Según cuenta Plutarco, Rómulo fundó la ciudad de Roma cavando una fosa y arrojando ofrendas a los dioses dentro de ella, siguiendo un ritual cuyo origen está en los rituales de fundación de las ciudades etruscas.
Esta fosa estaba cerca del Comitium, el espacio sagrado de reunión ubicado en la esquina noroeste del Foro Romano, que fue redescubierto por los arqueólogos a principios del siglo XX.
Después de cavar la fosa y de que cada cual arrojase también en ella tierra de su lugar de procedencia, Rómulo trazó con un arado el pomerium, la línea circular que marcaba los límites de Roma.
Porque en lo que abora se llama Comicio se abrió un hoyo circular, y en él se pusieron primicias de todas las cosas que por ley nos sirven como provechosas, o de que por naturaleza usamos como necesarias; y de la tierra de donde vino cada uno cogió y trajo un puñado, que lo echó tambien alli como mezclándolo. Dan á este hoyo el mismo nombre que al cielo, llamándole mundo. Despues (que son los demas ritos) como un círculo describen desde su centro la ciudad; y el fundador, poniendo en el arado una reja de bronce, y unciendo dos reses vacunas, macho y hembra, por si mismo los lleva, y abre por las líneas descritas un sulco profundo, quedando al cuidado de los que le acompañan ir recogiendo hácia dentro los terrones que se levantan, sin dejar que ninguno salga para afuera. A la parte de allá de esta linea fabrican el muro, por lo que por síncope la llaman pomerio, como promerio ó ante-muro.
Plutarco, Vida de Rómulo II,2
A esa fosa se le dio el nombre de Mundus, y estaba justo en el centro del surco circular del pomerium. Se la consideraba una especie de portal que comunicaba el mundo de los vivos y el de los muertos, y en ella se celebraban diferentes rituales y ceremonias.
Su ubicación estaba marcada por un altar o un pequeño monumento construido sobre la fosa, y el acceso a la misma estaba cerrado por el lapis manalis (piedra de los Manes), una piedra sagrada. Esta piedra se abría tres veces al año, el 24 de agosto, el 5 de octubre y el 8 de noviembre, días considerados desafortunados y peligrosos ya que en ellos las deidades infernales como Plutón o Proserpina podían acceder al mundo de la superficie. Al mismo tiempo, esos días los espíritus de los Manes o difuntos podían comunicarse con los vivos.
En esos días en que el Mundus estaba abierto, se prohibía realizar cualquier actividad pública. Se consideraba impío iniciar una guerra, alistar soldados, navegar e incluso tener hijos. Varrón afirmaba que los romanos creían que era mejor ir a luchar cuando la boca de Plutón estaba cerrada.
El monumento que marcaba la ubicación del Mundus era el Umbilicus Urbis, esto es, el ombligo de la ciudad. Además de señalar el acceso al inframundo, también indicaba el centro teórico y simbólico de Roma, y con el tiempo pasó también a representar el centro del mundo.
El Umbilicus Urbis y el Mundus estaban cerca de los Rostra Imperiales (una tribuna desde la que los oradores se dirigían al pueblo), junto al Altar de Saturno. Los arqueólogos identifican hoy los restos del monumento con una estructura circular de ladrillo, con un diámetro de 4,45 metros en la base, que se eleva en tres etapas y se va estrechando hasta un diámetro de 3 metros en la parte superior. Antiguamente esta estructura estuvo recubierta de mármol, y una pequeña y estrecha entrada da acceso al interior.
Esta estructura data de principios del siglo III d.C., cuando la zona fue reurbanizada tras la construcción del arco de Séptimo Severo en 203 d.C., que debió dañar la parte exterior del Umbilicus. La reforma de Severo reutilizó elementos del anterior, como la moldura de travertino de la base y parte de la cornisa denticulada de la estructura circular.
Durante el siglo IV d.C. se reconstruyó rematándola con una piedra o quizá una columna o estatua, que le daban un aspecto parecido al Omphalos griego, el ombligo del mundo que había en el santuario de Delfos. Es a partir de entonces que se generaliza el nombre de Umbilicus Urbis Romae.
Fuentes
Christian Hülsen, Il Foro Romano: Storia e Monumenti | Umbilicus Urbis Romae (Romano Impero) | Filippo Coarelli, Rome And Environs: an Archaeological Guide | Wikipedia
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