Aunque se han encontrado objetos más antiguos con grabados que parecen representar mapas, como un hueso de mamut hallado en Pavlov (República Checa) y datado hacia el 25000 a.C., o una piedra descubierta en la cueva navarra de Abauntz Lamizulo datada hacia 14000 a.C., en realidad no sabemos si son realmente mapas y, en caso de que lo fueran, cuál es el terreno o territorio representado.
La representación cartográfica más antigua de Europa, de la cual los investigadores saben sin lugar a dudas que se trata de un mapa, y además saben qué territorio está representado en él, es la losa de Saint-Bélec.
La encontró Paul du Châtellier en el año 1900 en el túmulo de Saint-Bélec, un enterramiento prehistórico en Leuhan, en el Finisterre de la Bretaña francesa, donde formaba parte de la pared occidental de la bóveda del túmulo. Pesaba tanto que tuvo que ser extraída cuidadosamente por unos 15 trabajadores.
Châtellier se llevó la losa a su castillo de Kernuz en Pont-L’Abbé, y a su muerte en 1911 sus hijos la vendieron junto con el resto de su colección. Finalmente la piedra fue adquirida o donada al Museo Arqueológico Nacional en 1924. Sin embargo permaneció en el sótano del castillo de Kernuz.
La losa mide 2,20 metros de largo por 1,53 de ancho y 0,16 de grosor, y pesa aproximadamente una tonelada y media. Esta hecha de un esquisto gris azulado, un tipo de piedra procedente de afloramiento rocosos del Precámbrico cercanos a la localidad de Douarnenez.
Presenta una serie de grabados con cúpulas, círculos y otras figuras, en las que algunos ven una forma humana y otros un animal, unidos por una red de líneas. Parece que se rompió antes de ser enterrada en el túmulo, pues le falta la parte superior. De haber permanecido intacta mediría unos 3,9 metros en lugar de 2,2.
En el año 2014 la losa fue redescubierta en el castillo de Kernuz por investigadores del INRAP (Instituto Nacional de Estudios Arqueológicos Preventivos de Francia), la Universidad de Bournemouth y la Universidad de Bretaña Occidental, que realizaban un estudio sobre las losas de dos túmulos de Saint-Bélec.
Junto con el Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS) llevaron a cabo un estudio conjunto de la losa entre 2017 y 2021, que se publicó en abril de este último año. En él establecen que data de la Primera Edad del Bronce, entre 2150 y 1600 a.C., siendo contemporáneo del famoso disco celeste de Nebra.
Pero además identificaron los grabados como un mapa que representa la zona del túmulo y parte del valle superior del río Odet, los demás ríos circundantes y las estribaciones de las Montañas Negras (Menez Du), lo que lo convierte en la representación cartográfica más antigua conocida de un territorio en Europa.
El territorio representado en la losa se extiende a lo largo de unos 30 kilómetros de longitud y 21 kilómetros de ancho, centrado en el curso del Odet y su red hidrográfica. Los grabados se interpretan como símbolos que representan asentamientos, túmulos y campos: el motivo central representaría un recinto de gobierno (quizá la casa de un príncipe o jefe), las líneas cerradas un sistema de parcelas y las cúpulas la ubicación de asentamientos o túmulos.
Los investigadores observaron que estos símbolos coincidían con el paisaje del valle del Odet, y que las líneas representaban los afluentes del río. Además, la losa está tallada de tal forma que representa incluso las ondulaciones del terreno. Se calcula que su nivel de precisión es de un 80 por ciento, en comparación con los mapas modernos.
El estudio concluyó que podría tratarse de una especie de plano catastral, destinado no a la navegación o la orientación, sino a representar el poder y la propiedad de la tierra, lo que demostraría una organización política fuertemente jerarquizada con un fuerte control sobre la zona representada.
Fuentes
Bournemouth University | INRAP (Institut National de Recherches Archéologiques Préventives) | Musée d’Archéologie Nationale | Wikipedia
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