Un reciente estudio arqueológico ha descubierto pruebas de posibles rituales nigrománticos llevados a cabo en la cueva de Teomim, situada en las colinas de Judea, durante la Antigüedad tardía (hacia 300-600 d.C.). La nigromancia o necromancia se refiere a las prácticas de adivinación que implican la comunicación con los muertos.
La cueva de Teomim contiene nichos artificiales, bancos y decoraciones talladas en sus paredes y suelos. Los arqueólogos descubrieron más de 30 lámparas de aceite intactas dentro de la cueva, así como puntas de lanza de hierro, vasijas de cerámica, botellas de vidrio y restos óseos humanos. Mediante análisis osteológicos, se determinó que los huesos eran los restos de al menos seis individuos.
El conjunto de artefactos sugiere que la cueva se utilizaba para rituales mágicos y religiosos. En los rituales nigrománticos se quemaban ofrendas y brebajes para invocar a los espíritus de los difuntos.
La inclusión de puntas de lanza de hierro puede haber tenido como objetivo ahuyentar a los malos espíritus. Los estudiosos creen que los restos humanos se utilizaron probablemente en rituales adivinatorios.
Este descubrimiento permite comprender la diversidad de prácticas religiosas y sistemas de creencias que existían en la Judea de la Antigüedad tardía.
Como señalan los autores, las pruebas de rituales mágicos ponen en tela de juicio la suposición de que las poblaciones judías observaban estrictamente los mandatos bíblicos contra la brujería y la adivinación.
El desenterramiento de los artefactos de la cueva de Teomim ilumina el sincretismo entre el judaísmo, el cristianismo, la filosofía griega y la magia popular pagana durante este periodo histórico de transición.
Un análisis más detallado de los objetos rituales y los restos humanos de la cueva de Teomim permitirá a los investigadores comprender mejor las prácticas adivinatorias específicas y las visiones del mundo de las comunidades que vivían en las colinas de Judea durante la época tardorromana y la primera era bizantina.
Este descubrimiento enriquece nuestro conocimiento de las tradiciones cúlticas y ocultas que coexistieron con los credos monoteístas dominantes en los últimos tiempos de la Antigüedad.
Fuentes
Klein, E., & Zissu, B. (2023). Oil Lamps, Spearheads and Skulls: Possible Evidence of Necromancy during Late Antiquity in the Te’omim Cave, Judean Hills. Harvard Theological Review, 116(3), 399-421. doi:10.1017/S0017816023000214
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