Durante el reinado de Justiniano I como emperador del Imperio Romano de Oriente (entre 527 y 565 d.C.), el territorio bizantino alcanzó su mayor extensión después de la caída del Imperio de Occidente. Se reconquistó gran parte de la costa mediterránea occidental, incluyendo África, Italia y Roma, que formaron parte así del Imperio Bizantino durante dos siglos más.

Así que cuando en el año 602 un oscuro oficial del ejército llamado Focas, destinado en la frontera del Danubio, marchó sobre Constantinopla al frente de las legiones obligando a huir al emperador Mauricio, y fue aclamado y coronado en su lugar, Roma era una ciudad del Imperio Romano de Oriente, reconquistada a los ostrogodos.

No obstante, la autoridad más poderosa en la antigua capital era la del Papa. Por ello Focas siempre mantuvo, a lo largo de su reinado, buenas relaciones con el papado, apoyándolo en las numerosas controversias teológicas de la época.

La Columna de Focas, situada junto al arco de Septimio Severo | foto Utente en Wikimedia Commons

En el año 608 donó el edificio del Panteón de Agripa al papa Bonifacio IV, que lo transformó en una iglesia, probablemente salvándolo así de la destrucción, la primera vez que un edificio pagano se convertía al culto cristiano.

Por el contrario el representante del poder imperial bizantino residía en el Exarcado de Rávena, ciudad que en el año 404 el emperador Honorio había designado como la capital del Imperio Romano de Occidente en detrimento de Roma.

Nada más acceder al poder, Focas había repuesto como exarca de Rávena a Esmaragdo, quien ya había ostentado ese cargo entre 585 y 589, año en que había sido destituido en medio de acusaciones de violencia desmedida e incluso de locura.

La columna de Focas en el Foro antes de que comenzasen las excavaciones, acuarela de Victor Jean Nicolle (h.1800) | foto dominio público en Wikimedia Commons

En agradecimiento Esmaragdo hizo levantar en el Foro Romano, frente a la Rostra, una columna conmemorativa coronada por una estatua de bronce de Focas. La columna, que fue dedicada el día 1 de agosto del año 608 d.C., es de tipo corintio, está hecha de mármol blanco proconnesio (de la isla de Mármara) y tiene 13,6 metros de altura.

Parece que Esmaragdo reutilizó una columna del siglo II d.C. que pertenecía a un edificio o estructura desconocida, para crear su monumento al emperador. El zócalo sobre el que se asienta también es reutilizado, ya que originalmente servía de soporte a una estatua de Diocleciano, con la inscripción anterior borrada con cincel para dejar espacio a la nueva dedicatoria.

La columna de Focas, como se la conoce hoy, fue así el último monumento erigido en el Foro Romano, en un momento que podemos calificar de transición entre el mundo antiguo y la Edad Media. Poco a poco el Foro fue siendo abandonado, sus principales edificios destruidos y sus piedras reutilizadas en otras construcciones medievales.

La columna de Focas en la actualidad | foto Jebulon en Wikimedia Commons

Durante toda la Edad Media y hasta el siglo XIX, la columna de Focas se mantuvo en pie, sobresaliendo por encima de las capas de escombros y tierra acumuladas durante cientos de años y de las casas y construcciones levantadas sobre las ruinas romanas.

Numerosos artistas, como Piranesi y Giuseppe Casi, realizaron grabados y aguafuertes en los que aparecía la columna. Sin embargo, su base no se descubrió de la tierra que la cubría hasta 1813.

Fue Carlo Fea, que desde 1801 y durante unos treinta años ocupó el cargo de Comisario de Antigüedades de Roma, el que la sacó a la luz, encontrando que todavía se podía leer la inscripción dedicatoria, cuya traducción dice así:

Al mejor gobernante, el más clemente y pío, nuestro señor Focas el emperador perpetuo, coronado por Dios, el eterno augusto triumphator, lo hizo Esmaragdo, anterior praepositus sacri palatii y patricius y exarca de Italia, dedicado a Su Clemencia por las innumerables beneficencias de Su Piedad y por la paz lograda en Italia y su libertad conservada, esta estatua de Su Majestad, parpadeando del esplendor de oro aquí sobre esta alta columna para su eterna gloria erigida y dedicada, en el primer día del mes de agosto, en la oncena indicción en el quinto año después del consulado de Su Piedad.

La columna de Focas en el Foro (a la izquierda de la imagen) | foto Jean-Pol GRANDMONT en Wikimedia Commons

Además, al retirar una escalinata adosada a la base de la columna, apareció una inscripción en las losas del suelo con el nombre del patrocinador de la última pavimentación, el pretor Lucio Surduno, lo que permitió datarlo en el año 12 a.C.

La “deslumbrante” estatua de Focas, probablemente de bronce dorado, apenas estuvo sobre la columna unos dos años, pues en 610 d.C. fue depuesto y muerto por Heraclio, hijo del exarca de Cartago, que asumió el poder imperial. Las estatuas de Focas en todas las ciudades fueron derribadas y destruidas.

La columna, por el contrario, sigue estando en el mismo lugar donde se levantó hace 1.415 años, entre el arco de Septimio Severo y la Basilica Julia.


Fuentes

Christian Hülsen, The Roman Forum: Its History and Its Monuments | Francis Morgan Nichols, A Revised History of the Column of Phocas in the Roman Forum | Gregor Kalas, The Restoration of the Roman Forum in Late Antiquity | David Watkins, The Roman Forum | Wikipedia


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