Un equipo de investigadores anunció el descubrimiento de restos humanos neandertales de más de 52.000 años en el yacimiento de la Cueva de las Teixoneres, ubicado en Moià, en la comarca del Moianès (Barcelona). Los restos, encontrados durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el IPHES-CERCA, consisten en dos fragmentos de occipital (parte posterior del cráneo) de un individuo neandertal juvenil.
El hallazgo es de particular interés dado que estos restos de cráneo corresponden al cuarto individuo recuperado en el yacimiento desde el descubrimiento de los primeros restos humanos en 2016.
Además, los estudios realizados han permitido identificar marcas de corte en la superficie de algunos de estos huesos, lo que se ha interpretado como resultado de actividades relacionadas con el canibalismo.
Desde el descubrimiento en 2016 de los restos de un niño neandertal, se han recuperado más restos humanos aislados que han sido asignados a al menos tres individuos diferentes: un niño de unos 6-7 años, otro de más de 11 años y un tercer individuo senil.
Ahora, durante la campaña de excavación de junio, se han encontrado los restos de un cuarto individuo. Se trata de dos fragmentos de un mismo occipital en pleno desarrollo, pero que presenta ya las suturas occipito-mastoides bien formadas. Las características físicas de estos fragmentos de cráneo hacen pensar que se trata de un individuo juvenil, casi adulto.
Según los estudios efectuados hasta ahora, todos estos restos tienen una cronología ligeramente superior a los 52.000 años de antigüedad y se encontraban dispersos por una misma superficie a la entrada de la cavidad y mezclados con los huesos y los dientes de otros animales cazados por estos humanos.
Las marcas de corte en una clavícula y la fragmentación de los restos indican que estos individuos fueron procesados y posiblemente comidos por otros neandertales. Además, los restos de estos humanos están muy fragmentados, probablemente para poder acceder a la médula y otros nutrientes contenidos en el interior de sus huesos. Esto hace que la mayoría de ellas sean muy difíciles de reconocer y distinguirlas de los demás animales, sobre todo en el caso de los restos correspondientes a niños.
Para paliar este problema, el equipo está utilizando técnicas biomoleculares muy especializadas para identificarlas y poder realizar estudios de ADN, tanto mitocondrial como nuclear. Se espera que con los resultados de estos estudios se aumente el número de restos humanos identificados.
Aunque no es el primer caso documentado de canibalismo entre neandertales, sí es el primero identificado en el sur de Cataluña. Aunque la antropofagia no parece haber sido un fenómeno habitual entre estos humanos, en Europa existen algunos yacimientos que sugieren prácticas similares, lo que hace pensar que, en un futuro, saldrán otros casos similares.
El equipo de trabajo cuenta con la colaboración de investigadores de diversas instituciones internacionales, lo que convierte a la Cueva de las Teixoneres en un enclave crucial para el estudio del mundo neandertal.
Fuentes
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolución Social (IPHES)
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