Dos nuevos fragmentos de los Fasti Ostienses han surgido de la segunda campaña de excavaciones del proyecto «OPS – Ostia Post Scriptum», comisariado por el Parque Arqueológico de la Antigua Ostia en colaboración con la Universidad de Catania y la Universidad Politécnica de Bari.
Los Fasti Ostienses son un calendario de magistrados romanos y eventos importantes desde el 49 a.C. hasta el 175 d.C. grabados originalmente en losas de mármol en Ostia, el principal puerto marítimo de Roma, que fueron desmantelados y utilizados como materiales de construcción. Desde su redescubrimiento, se han convertido en una de las principales fuentes para la cronología del primer Imperio Romano. Su redacción estaba a cargo del pontifex Volcani, la máxima autoridad religiosa local.
Los Fasti fueron hallados como resultado de las investigaciones llevadas a cabo en el Área B del Parque Arqueológico, correspondiente al Foro de Porta Marina (ya explorado en el pasado pero que sigue planteando muchas cuestiones fascinantes), un gran edificio rectangular, porticado en tres lados y con una sala absidal en el posterior y pavimentado originalmente en opus sectile (con losas de mármol de diferentes colores). En el centro de la plaza hay un zócalo cuadrangular, posiblemente el soporte de una estatua o una fuente.
En la zona abarcada por la excavación, ya en 1940-41 y 1969-72, salieron a la luz otros fragmentos de los Fasti Ostienses.
Uno de los dos fragmentos recuperados ahora, que encaja perfectamente con otro ya conservado en Ostia y referido a la crónica de los años 126-128 d.C., menciona hechos y acontecimientos que tuvieron lugar en Roma en 128, durante el reinado de Adriano. Al cruzar esta información con la procedente de otras fuentes (literarias, epigráficas y numismáticas), fue posible aclarar el contenido del texto, del que se deduce que el 1 de enero de 128 Adriano asumió el título de pater patriae y su esposa Sabina el de Augusta. Para celebrar estos títulos, el emperador ofreció al pueblo un congiarium, es decir, una donación de dinero (Congiar Dedit reza la inscripción).
Posteriormente, el 10 de abril de 128 (ante diem III Idus April reza la inscripción) el emperador partió hacia África y, de vuelta en Roma entre finales de julio y principios de agosto y antes de viajar a Atenas, consagró (Consecravit, dice la inscripción) un edificio, seguramente un templo en la Urbe. Hay dos posibilidades: el Panteón o, más probablemente, el Templo de Venus y Roma. Según una hipótesis muy sugestiva, la consagración podría haber tenido lugar el 11 de agosto de 128 d.C., es decir, en el aniversario de la subida al trono de Adriano en 117.
Las investigaciones, concluidas a finales de julio, se llevaron a cabo también en el área A, nunca antes excavada, situada dentro del Parque entre la Piazzale delle Corporazioni, la rica Domus de Apuleyo, la zona sagrada de los Cuatro Templos y el antiguo curso del Tíber.
Aquí salieron a la luz otras estancias con una superficie aproximada de 400 metros cuadrados, que se investigaron a partir de los llamativos derrumbes de los pisos superiores. Así, se recuperaron objetos de cerámica y mármol y la decoración pictórica y de estuco original, así como los extensos restos de maravillosos mosaicos en blanco y negro.
A lo largo del lado sur del edificio ha surgido un pórtico con pilares, embellecido con un espléndido suelo de mosaico, aún en excelente estado de conservación y con un diseño complejo y elegante, en el que se alternan formas cuadradas y en cruz rellenas de motivos trenzados, rombos y octogonales con elementos florales y vegetales.
Más al este, el mosaico cambia de motivos decorativos. Aquí se aprecian formas hexagonales en las que losas de mármol blanco alternan con porciones en azulejos rojos. En el lado oeste de la zona de excavación, sin embargo, se halló una estrecha sala absidal, a la que se descendía por cuatro escalones hasta un nivel inferior al del resto del complejo. En el pequeño ábside, arriba, hay también un nicho enmarcado por dos pequeñas columnas y cubierto con un enlucido sobre el que se aplican conchas marinas. Se trataba, por tanto, de un espacio semioculto, «íntimo», con un probable carácter sagrado y ritual, y con unas implicaciones interpretativas que ya prometen ser decididamente fascinantes.
Incluso la última campaña de excavaciones que acaba de concluir en el Parque Arqueológico de Ostia nos ofrece tesoros de incalculable valor y fuentes documentales inestimables para comprender las actividades del gran emperador Adriano. El descubrimiento de dos fragmentos de los Fasti nos permite desvelar piezas importantes de la vida de Ostia y de la capital. Estas excavaciones también han sacado a la luz los restos de varias decoraciones y amplias porciones de suelos de mosaico que pronto serán visibles para el público, tal y como ya se ha hecho en otros yacimientos arqueológicos de nuestro país gracias al trabajo realizado en los últimos meses por el Ministerio de Cultura, declaró el Ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.
Se trata también de un descubrimiento extraordinario que, si por un lado aumenta e integra lo que sabemos sobre la actividad del gran emperador Adriano, aportando nuevas adquisiciones sobre la importantísima actividad constructora que llevó a cabo en Roma, por otro reconfirma el inmenso potencial de la antigua Ostia para un conocimiento y una difusión cada vez más profundos de nuestro pasado, declaró el director del Parque Arqueológico de la Antigua Ostia, Alessandro D’Alessio.
Fuentes
Ministero della Cultura de Italia
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