Glamping es un anglicismo resultante de combinar otras dos palabras del mismo origen, aparentemente poco compatibles: glamour y camping. Se trata de una tendencia, menos nueva de lo que se cree, que busca aunar ambos conceptos ofreciendo las ventajas de la acampada al aire libre (contacto con la naturaleza, actividades de aventura, ecología, socialización, etc.) con las comodidades que ofrecería un alojamiento más sofisticado, tipo hotel (cama, baño privado, atención personal…).

Así, las tiendas de campaña son de gran tamaño -algunas auténticas habitaciones con carpa en vez de techo y paredes- y suelen contar con cosas tan insólitas como cocina, mobiliario, lámpara, televisión, cuarto de baño o cenador, por ejemplo. Están preinstaladas evidentemente, a veces sobre tarima de madera o base de hierba artificial, aunque aparte de tiendas se ofrecen también bungalós, tipis, yurtas, jaimas, iglús acristalados y hasta contenedores o toneles adaptados… todos igualmente bien equipados.

En suma, el glamping se está difundiendo como una modalidad vacacional específica, destinada a cubrir la demanda de un tipo de cliente caracterizado por un nivel adquisitivo medio-alto que quiere disfrutar de la naturaleza sin renunciar al confort. Y puesto que la idea parece haber prendido, cada vez son más las posibilidades para los interesados. Veamos un puñado de ejemplos en España.

Cypsela Resort (Cataluña)

Un camping Costa Brava de cuatro estrellas, a cinco minutos de una de las playas más extensas de Girona, en un entorno que aglutina al pueblo medieval de Pals junto a una sucesión de calas, playas, pinares y macizos montañosos de abrumadora belleza. Tiene parcelas de distintos niveles acotadas para tiendas y caravanas se combinan con una amplia variedad de bungalós, cottages y lodges construidos en pinares y olivares para gozar de sombra.

El ocio está asegurado para toda la familia con actividades, juegos, bolera, billar, canchas deportivas y, para rematar, un parque acuático propio con toboganes, trampolines, baños de burbujas, áreas de relax con hidromasaje, etc.

Cámping Isla de Ons (Galicia)

Este glamping, el más grande de Galicia, se encuentra en el Parque Nacional das Illas Atlánticas, un espacio protegido insular de la provincia de Pontevedra. Concretamente en la isla de Ons, con vistas espléndidas y posibilidad de combinar la playa de Bueu con senderismo en ese magnífico entorno marino.

Dispone de tiendas de lona alfombradas y con luz eléctrica, cama y muebles básicos para descansar de una jornada visitando el magnífico paisaje o haciendo cuaqluier actividad. Eso sí, recordemos que los barcos a Ons únicamente pueden trasladar mil trescientas personas diarias y previa autorización, por lo que es recomendable planear y reserva la estancia con tiempo.

Jardín de las Delizias (Extremadura)

Cerca de Plasencia, en la provincia extremeña de Cáceres, tenemos este otro glamping que sirve de base para conocer el precioso Valle del Jerte. No hay playa, obviamente, pero los cerezos y una multitud de rutas turísticas constituyen una buena alternativa si se prefiere el secano. Alguna con posibilidad de baño al aire libre en pozas naturales, como en la Garganta de los Infiernos o en Los Pilones.

De todos modos, hay una piscina en las instalaciones. Claro que éstas son un atractivo en sí mismas, ya que en vez de tiendas normales tiene yurtas tradicionales mongolas, decoradas artesanalmente en estilo oriental, climatizadas, con baño interior y jardín privado. Una evasión exótica sin salir de España.

Hotel Miluna (Castilla-La Mancha)

Pese al nombre, no se trata de un hotel al uso. Sus habitaciones, más cercanas a la levedad de una tienda que a la arquitectura construida, son burbujas transparentes, con techo panorámico para contemplar el cielo nocturno, algo que se refuerza con un telescopio en cada una. Tienen camas con dosel, ducha y bañera de hidromasaje en el exterior, así como minibar, sala y una parcela propia para salvar la intimidad.

Este lugar parece teletransportar al cliente a una base en otro planeta (de hecho, cada burbuja lleva el nombre de uno), pero sin salir de casa, como quien dice. Y es que están en Hormigos, un pueblo de Toledo, con el atractivo de la Sierra de Gredos a un paso, sumándose a los servicios (masajes, piscina, restaurante, flotarium…) que oferta.

Irati Barnean (Navarra)

La Selva de Irati es un bosque, situado en el valle homónimo, que abarca desde el norte de Navarra hasta el suroeste de Francia y está compuesto por hayas y abetos. Asistir a la berrea de los ciervos, descubrir la Cueva de Arpea o realizar rutas -tanto en verano como entre la nieve invernal- son algunas de sus bazas.

Una forma perfecta para descubrirlo es desde el interior, alojándose en su corazón gracias a unos peculiares iglús panorámicos que están integrados en la naturaleza forestal, pero dotados de todo lo necesario para hacer confortable la estancia (baño con ducha, terraza, calefacción, aire acondicionado).

Glamping The Teepee (Castilla y León)

Mombeltrán es un municipio de la provincia de Ávila, integrado en la comarca del Valle del Tiétar, dominado por la Sierra de Gredos. En un pinar de esas montañas se ubica un glamping ideal para los amantes de la ecología, la naturaleza y la sostenibilidad, pero también por aquellos que busquen una experiencia de alojamiento diferente y novedosa que sumar a la oferta de ocio local (a destacar el área recreativa Playas Blancas, con pisicnas naturales fluviales).

Dicha experiencia se basa en unos insólitos tipis de madera de unos veinte metros cuadrados y decoración escandinava que no resultan incompatibles con tener calefacción, ventilador, nevera y cafetera. También cocina y baño con ducha privado, aunque aparte. Si lo que se busca es relax, hay zonas chill-out (también en módulos tipi individuales) y sauna.

Campo Agave Luxury Tents (Andalucía)

Si alguien ha hecho un safari por África seguramente sabrá que la expresión tented camp hace referencia a un tipo de campamento en el que las tiendas están premontadas, fijas. Son grandes -se puede estar de pie- y disponen de catre o camastro, además de sillas, un farol, una mesilla… Una versión mejorada de ese tipo de tiendas es la que ofrece este intereante rincón de Sayalonga, en la provincia de Málaga.

Se trata de un glamping que combina villas típicas con tiendas de safari amuebladas, rodeadas de olivos, protegidas con mosquiteras, años propios en la parte trasera y terrazas asomadas al mar que proporcionan espléndidas vistas. Asimismo, hay cocina común, zona de barbacoa y piscina. No es una experiencia africana, pero tiene ecos.

Glamping La Palma (Canarias)

La isla canaria de La Palma es un o de los mejores sitios para practicar el turismo de onbservación astronómica y, de hecho, una considerable parte de su oferta de excursiones va en ese sentido. Por eso podríamos decir que la sublimación de esa experiencia sería alojarse en este glamping, que ofrece la posibilidad de ver el firmamento de noche sin necesidad de salir de la cama.

Para ello ofrece dos modalidades: el domo o cúpula geodésica, una estructura esférica de madera y cristal en techo y frontal que proporciona el ansiado espectáculo visual nocturno; y una furgo camperizada para recorrer la isla sobre ruedas disfrutando de todas las comodidades. Y entre los servicios hay jacuzzi, Wifi, aparcamiento gratis, baño…


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