La cultura polinesia moderna está profundamente entrelazada con sus raíces mitológicas. Sin embargo, gran parte de las antiguas tradiciones religiosas han sido sustituidas por diversas formas de cristianismo, desvaneciéndose en el telón de fondo como folclore.

A pesar de ello, perduran algunos vestigios del pasado, como los lugares sagrados construidos con piedra volcánica y coralina conocidos como marae y las enigmáticas esculturas tiki que representan a antiguos dioses o antepasados.

Los tikis se originaron en la cultura pre-Europea de las islas polinesias como Fiyi, Samoa, Hawaii y Nueva Zelanda. Estas esculturas solían estar pintadas de rojo con ocre y se les colocaba en la entrada de los paramos sagrados o se ubicaban en altares con otros objetos sagrados para invocar sus poderes.

El tiki sonriente en Hiva Oa | foto Rita Willaert en Wikimedia Commons

Las tribus polinesias desarrollaron concepciones animistas que atribuían espíritus o almas de antepasados y dioses dentro de piedras, árboles y otras formas naturales. Los tikis simbolizan esta conexión entre lo animado e inanimado.

Se cree que las estatuas tiki más antiguas datan como mínimo del siglo IX a.C., aunque su origen exacto es motivo de debate entre los historiadores. Los temas principales que representan los primeros tikis son cabezas con una frente amplia y mirada fija, grandes ojos abiertos y mandíbulas pronunciadas. A menudo, los primeros tikis representan sólo cabezas o bustos, sin extremidades completas.

Hay tikis en todo el Pacífico, sobre todo en el archipiélago de las islas Marquesas, en la Polinesia Francesa. Según la mitología rapanui (Isla de Pascua), los primeros colonos de la isla procedían de esta región.

Un tiki en el Museo Etnológico de Berlín | foto Einsamer Schütze en Wikimedia Commons

Aunque se pueden encontrar tikis en varios lugares fuera del archipiélago de las Marquesas, algunos de los ejemplos más famosos y mejor conservados están allí. Cada tiki tiene una historia -muchas de las cuales se han perdido con el tiempo- vinculada a la deidad o antepasado que representa.

Las islas Marquesas, que forman parte de los cinco archipiélagos de la Polinesia Francesa, están consideradas la capital tiki de la región. Dos de sus islas, Nuku Hiva e Hiva Oa, albergan el mayor número de artefactos religiosos antiguos del archipiélago.

Curiosamente, aunque los tikis suelen representar figuras masculinas, también existen tikis femeninos. Un ejemplo es la famosa escultura del Marae Iipona, en Hiva Oa, que es el mayor tiki antiguo que representa a una mujer.

Tiki Makiʻi Tauʻa Pepe o el «Tiki Volador», en meʻae Iʻipona, Puamaʻu Village, Hiva Oa | foto Moth Clark en Wikimedia Commons

El llamativo aspecto de estas esculturas tiki ha llevado a algunos a establecer comparaciones entre los antiguos dioses o antepasados que representan y seres extraterrestres. Esta controvertida interpretación ha sido ampliamente refutada por arqueólogos e historiadores que sostienen que los tikis son únicamente representaciones de las creencias religiosas y la herencia cultural de los polinesios.

Los tikis de las Islas Marquesas, junto con otros artefactos y monumentos polinesios antiguos, son recordatorios vitales de la compleja y diversa historia de la región.

A medida que la modernización sigue invadiendo las islas, es crucial preservar y proteger estos lugares no sólo por su importancia cultural, sino también por la valiosa información que proporcionan sobre la vida de los antiguos pueblos polinesios.


Fuentes

Triptahiti | Wikipedia


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