en las laderas del Monte Chaberton, con la amplia cima plana de la montaña, donde se erigiría el fuerte. Sin la carretera, cualquier intento de construir y reabastecer un fuerte en la remota cima hubiera sido imposible.

En 1910, después de 12 años de obras, la batería quedaría completada en su totalidad, aunque ya para 1906 contaba con ocho modernos cañones de tiro rápido de 149 mm montados sobre grandes torretas blindadas giratorias. Estas torretas, diseñadas específicamente para la Batería de Chaberton, fueron fabricadas por la prestigiosa empresa armamentística británica Armstrong Whitworth y eran giratorias gracias a un mecanismo de engranajes accionado manualmente.

Cada torreta, con sus más de 7 metros de altura, podía rotar 300 grados sobre su eje central, permitiendo apuntar y disparar en cualquier dirección. Están separadas unos 6 metros entre ellas, y en su interior una escalera metálica de caracol permitía subir a los cañones.

Las torretas sobre las que iban los cañones | foto GFDL en Wikimedia Commons

Debido a la imposibilidad de ser alcanzadas por fuego de cañones o morteros enemigos (algo que cambiaría durante la Segunda Guerra Mundial), las torretas no tenían protección, salvo un blindaje ligero de 5 centímetros como máximo en su parte delantera, destinado a proteger a los soldados de la metralla. Su diseño estaba concebido con el propósito de bombardear posiciones militares a una distancia considerable en territorio enemigo, en particular la ciudad francesa de Briançon.

Pero durante la Primera Guerra Mundial el fuerte fue desactivado y desarmado, siendo sus potentes cañones trasladados al frente oriental, donde Italia combatía contra el Imperio Austrohúngaro. Durante esos años no hubo guarnición permanente en el fuerte, que fue reactivado poco después del fin de la gran contienda en 1918.

Para entonces, sin embargo, el desarrollo de la artillería de mortero había vuelto altamente vulnerable a la batería ante eventuales ataques desde posiciones inferiores en los valles adyacentes. Esto motivó el inicio en la década de 1930 de una renovación en profundidad, con la intención de trasladar todas las instalaciones sensitivas como dormitorios, enfermería y depósitos de munición a un laberinto subterráneo de túneles y galerías internas excavadas directamente en la roca de la montaña. Así, el fuerte quedaría menos expuesto a los impactos enemigos.

Vista de la carretera de acceso desde el fuerte, y estructuras subterráneas | foto Cevenol2 en Wikimedia Commons

Fue finalmente durante la Segunda Guerra Mundial que la Batería de Chaberton entró por primera y única vez en combate. Tras la declaración de guerra de la Italia fascista de Mussolini a la Francia de la Tercera República en junio de 1940, los cañones del fuerte abrieron fuego contra posiciones militares francesas en los valles cercanos, aunque sin ocasionar daños significativos. En ese momento la guarnición contaba con unos 340 hombres bajo el mando del capitán Spartaco Bevilacqua.

En el cercano fuerte francés de Janus se puede ver hoy una torre de vigilancia blindada, donde el acero de la torreta fue parcialmente deformado aunque no perforado.

Al día siguiente del bombardeo italiano, el 21 de junio de 1940, la artillería francesa finalmente respondió al ataque con morteros y lanzando cuatro enormes obuses Schneider de 280 mm.

Otra vista de la fortificación | foto Thierry Llansades en Flickr

La precisión de los cañones franceses fue letal: en cuestión de horas lograron impactos directos que destruyeron seis de las ocho torretas italianas, causando la muerte de nueve soldados y heridas a otros cincuenta. El teleférico que abastecía al fuerte también resultó destruido.

Ante la gravedad de los daños sufridos, el alto mando italiano se vio forzado a retirar la guarnición y abandonar el fuerte apenas un mes después de entrar en guerra. Con el inesperado y rápido armisticio francés pactado con Alemania pocos días después, el 25 de junio de 1940, el fuerte dejó definitivamente de operar.

Tras la rendición italiana en 1943 y el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, toda la montaña de Chaberton y el complejo fortificado (que hasta entonces estaban en el municipio italiano de Cesana Torinese) pasaron a manos de Francia, incorporados a su territorio mediante los Tratados de París de 1947.

Otra vista de las torretas de la batería | foto Thierry Llansades en Flickr

Por décadas abandonado a su suerte, el fuerte fue desmantelado y despojado de todas sus estructuras metálicas, puertas, ventanas e incluso cables eléctricos en 1957. Treinta años más tarde, en 1987, se cerró al tráfico la carretera que lo unía con Fenils.

En la actualidad, las espectaculares ruinas de la batería, colgadas sobre la ladera del monte en el municipio francés de Montgenèvre, son visitadas tanto en verano como en invierno por montañistas y amantes de la historia militar. El monte Chaberton es fácilmente reconocible por su forma piramidal y su cima plana.

Se puede acceder a pie, en bicicleta o mediante una vía ferrata desde el lado francés, que parte del puente tibetano de Cesana Claviere. El acceso a la carretera militar con vehículos de motor está estrictamente prohibida. Los restos de las torretas destruidas en 1940 todavía dominan el paisaje. También se conservan kilómetros de túneles y galerías subterráneas, muchas de ellas parcialmente derrumbadas u obstruidas por el hielo que requieren equipo especial para recorrerlas.


Fuentes

Le Fort de Chaberton, fort d’altitude nouvellement protégé dans les Hautes-Alpes (Ministerio de Cultura de Francia) | L’obus de 280 mm (Ligne Maginot) | Un forte, una storia (Fortificazione.com) | Forte Chaberton | Wikipedia


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